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Padres indocumentados les enseñan a sus hijos ciudadanos a ‘levantar la voz’

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Sus dos hijas de tres y ocho años de edad nacieron en Estados Unidos, pero Lourdes Higinio y su esposo son indocumentados, por lo que señora decidió formar parte de las protestas del Primero de Mayo con todo y sus niñas para que aprendieran a protestar por la injusticia.

“Mi niña más pequeña aún no entiende lo que sucede, pero desde que Donald Trump ganó la presidencia, la más grande empezó a preguntar qué nos iba a suceder si ‘la migra’ llegara por nosotros”, dijo Higinio.

Esta situación la vive actualmente uno de cada ocho estudiantes en California, quienes por lo menos tienen un padre indocumentado en el país, según un informe de Education Trust-West.

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De acuerdo a la organización de Oakland, se estima que alrededor de 750 mil estudiantes en las escuelas de kinder al 12 grado en el estado, tienen por lo menos un padre indocumentado del total de 6.2 millones de estudiantes.

Sin embargo, otros datos de Center for American Progress y la Universidad del Sur de California señalan que la cifra puede ser aún mayor con un estimados de más de 1.9 millones de menores de 18 años con uno o dos padres indocumentados.

“Yo le digo a mi niña que todo va a estar bien, pero ciertamente hay temor en el hogar porque hasta ahora todo lo que Trump ha prometido lo está cumpliendo”, sostiene Higinio, quien ha optado por ver menos noticias para que su hija no se ponga triste.

Sin embargo, “este Primero de Mayo quise que mi hija viera que se podía marchar, que tiene voz, que hay mucha gente como nosotros en la misma situación y que muchos que estas dispuestos a luchar por nosotros”, dijo la madre de familia.

A unos cuantos pasos de Higinio y con un niño de siete años de la mano, Angélica Montes también se unió a la marcha con la frente en alto, pero los ánimos por el suelo, dijo la señora.

“Se siente un nudo en la garganta saber que hay alguien tan falto de sentimientos como para planear arrancar a los padres de familia de sus hijos solo por no tener documentos en el país”, aseveró Montes, quien lleva 10 años como indocumentada.

“La verdad es que las redadas dañarían a millones de familias con hijos ciudadanos. Pero no podemos hacer nada más que salir a solidarizarnos con los que viven nuestra situación y darle el ejemplo a los hijos de que no nos damos por vencidos”, sostuvo Montes.

Deportar a un miembro de la familia, especialmente a un padre, tiene graves impactos perjudiciales en los niños, enfatiza el informe del Center for American Progress.

“Además de la pérdida de un padre y de la seguridad inmensurable que viene con tener una familia estable, las deportaciones suelen dejar a los niños en el sistema de cuidado de crianza”, escriben los autores del informe. “Los padres, en muchas familias de inmigrantes, son a menudo los ganadores de pan y son más a menudo detenidos o deportados”, agregó.

Jaime Contreras, padre de tres menos de 12, 10 y 7 años de edad, escondió su cara durante la marcha con un paliacate rojo.

“Mis niños vienen atrás con mi esposa. La familia marcha porque estamos unidos no importa cuánto nos quieran separar”, dijo Contreras. “Es una lástima que los niños tengan que vivir este problema, pero hay que mostrarles que no tenemos miedo, que somos fuertes y que unidos podemos cambiar todo un sistema”, añadió el padre de familia.

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