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Denuncian robo de salarios e incumplimiento de ley a un año de ordenanza

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Un año después de que entrase en vigor el aumento del salario mínimo en San Diego (California), trabajadores y activistas se congregaron hoy frente a las oficinas del Comisionado Laboral local para denunciar el robo de salarios y que no se ha cumplido la ley en su totalidad.

Durante el encuentro, los participantes revelaron los resultados de un informe dado a conocer hoy por el Centro de Iniciativas Políticas (CPI) y la Universidad Estatal de San Diego (SDSU) que indica que el robo de sueldo es uno de los problemas más frecuentes para trabajadores en San Diego pero raramente es denunciado ante autoridades.

El año pasado, según el estudio, en los condados californianos de San Diego e Imperial, no se pagó el salario mínimo en alrededor de 40 mil ocasiones, pero sólo 82 trabajadores depositaron una queja oficial ante las oficinas de la Comisión Laboral.

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También hay denuncias que evidencian que no todos los empleadores han cumplido al pie de la letra lo establecido en la ley aprobada por los votantes en los comicios de junio de 2016 y que aumentó el salario mínimo para más de 180 mil trabajadores en la ciudad de San Diego.

Bajo la ordenanza, el salario mínimo en la ciudad de San Diego aumentó a 11.50 dólares por hora, un dólar más en comparación al salario mínimo en el estado.

Alor Calderón, director del Centro de los Derechos del Trabajador (ERC), adjudicó esta situación al hecho de que la ciudad ha fallado en establecer un mecanismo para que empleados puedan emitir sus quejas sin temor a represalias pese a contar con una oficina especializada en el tema.

“¿Cómo es posible hablar de una oficina de la octava ciudad más grande de los Estados Unidos, donde pasa una ley con más del 60 por ciento de la votación y no han hecho alcance a los trabajadores?”, cuestionó el activista.

Hasta junio del 2017, la ciudad de San Diego carecía de un formulario para emitir quejas por violaciones a la ley de salario mínimo. En contraste, la ciudad de Los Ángeles, que subió su salario en julio de 2016, cuenta con una oficina especializada que ha recuperado cerca de 250 mil dólares para trabajadores que fueron pagados menos que el sueldo legal, compara el informe.

En mayo de 2017, la comisionada laboral, Julie A. Su, envió una carta al alcalde de San Diego Kevin Faulconer en donde enfatiza que “el robo de sueldo es una crisis en todo el estado y San Diego está obligado a tomar acciones para enfrentarla”.

El estudio presentado hoy se realizó entrevistando a más de 300 trabajadores que habían o estaban interponiendo una denuncia por robo de sueldo en las oficinas del comisionado laboral de San Diego.

La encuesta encontró que hay más denunciantes de origen latino y afroamericanos, así como de personas que no hablan inglés, en comparación con el total de la fuerza laboral.

Los trabajadores más afectados son aquellos que trabajan en sectores como la construcción, restaurantes, venta al por menor, transporte y fabricación.

En la mayoría de los casos, los trabajadores no denunciaron por temor a represalias o porque desconocían sus derechos, indica el reporte que matizó que hubo también quien no lo hizo por falta de tiempo, de asesoría o porque dudaban si valdría la pena.

Nayeli Mendoza, trabajadora de limpieza en un hotel se acercó al ERC debido a que su empleador no le pagaba los días de enfermedad a los cuales tenía derecho, pero su sorpresa fue grande cuando descubrió que esa no era la única violación a su salario.

“Cuando ellos (los asesores) checaron mi información se dieron cuenta que ni siquiera me estaban pagando lo que exige la ley. Realmente (de no haber acudido a ellos) ni cuenta me hubiera dado”, confesó a Efe la trabajadora quien dejó de trabajar en dicho hotel al darse cuenta de la situación.

“Cuando uno tiene un trabajo tiene miedo a perderlo, entonces prefieres mantenerte al margen y decir que no tengo derecho porque no tengo papeles o porque no tengo tiempo o porque necesito el trabajo”, indicó.

Por otra parte, pese a que un estudio que indicaba que la medida de aumento de salario había causado pérdida de empleos en Seattle, una de las primeras ciudades en emprender el camino hacia los 15 dólares la hora, los investigadores en San Diego indicaron que al contrario en San Diego no se ha dado esa situación.

“Hay muchos otros estudios que comprueban que cuando incrementa el salario mínimo no tiene mal efecto en la economía ni en el número de trabajos. Se ha probado en muchas otras ciudades”, indicó Jill Esbenshade, profesora de sociología de la SDSU.

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