Anuncio
Anuncio

Las mujeres que van desapareciendo del mercado laboral

HAWTHORNE, CA - MAY 25, 2017: Lorie James,58, of Hawthorne worked for L.A. County for 26 years, but quit last year because she kept being passed up for promotions and felt like she was treated like she wasn't worth anything on May 25, 2017 in Hawthorne, California.(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)
HAWTHORNE, CA - MAY 25, 2017: Lorie James,58, of Hawthorne worked for L.A. County for 26 years, but quit last year because she kept being passed up for promotions and felt like she was treated like she wasn’t worth anything on May 25, 2017 in Hawthorne, California.(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)
(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)
Share
Los Angeles Times

Mari Villaluna nunca quiso ser de las mamás que se quedan en casa. La mujer de 36 años pasó una década acumulando una trayectoria profesional como consejera de carrera y tutora en las escuelas de San Francisco, después de servir en el ejército de Estados Unidos.

Ella ganaba cerca de 42 mil dólares en una agencia de empleo, y era buscada regularmente por los empleadores potenciales. Después de dar a luz a su primer hijo el año pasado, puso una estrella en su calendario para marcar el día en que se suponía debería regresar a trabajar.

“Tenía una carrera muy establecida”, expresó Villaluna. Pero luego, en septiembre, su plan para obtener un subsidio estatal para guardería fracasó, y la madre soltera no podía permitirse el lujo de gastar miles de dólares en una guardería privada. El día que tuvo que renunciar a su querido trabajo de 9 a.m. a 5 p.m., lloró durante horas.

Anuncio

La decisión de Villaluna ofrece una pista para un misterio económico: ¿Por qué las mujeres estadounidenses están desapareciendo de la fuerza de trabajo?

La respuesta podría tener implicaciones abrumadoras para el crecimiento futuro.

Durante medio siglo después de la Segunda Guerra Mundial, las mujeres ingresaron al mercado de trabajo en cifras que aumentaron cada año. Lideraron la mayor parte del aumento en el ingreso real de los hogares durante décadas, y aumentaron la producción total de la economía en un momento en que los hombres estaban abandonando el mercado de trabajo.

Entonces, de repente, se detuvieron. Desde el año 2000, la proporción de mujeres en sus primeros años que trabajan ha disminuido.

En 1948, poco más de un tercio de las mujeres jóvenes tenían un trabajo o buscaban uno. En 1999, después de cinco décadas de progreso implacable, el 76.8 por ciento de esas mujeres estaban en la fuerza de trabajo.

Desde entonces, la tasa de participación descendió a 74.3 por ciento, y el número de mujeres que no buscan trabajo creció en más de 12 mil.

Algunos ven la abrupta regresión como un resultado poco sorpresivo de más de dos décadas de estar sin ninguna legislación importante, que facilite que los nuevos padres se tomen tiempo libre o paguen por el cuidado infantil. Un gran número de artículos y análisis han reflexionado sobre los efectos de una obstinada brecha salarial entre los géneros, los horarios inflexibles que mantienen a las mujeres fuera del grupo ejecutivo y una corriente de discriminación que, en el peor de los casos, deja a las mujeres vulnerables al hostigamiento regular.

Pero los principales economistas ahora están apuntando hacia otra explicación. Las mujeres parecen estar abandonando la fuerza de trabajo por algunas de las mismas razones que los hombres: los empleos de clase media son escasos y el trabajo en niveles inferiores paga menos de lo que solía pagar.

Las mujeres solteras sin hijos impulsaron la mayor parte de la caída en la participación de la fuerza laboral de las mujeres de 1999 a 2007, según un estudio del profesor Robert Moffitt de la Universidad Johns Hopkins.

Esas mujeres no tienen que cuidar a un niño y no están contando con una pareja que les provea. Ellas son, señaló Moffitt, “al igual que muchos hombres (...) aunque suene un poco extraño hacer esa analogía”.

También están contemplando fijamente las mismas pocas probabilidades que los hombres, que perdieron su paso en una economía en la que los trabajos de baja cualificación que pagan bien, han sido enviados al extranjero o eliminados por la tecnología.

“Por lo general, la gente tiene en mente a los hombres cuando están hablando de la disminución en la manufactura y la automatización, pero eso ocurre también a nivel secretarial, ya que las computadoras reemplazan a personal de nivel inferior”, dijo Moffitt.

El colapso de los trabajos operativos para los hombres estadounidenses es bien conocido, gracias en parte al movimiento que impulsó la elección del presidente Donald Trump. Un momento bueno fue cuando un 97.4 por ciento de hombres en sus primeros años productivos estaba en la fuerza de trabajo en 1953. Esa proporción se redujo durante décadas, se hundió durante la crisis financiera y llegó a 88.5 por ciento el año pasado.

Pero los campos dominados por las mujeres para trabajos poco calificados también están estancados. Los salarios apenas se movieron para las mujeres con un certificado de preparatoria o menos en la última década, mientras que las mujeres con estudios universitarios continuaron recibiendo aumentos decorosos.

En los servicios de atención médica a domicilio, asistencia social y servicios de lavandería -tres industrias que dependen en gran medida de las mujeres-, el salario por hora para los trabajadores de base ha aumentado en menos de 2 dólares de los de hoy, desde 1990.

El salario de Villaluna no estaba a la altura de sus expectativas. Después de dar a luz, puso su ingreso mensual, alrededor de 3 mil dólares, en una columna de una hoja de papel, y en otra anotó todos sus gastos, más los aproximadamente 2 500 dólares que esperaba pagar por la guardería. Ella quedaría con 15 dólares al mes.

En los últimos años, las cosas habían mejorado para Villaluna, pero nunca por mucho. Ella ganaba 18 dólares la hora, luego 20 dólares, y luego se estancó. “Definitivamente el avance era muy lento. Siempre era solo un poco más”, dijo.

Fue a guarderías con su hija recién nacida y les rogó a las personas que trabajaban allí que la ayudaran a conseguir fondos estatales para guardería.

“Fui en persona, mirando frente a frente a las personas, como diciendo: ‘por favor, escójanos’”, dijo. “Realmente, de verdad quería volver a trabajar”.

En California, 434 mil niños de padres de bajos ingresos obtienen subsidios para guardería, aunque el estado no ha actualizado el límite de ingresos para calificar por más de una década. Un adicional de 1.5 millones de californianos son elegibles para los programas, de acuerdo con el Centro California Budget & Policy.

Villaluna se rindió. “No importa el trabajo que obtenga, vamos a estar en números negativos, así que también podría cuidarla yo misma”, dijo.

Ahora vive con menos de 200 dólares al mes que recibe de la milicia porque se quedó incapacitada mientras prestaba servicio, además de 600 dólares al mes de CalWorks, el programa de bienestar de California. Ella se inscribió para el beneficio después de que supo que no podía volver a trabajar. El gobierno federal subsidia su vivienda como parte de sus beneficios como veterana.

En todo el país, el gasto por hora que invierten en guarderías los padres se disparó desde mediados de la década de los noventa, lo que llevó a muchas familias a dejar a los profesionales y cuidar ellos mismos a sus hijos, según un análisis reciente de un investigador de Princeton.

Una guardería en San Francisco cuesta hasta 2400 dólares al mes en promedio, según la Asociación de Administradores del Desarrollo Infantil de California. Eso significa que para un trabajador que labora de tiempo completo en un trabajo que paga el salario mínimo municipal de 13 dólares la hora, un año de guardería puede costar alrededor de 1700 dólares más que el salario de un año antes de impuestos.

El aumento en los costos de cuidado de niños redujo el empleo de las mujeres en un 5 por ciento entre 1990 y 2010, de acuerdo con la investigación de Princeton. Eso puede ser una señal de que los cambios sociales y legales que empujaban a las mujeres a trabajar, no son tan poderosos como solían ser.

Entre los países desarrollados, Estados Unidos pasó del sexto lugar en mayor participación entre las mujeres que trabajan en 1999 a ocupar el puesto 23 entre las proporciones más altas en 2015, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

“Tenemos oportunidades. Ahora las mujeres están participando en niveles mucho más altos, por lo que el progreso se ha ralentizado”, dijo Sandra Black, profesora de la Universidad de Texas en Austin, quien estuvo en el Consejo de Asesores Económicos del Presidente Obama entre 2015 y 2017.

La discriminación y el aplanamiento de los salarios siempre han pesado sobre las mujeres, dijo Black. “Ahora el progreso que habíamos visto antes en la mejora de la participación de las mujeres, ya no es suficiente para compensar estas fuerzas negativas”.

Lorie James terminó su carrera de 39 años porque estaba muy cansada para seguir luchando por reconocimiento.

Cuando James comenzó a trabajar para el condado de Los Ángeles en 1990, operaba una máquina calculadora del tamaño de una caja registradora, totalizando los impuestos comerciales para la oficina del asesor del condado en el centro de la ciudad.

Pasaron diez años antes de que le ofrecieran una posición en recursos humanos, y de repente ella se lanzó adelante por una vía rápida. Obtuvo una licenciatura en estudios laborales y recibió cuatro promociones en una rápida sucesión.

James de 58 años, había iniciado su carrera planeando tempranamente. Cuando tenía 15 años, compró copias del periódico del domingo para leer la sección de clasificados. Hizo cuidadosamente notas mentales sobre las habilidades que las compañías estaban buscando y lo que estaban dispuestas a pagar a la gente que se ajustara a esos requerimientos.

“Creo que es parte de mi propósito”, dijo.

Pero su carrera golpeó una serie de obstáculos que han eliminado a innumerables mujeres en su camino por el ascenso: una gerente que defendió su renuncia y la dejó a la deriva; ella fue brincada para promociones y fue, según ella, injustamente penalizada en evaluaciones de desempeño.

Como mujer negra, James detectó un tufo de prejuicios. Se quejó una vez con su jefe, pero abandonó el asunto antes de que alguien pudiera realizar una investigación formal. “No quería que me penalizaran”, dijo James.

Así que el año pasado James tomó su pensión y comenzó a buscar un nuevo trabajo. Ella ha presentado 50 solicitudes en 12 meses y todavía no ha conseguido nada.

“No estoy lista para dejar de trabajar”, dijo.

En un discurso en la universidad de Brown este mes, la presidenta de la Reserva Federal, Janet L. Yellen, habló sobre el lugar que ha tenido su familia en la marcha de las mujeres hacia el mercado laboral y los obstáculos que enfrentaron.

La tía del marido de Yellen, Betty Stafford, fue una matemática que escribió varias investigaciones seminales con su marido, pero no consiguió ser promovida a profesor de tiempo completo al lado de él. Ella continuó produciendo investigación “envidiable”, dijo Yellen, pero solo alcanzó el status de profesor asistente.

“Creo que a Betty Stafford Hirschfelder se le negaron oportunidades y mayor éxito simplemente porque era una mujer”, dijo la jefa de la Reserva. Ese patrón, sin cambios, podría exigir un precio elevado.

“Si estos obstáculos persisten, desperdiciaremos el potencial de muchos de nuestros ciudadanos y sufriremos una pérdida sustancial en la capacidad productiva de nuestra economía”, advirtió Yellen.

Kitroeff escribe para Los Angeles Times.

Videos de Hoy San Diego

Profesora detenida tras negarse a responder preguntas de la Patrulla Fronteriza en puesto de control Ahora

Profesora detenida tras negarse a responder preguntas de la Patrulla Fronteriza en puesto de control

Senador John McCain vuelve al Senado para votar
Ahora

Senador John McCain vuelve al Senado para votar

Autos más robados en 2016 Ahora

Autos más robados en 2016

Angela Merkel cambia opinión sobre matrimonio gay Ahora

Angela Merkel cambia opinión sobre matrimonio gay

Casa Demócrata presenta artículos de destitución contra Trump Ahora

Casa Demócrata presenta artículos de destitución contra Trump

Nuevos criterios para visa Ahora

Nuevos criterios para visa

Joven de California gana la lotería dos veces en una semana Ahora

Joven de California gana la lotería dos veces en una semana

Maria Menounos se recupera de tumor cerebral Ahora

Maria Menounos se recupera de tumor cerebral

Volvo renuncia a los motores de combustión Ahora

Volvo renuncia a los motores de combustión