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El entrenador de futbol de Downey High prefiere los resultados en el salón de clases

Downey tiene 13 jugadores que disputaron su último años de futbol de preparatoria. (En la primera fila) Humberto Luna (Long Beach State), Jesus Davis (UC Davis), Darlin Ramirez (CSLA), el entrenador Marvin Mires, el asistente Ian McFadyen, Kevin Chávez (Cal Poly Pomona) y Marc Farias (Cal State Fullerton). En la segunda fila: Alan Ramírez (Long Beach State), Juan López (CSLA), Mario Galván (San Diego), Ivan Donato (Long Beach State), Salvador Zamano (UC Irvine), Jonathan Artega (Cal State Dominguez Hills). Missing are Cristian Covarrubias (CSLA) y Eric Rodríguez (Long Beach State).

Downey tiene 13 jugadores que disputaron su último años de futbol de preparatoria. (En la primera fila) Humberto Luna (Long Beach State), Jesus Davis (UC Davis), Darlin Ramirez (CSLA), el entrenador Marvin Mires, el asistente Ian McFadyen, Kevin Chávez (Cal Poly Pomona) y Marc Farias (Cal State Fullerton). En la segunda fila: Alan Ramírez (Long Beach State), Juan López (CSLA), Mario Galván (San Diego), Ivan Donato (Long Beach State), Salvador Zamano (UC Irvine), Jonathan Artega (Cal State Dominguez Hills). Missing are Cristian Covarrubias (CSLA) y Eric Rodríguez (Long Beach State).

(Eric Sondheimer / Los Angeles Times)
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Para el equipo masculino de futbol de la preparatoria de Downey, hay algo que carga una mayor importancia que un campeonato y que dice más que su marca de juegos ganados y perdidos.

Este viernes, cuando la escuela celebre su ceremonia de graduación en el Veterans Stadium de Long Beach, 13 miembros del equipo estarán recibiendo sus diplomas para luego seguir con su educación en universidades.

Muchos empezaron su recorrido en Downey High sin saber lo que iban a hacer con su futuro.

Su entrenador Marvin Mires simplemente se pudo haber enfocado en las victorias en la cancha y que cumplieran con el mínimo requisito académico para poder jugar, un promedio de calificaciones de 2.0.

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Sin embargo, cada año Mires subía el promedio requerido. De 2.3 el primer año, lo incrementó a 2.5, 2.7 y 3.0.

A los jugadores no les pareció esto y algunos hasta se molestaron cuando les tocaba ver los cotejos desde la banca.

“[Mires] no usaba a los titulares. No le importaba si ganábamos o perdíamos. Él quería buenos grados”, dijo el jugador Jesús Díaz.

Iván Donato indicó que gracias a su entrenador se enfocó en su educación pese a que no le preocupaba mucho el ir a un colegio.

“Fue difícil, pero en cada entrenamiento había gente que cumplía con los requisitos académicos y había gente que no. A algunos los ponía triste, sin embargo, a la misma vez los motivaba para seguir adelante”.

Juan López, quien acudirá a Cal State Los Ángeles, es otro jugador que confesó que no tomaba la escuela con seriedad hasta que conoció a Mires.

“Él solo quería lo mejor para nosotros”, comentó López sobre su entrenador. “Creo que debes de establecer metas altas. Si no te va bien, por lo menos lo intentaste. Hiciste un esfuerzo y llegaste a lo más lejos que podías. Aprecio mucho lo que hizo”.

Downey ha clasificado a los playoffs de la primera división del Sector del Sur de la Federación Interescolar de California (California Interscholastic Federation) en cada uno de los últimos cuatro años. Pero para Mires, el mayor logro de sus jugadores será el verlos graduarse.

“Siento que en su primer año les dimos las bases y el modelo a seguir para que pudieran ingresar al colegio”, indicó. “Algunos no pensaban que verdaderamente lo podían hacer. Cada período de calificaciones revisaba como iban. Y hasta en la pretemporada, si no les estaba yendo bien, los ponía en una probatoria académica”.

Darlin Ramírez, quien va ir a Cal State Los Ángeles, llegó a Downey proveniente de Colombia hace seis años tras el fallecimiento de su abuela.

“[Mires] fue muy estricto con las calificaciones”, explicó. “Si no tenías buenos grados, no podías jugar. Nos enseñó a trabajar duro y a no darnos por vencidos. Esto fue algo difícil para unos compañeros”.

Al crear expectativas más altas y retar a sus jugadores, Mires los ayudó a sobresalir. Esta es la lección más importante de todas.

Los adolescentes quieren metas. Y aunque estén pasando por un momento difícil, si tienen a alguien que los impulse, los motive y los apoye, pueden lograr su objetivo.

“Todos dieron todo lo que pudieron”, dijo Díaz. “Aprendí que si algo te tumba, no puedes mantenerte abajo, tienes que pararte. Si empiezas algo, tienes que terminar. Yo iba a ser un buen estudiante de todas maneras, pero [Mires] me hizo darle más fuerte”.

Los padres de Donato inmigraron de México y no hablan muy bien el inglés, sin embargo, él será la primera persona en la familia en ir al colegio.

“Nuestro entrenador nos enseñó a mantenernos enfocados y a controlar cada aspecto de nuestras vidas”, señaló Donato. “También nos dio inmensas metas e inmensos sueños. Nos motivó a soñar más alto”.

Donato estudiará en Cal State Long Beach y Díaz asistirá a UC Davis. Muchos no continuarán jugando futbol en el colegio, pero no hay duda que este deporte y su entrenador ha marcado sus vidas.

“[Mires] me ayudó a ser un líder, no solo en la escuela o en la cacha, pero en la vida también”, expresó Donato.

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