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Latinos no solo luchan contra el autismo, sino con la desigualdad de recursos

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Los latinos que padecen autismo no solo tienen que luchar contra la enfermedad, sino contra la desigualdad de recursos para su tratamiento, esa es la conclusión del estudio realizado por el Sistema de Salud de la Universidad de California en Davis.

El referido estudio fue conducido por Paul Leigh, profesor de ciencias de la salud pública e investigador del Centro de Investigaciones y Políticas de Salud, quien encontró que los fondos que reciben los anglosajones con esta enfermedad es mayor al resto de grupos étnicos.

El investigador se basó en los datos de 42,000 pacientes que recibieron atención, entre el 2012 y 2013, en los 21 centros regionales californianos del Departamento de Servicios de Desarrollo (DDS), destacando que los blancos entre 3 y 17 años recibieron alrededor de 2,000 dólares más.

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Entretanto, la brecha es mayor cuando se compara a los mayores de 18 años. En ese caso, los latinos recibieron 13,000 dólares menos, los asiáticos 8,000 y los afroamericanos 4,000.

“Los motivos de estas disparidades merecen investigación”, planteó Leigh, sobre su estudio divulgado a principios de abril. “El gasto promedio por persona en autismo no debería variar tanto. No existen diferencias en los servicios que necesitan las persona con autismo según la raza o el grupo étnico”.

El especialista considera que en parte podría influir en estos resultados las ubicaciones de las oficinas regionales del DDS en todo el estado y la disponibilidad de los servicios en esas áreas.

A juicio de Mario Matute, sicoterapeuta y miembro de la mesa de directores del Hospital Pacifica of the Valley, la comunidad latina muchas veces desconoce la existencia de los recursos y cuando los tienen se encuentran con la desventaja que el sistema no está adaptado para ellos.

“El sistema no tiene la preparación lingüística ni cultural para la población latina, a eso hay que agregar que las familias que tienen a un hijo con autismo se sienten menos, les da vergüenza y no buscan ayuda”, aseguró el experto.

Este estudio debería alertar a todos los sectores, sostiene Arturo Castillo, presidente del Consorcio de Profesionales y Médicos de Latinoamérica (Cophyla), porque el trato y los recursos no tendrían que ser mejores para unos y débiles para otros.

Castillo, doctor en Medicina Sicosocial y exprofesor de UC Irvine, considera que debe apostarse a la detección temprana del autismo y proveer la educación sobre la enfermedad a los latinos, de modo que así como los anglosajones accedan a tratamientos apropiados desde corta edad.

“Muchas veces los políticos carecen de esta información, sería cuestión de que identifiquen los datos y tomen decisiones para contrarrestar este problema”, señaló el médico. “No se tendrían que hacer distinciones por etnias, porque pueden generarse malas interpretaciones”.

La población latina tiene que tomar acción, manifiesta Néstor Valencia, concejal de la ciudad de Bell, porque a su juicio esta disparidad refleja la marginación a la que son sometidos los grupos sociales más pobres. “Hay que mandar cartas a los legisladores y organizar a la comunidad”.

A criterio de Roger Hernández, asambleísta por el Distrito 48, la reciente aprobación de la ley bipartidista ABX2-4 permitirá obtener 1,000 millones de dólares en impuestos, con los que se apoyarán el desenvolvimiento de programas para personas con discapacidad.

El legislador, representante del Valle de San Gabriel, manifiesta que es prudente monitorear el impacto de los nuevos fondos, porque el estudio de UC Davis “es perturbador y un ejemplo de la desigualdad racial que continúa afectando a California y a la nación”, concluyó.

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