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Tras escándalo de corrupción el cónsul de Guatemala en Los Ángeles ofrece su renuncia

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La salida del presidente Otto Pérez Molina arrastró a Francisco Cuevas, cónsul guatemalteco en Los Ángeles; esta mañana ofreció la renuncia a su cargo después de seis meses de haber conducido la oficina más importante del servicio exterior de ese país.

En un comunicado de prensa, la Cancillería indicó que Cuevas puso su nombramiento a disposición del presidente Alejandro Maldonado, quien decidirá si deja al exreportero de televisión en el puesto de cónsul o lo remueve.

No obstante, las autoridades diplomáticas revelaron que la remoción de Julio Ligorria, embajador de Guatemala en Washington, fue firmada por el expresidente Pérez Molina, pero se le solicitó que permaneciera hasta el 30 de noviembre próximo.

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“Era cuestión de tiempo, porque [Cuevas] fue nombrado a dedo y la renuncia de Pérez Molina lo dejó debilitado”, indicó a HOY Paul Briere, diputado y presidente de la Comisión del Migrante, detallando vía telefónica que este tema corrió como pólvora en el Congreso.

Con el procesamiento ante la justicia del exmandatario guatemalteco, un sector de organismos comunitarios en el Sur de California se movilizó para pedir la destitución del canciller Carlos Morales, del vicecanciller Óscar Padilla y del cónsul Cuevas.

En una carta, enviada al presidente Maldonado el lunes anterior, se le manifestó la urgencia de los cambios, al considerar que los funcionarios señalados han realizado un trabajo deficiente para los migrantes en el exterior.

“No sólo se tiene que ir, tiene que enfrentar a la justicia”, advirtió Walter Batres, coordinador de la Red Nacional del Migrante por la Dignificación de Guatemala. “Su llegada fue nefasta porque vino a dividir más a la comunidad”.

Cuevas asumió el cargo el 23 de febrero pasado, cuya misión principal era mantener y mejorar el legado de su predecesor Pablo García Saénz, ahora embajador de Guatemala en Venezuela, quien se caracterizó por integrar a los diferentes sectores.

Byron Vásquez, director de la Casa de la Cultura de Guatemala en L.A., considera que Cuevas ha realizado una gestión aceptable en materia de servicios consulares; no obstante, señala que no existe unidad entre los organismos comunitarios.

“Lo que me preocupa es que venga un cónsul que se inmiscuya en las decisiones de la comunidad, no necesitamos a alguien que genere grupos, sino a un funcionario que busque la integración y vele por los intereses de nuestra gente”, explicó Vásquez.

“Todavía creo que puedo dar más”

Cuevas acudió a la oficina consular esta mañana, pero a eso de las 10:15 a.m. cuando se le buscó se encontraba fuera de las instalaciones y, a pesar de las llamadas a su celular, prefirió guardar silencio.

La llegada de este funcionario a Los Ángeles ocurrió en medio de protestas; al conocerse una serie de señalamientos sobre mal manejo de fondos, un sector de la comunidad manifestó su rechazo.

Entre el 2012 y 2014 se desempeñó como secretario de comunicaciones de la presidencia, por lo que le vinculan a la red de corrupción que propició la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti y del presidente Pérez Molina.

“Fui acusado de haberme llevado 100 millones de dólares, de ser cierto no me hubiera venido de cónsul. Corresponde a las instancias jurídicas definir si existe un involucramiento de mi persona, no tengo nada que esconder”, manifestó Cuevas a HOY en entrevista realizada el 3 de septiembre.

¿Está tranquilo? Se le preguntó.

“Tengo los finiquitos que extiende la Contraloría de Cuentas cada vez que uno concluye una función pública; si hay una denuncia tendré que aclararlo, no es algo que me debe preocupar”, respondió.

En un hablar pausado y amigable, el funcionario siempre ha dado la cara cuando se le requirió por estos temas y los relacionados a la comunidad.

En la última entrevista, realizada la semana anterior, se le consultó por el escenario que se venía luego de la salida de Pérez Molina y el cónsul no dudó en manifestar que estaba considerando todas las opciones.

“La renuncia puede ser que se dé, voy a esperar”, advirtió Cuevas. “He considerado todos los escenarios, tampoco puedo salir corriendo y abandonar el cargo, aunque no he concluido el análisis”.

Por más de tres décadas, este funcionario trabajó en el periodismo televisivo. Siendo un adolescente descubrió su pasión por los medios de comunicación, cuando comenzó a llevar el agua y los cables en una radio.

La carrera reporteril la inició en el noticiario “Aquí El Mundo” (1980), más tarde se convirtió en corresponsal de Televisa, empresa en la que laboró por 17 años. En el 2009 dio el salto a la política al asumir como viceministro de gobernación.

“Todavía creo que puedo dar más, no sé si en la política o en la carrera en la que he subsistido desde los 13 años”, añadió el cónsul en la entrevista brindada el día que Pérez Molina renunció, un amigo al que conoció desde 1980.

El cónsul Cuevas, de 51 años, está casado con Lisa Lou, diputada del Parlamento Centroamericano, con quien han procreado a tres hijas.

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