California está cambiando drásticamente quién recibe la vacuna contra COVID-19. Esto es lo que sabemos
California está haciendo grandes cambios en la forma en que distribuye las vacunas contra COVID-19.
Bajo un nuevo plan que se describirá en detalle el jueves, los funcionarios estatales planean reservar el 40% del antígeno para las comunidades desatendidas.
Esto marca un cambio importante en la forma en que se distribuyen las vacunas, un enfoque que se produce en medio de una creciente evidencia de que las comunidades blancas y asiáticas están recibiendo más dosis que las comunidades negras y latinas.
Los cambios están diseñados para frenar la propagación de COVID-19 al enfocarse en áreas que han sido duramente afectadas por el coronavirus. Si bien presenta otro cambio en una distribución de vacunas que ya es difícil, los funcionarios dijeron que podría conducir a una reapertura más rápida de la economía.
Esto es lo que sabemos:
¿Cómo funciona el cambio?
En el sur de California, estas comunidades incluirían el sur de Los Ángeles, el este del condado, Koreatown, Chinatown, Compton, el sureste de la ciudad, el este del Valle de San Fernando, Santa Ana y varias zonas predominantemente latinas a lo largo del corredor de la autopista 10, entre Pomona y San Bernardino.
Estas comunidades tienden a ser el hogar de los trabajadores esenciales que están en mayor riesgo de contraer COVID.
Vacunar a quienes corren mayor riesgo de ser víctimas o vectores del coronavirus ayudará a bloquear su propagación, argumentan los funcionarios. Además, inocular a un número significativo de personas protege mejor a la comunidad contra la transmisión generalizada, lo que significa que el umbral para reabrir negocios y espacios públicos de manera más amplia ya no tendrá que ser tan estricto.
¿Cuál es la situación en estas comunidades desatendidas?
Los funcionarios han sonado la alarma sobre las brechas en las tasas de vacunación entre las comunidades blancas y asiáticas, y las comunidades negras y latinas.
La elegibilidad inicial se centró en los trabajadores de la salud y las personas de 65 años o más. Pero los críticos han dicho que este plan perjudica a los trabajadores esenciales que están en mayor riesgo.
Nuevos datos muestran que las zonas de Los Ángeles más afectadas por la pandemia tienen las tasas más bajas de vacunación, mientras que son más altas en los vecindarios donde se han librado relativamente de lo peor de la devastación del coronavirus.
Las comunidades relativamente ricas de Brentwood, Culver City, South Pasadena, Arcadia, Santa Mónica y Porter Ranch han inoculado a más del 20% de sus poblaciones, a pesar de tener algunas de las tasas de casos de coronavirus más bajas del condado.
Por el contrario, algunas comunidades de bajos ingresos con las tasas más altas de contagios, como Bell, Cudahy y el sur de Los Ángeles, han vacunado a menos del 10% de su población.
Más del 28% de los residentes de Brentwood han sido inoculados, según muestran los datos. En South Pasadena, ese número es casi del 24%. Pero en algunas partes del sur del condado, las vacunas se reflejan menos del 7%. En el sureste de la ciudad, Cudahy solo ha inmunizado al 7% de sus residentes, mientras que Bell está en casi el 9%.
Los análisis previos de los funcionarios de salud pública de Los Ángeles han descubierto que las tasas de vacunación más bajas se encuentran en lugares como el sur del condado, el este, Antelope Valley, el este del Valle de San Fernando, varias regiones del Valle de San Gabriel y áreas cercanas a los puertos.
Los análisis tienen la limitación de que las ciudades cuentan con diferentes proporciones de poblaciones elegibles para la vacuna.
“A pesar de esta limitación, los hallazgos son profundamente preocupantes y brindan una ilustración más de las inequidades de salud profundamente arraigadas que existen en nuestra sociedad”, indicó recientemente el Dr. Paul Simon, director científico del Departamento de Salud Pública de Los Ángeles.
La distribución desigual de la vacuna subraya la forma más amplia en que el COVID-19 ha afectado a las comunidades de color, en particular a las áreas latinas.
Un análisis de datos del Times encontró que, si bien las comunidades más pobres como el este de Los Ángeles y el este del Valle de San Fernando fueron devastadas por el aumento del coronavirus invernal, otras áreas apenas fueron afectadas.
¿Cómo afectaría este plan de vacunación a las reaperturas?
Actualmente se han administrado 1.6 millones de dosis de la vacuna contra COVID-19 a personas que viven en las comunidades más afectadas del estado, específicamente, aquellas en el cuartil más bajo del índice de Lugares Saludables de California, una medida de oportunidad socioeconómica que toma en cuenta factores económicos, sociales, educativos, de vivienda y de transporte.
Una vez que se hayan administrado 2 millones de dosis en estas comunidades, el estado relajará el umbral por el cual un condado puede salir de la categoría púrpura más restrictiva, del plan de reapertura codificado por colores de cuatro niveles del estado. En esa categoría, las operaciones en interiores están prohibidas o muy limitadas en muchas empresas y espacios públicos, incluidos los comedores de restaurantes, gimnasios, museos, zoológicos y acuarios.
Las asignaciones de niveles de los condados se basan en tres criterios: tasas de casos diarios promedio, ajustadas en función del número de pruebas realizadas; el índice de positividad de la prueba; y una métrica de equidad en salud destinada a garantizar que la tasa de positividad en las comunidades más pobres no sea significativamente peor que la cifra general del condado.
Actualmente, las ciudades en general deben tener una tasa diaria ajustada de casos de coronavirus igual o inferior a 7.0 nuevos casos por día, por cada 100.000 personas, para pasar del nivel púrpura al rojo más permisivo.
Sin embargo, una vez que el estado logre su objetivo de dosis de 2 millones, los condados con una tasa de casos de hasta 10 contagios nuevos por día, por cada 100.000 personas, serán elegibles para el nivel rojo.
El cambio de política apunta a acelerar el movimiento en muchos condados del sur de California, permitiéndoles reabrir antes ampliamente sus economías. Según las nuevas reglas propuestas, Los Ángeles, Orange y San Bernardino ya serían elegibles para salir del nivel púrpura, mientras que Riverside, Ventura y San Diego estarían cerca de calificar.
Por cada 100.000 residentes, Los Ángeles tiene actualmente una tasa diaria ajustada de casos de 7.2; Orange, 7.6; Riverside, 11.3; San Bernardino, 9; San Diego, 10.8; y Ventura, 10.6.
Una vez que se administren un total de 4 millones de dosis a las comunidades de bajos ingresos, los funcionarios estatales también relajarán los umbrales para ingresar a los niveles anaranjado y amarillos subsiguientes. Sin embargo, no se especificó cuáles serían esos nuevos umbrales.
El nivel anaranjado permitiría a los fanáticos de los deportes regresar a las instalaciones deportivas profesionales al aire libre y admitiría que los centros de entretenimiento familiar bajo techo, como boliches y salas de escape, reabrieran; el nivel amarillo aprueba la reapertura de grandes parques temáticos.
¿Dónde deja esto a todos los demás?
Los funcionarios confirmaron que la cantidad de dosis anunciada por el estado para los educadores, el 10% de la asignación semanal de California, sigue vigente. Eso dejaría la mitad de todas las vacunas disponibles para otros.
En poco más de una semana, millones de personas con problemas de salud subyacentes y discapacidades se unirán a la línea de espera. Todavía hay muchos individuos mayores que también necesitan ser inoculados.
Aún con las grandes cantidades de vacunas reservadas ahora, habrá menos para todos. Los funcionarios esperan importantes aumentos en los suministros para las próximas semanas.
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