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OPINIÓN: ¿Es la palabra ‘chingona’ un cumplido o un insulto? Aquí está mi opinión

Mercancía con la palabra "chingona" se encuentra en pegatinas, camisetas y más.
(Laura Castañeda/ San Diego Union-Tribune)
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¿Qué mujer profesional no querría el título de “chingona”? Depende de a quién le preguntes. El término salió a la luz hace unas semanas cuando la líder laboral blanca Brigitte Browning, jefa del Consejo Laboral de los Condados de San Diego-Imperial, habló en un mitin laboral fuera del Edificio de Administración del Condado y comenzó sus comentarios diciendo: “Quiero hablar sobre nuestra presidenta, la chingona”. Se refería a la presidenta de la Junta de Supervisores, Nora Vargas, quien es latina.

Hubo una reacción inmediata de latinos profesionales en la comunidad, que dijeron que era insultante la forma en que se usó.

Chingona es una palabra interesante. La raíz del verbo es vulgar. Pero cuando se usa como sustantivo o adjetivo, no lo es, según algunos hispanohablantes y quienes la utilizan. Significa “bad---” en inglés.

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En una sala de amigas, a menudo se ve como un cumplido. Pero cuando se usa en público o en un entorno profesional, toma un tono diferente.

En los últimos años, he visto tarjetas de felicitación, pegatinas, sudaderas, camisetas y otras novedades con la palabra “chingona”. Incluso he comprado algunas yo misma. Muchos artistas ahora usan la frase en mercancías como símbolo de fuerza para las mujeres. Una de esas emprendedoras es Eunice Munro Colosio, una trabajadora del condado y exmiembro de la junta de The Chicano Federation y de la House of Mexico en Balboa Park.

En 2017, lanzó y registró una empresa llamada “Somos Chingonas”. Dice que lo hizo porque, como mujer latina de primera generación, sentía que otras como ella eran demasiado humildes y a menudo criadas para no “tocar nuestra propia bocina.”

Entonces, cuando la palabra apareció en los titulares recientemente, le pregunté a personas de mis círculos qué pensaban de su uso. Las respuestas que recibí fueron sorprendentes. Una cosmetóloga de 20 años dijo: “Significa ‘bad…, [en inglés] no es nada malo, y sí, me encantaría ser conocida como ‘bad….”.

Una exalumna mía que es madre de tres hijos añadió: “Somos responsables de lo que decimos, pero no de cómo la gente interpreta o recibe las palabras, ya que las interpretarán o traducirán de la manera que mejor les convenga.” Otra exalumna, también madre, dijo: “¡No necesito ser conocida como bad… para serlo!”.

Mi prima en el ámbito académico opinó, diciendo: “Llevo el título con orgullo, reclamando que soy fuerte, resiliente, valiosa, creativa, auténtica, valiente, poderosa y una fuerza a tener en cuenta.” Y otra amiga que ahora está jubilada y es madre y abuela dijo: “Soy chingona. Soy fuerte. Me defiendo. También puedes llamarme ‘la tigresa’ si quieres.”

Pero una ejecutiva jubilada de una aerolínea, que también es latina, dijo que no creció usando ese lenguaje y que era “insultante y no debería usarse en un entorno profesional.” Otros estuvieron de acuerdo con ella, incluida una latina de 17 años que dijo que era irrespetuoso.

Un reportero latino bilingüe señaló que no es solo la palabra en sí, sino cómo se usa. “En español, el tono significa mucho. La mayoría de las veces se usa con un tono de admiración.”

Quizás por eso la presidenta Vargas tiene una placa con la definición de la palabra sobre la puerta de su oficina del condado. En la placa, muestra la definición como una mujer que es “inteligente, intrépida y que puede hacer las cosas.”

Según La Prensa, la placa fue un regalo de una amiga de Vargas que trabaja para una organización llamada HOPE, Hispanas Organized for Political Equality, un grupo sin fines de lucro y no partidista dedicado a garantizar la paridad política y económica para las latinas.

Munro Colosio guarda con orgullo una foto que la presidenta Vargas publicó en Instagram luciendo uno de sus diseños originales de camisetas Chingona. Y añade: “Algunos intentarán encontrar lo negativo en esta palabra, pero es su miedo, su inseguridad y su lucha interna por validarse. He estado rodeada de mujeres fuertes toda mi vida y mi marca es una manera de honrarlas a ellas y a todas mis compañeras por sus fortalezas, su competencia, su inteligencia y su autoestima. No dudaríamos en llamar a un hombre chingón, ¿verdad? Bueno, es hora de cambiar la narrativa.”

¿Me gustaría ser conocida como bad…? Quizás, pero solo por alguien en mis círculos personales que me conozca muy bien. Y no, no puedo verme refiriéndome a mi propia madre o abuela como una “chingona”, por muy bad… que piense que realmente son.

Castañeda es editora adjunta de opinión en The San Diego Union-Tribune y vive en Chula Vista.

©2024 The San Diego Union-Tribune. / Distributed by Tribune Content Agency, LLC.

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