Anuncio

Columna: Los trabajadores invisibles y los incendios forestales de California

Vista aérea de las casas envueltas en el humo del fuego del Getty.
(KTLA)
Share via

Mientras el Incendio Getty amenazaba los vecindarios élite de Los Ángeles en octubre, la periodista del LA Times Brittny Mejía informó cómo vio a trabajadoras domésticas que llegaban a trabajar, a pesar de las órdenes de evacuación de abandonar el área. También informó que jardineros ya estaban limpiando los patios mientras llovían cenizas de los incendios que se acercaban. Los propietarios de las casas ya habían evacuado, pero algunos trabajadores aparentemente no eran conscientes del peligro inminente, y otros pensaron que era más importante trabajar que arriesgarse a perder el salario del día.

Hubo un claro colapso en la comunicación en múltiples niveles. Comprensiblemente, los propietarios probablemente se apresuraron a abandonar sus hogares lo más rápido posible dadas las circunstancias. Notificar a sus trabajadores sobre las órdenes de evacuación probablemente fue lo último en lo que pensaban. Mejía señaló que muchos de los trabajadores no hablaban bien el inglés, y ella tradujo por teléfono para los trabajadores cuando llamaron a sus jefes.

Presumiblemente, los informes sobre los incendios y las órdenes de evacuación del vecindario no llegaron en español a los trabajadores, especialmente si viajaban desde vecindarios distantes donde no se habían priorizado las advertencias sobre los incendios.

Anuncio

¿Deberíamos esperar que los funcionarios de la ciudad sepan que una red de niñeras, trabajadoras domésticas y jardineros también son una parte integral de esta comunidad adinerada, aunque sean invisibles?

Y a pesar de esa invisibilidad, todos los días se cuida a los niños, las casas quedan impecables, y los jardines están perfectamente cuidados. Estos trabajadores, en su mayoría hombres y mujeres migrantes, son una parte esencial de estas comunidades ricas en todo California. Sin embargo, también son los más vulnerables y desechables, a menudo sujetos a robo de salarios, discriminación y condiciones de trabajo inseguras.

En 2007, durante el incendio de Witch Creek que quemó casi 200 mil acres en San Diego, los trabajadores agrícolas en Carlsbad, California, continuaron trabajando en los campos mientras las llamas y el humo se veían en el fondo. La calidad del aire estaba en niveles peligrosos.

Un grupo de nosotros fuimos a los campos agrícolas y exhortamos a los trabajadores a abandonar sus trabajos por su seguridad. Algunos de ellos dijeron que temían represalias de sus empleadores y otros creían que perderían sus empleos si se iban. Si bien se emitieron órdenes de evacuación a las casas cercanas, las órdenes no se aplicaron a los trabajadores agrícolas, según la policía de Carlsbad. Su capataz, que estaba presente, dijo que podían irse si querían, pero no podía garantizar que tendrían un trabajo al día siguiente.

Históricamente, la sociedad ve a los trabajadores migrantes como desechables y a menudo como objetos, lo que los hace vulnerables al abuso y la explotación. Un ejemplo es el Programa Bracero, que trajo a Estados Unidos a cientos de miles de hombres mexicanos cada año entre 1942 y 1964. El término en sí, Bracero, redujo a los hombres a un par de brazos, porque fue con sus brazos que realizaban el trabajo que produjo ganancias para sus jefes. Si se quejaran o intentaran organizarse para mejorar las condiciones de trabajo, serían amenazados con la deportación. Ni las autoridades migratorias ni sus jefes los trataron como seres humanos con plenos derechos.

Debido a estos desafíos, las trabajadoras domésticas se han estado organizando para impulsar una declaración nacional que les ofrece protecciones laborales básicas. Los trabajadores agrícolas también se han organizado a lo largo de los años para mejorar sus condiciones de trabajo, llevando a cabo huelgas que han impactado la economía de California. En estos casos, han sido las y los trabajadores los que han definido los cambios necesarios que exigen respeto y trato justo.

Los incendios forestales son más comunes en California, por lo que las autoridades locales y estatales tienen la obligación de proteger a todos los trabajadores, incluso aquellos que se consideran invisibles. Después de todo, el arduo trabajo que realizan las niñeras, las trabajadoras domésticas, los jardineros, y los trabajadores agrícolas hace posible que California sea la quinta economía más grande del mundo.

Pedro Ríos es defensor de derechos humanos y de los inmigrantes en el sur de California.

Anuncio