Anuncio

Presentan cargos de esclavitud sexual y trabajos forzados contra la iglesia de La Luz del Mundo

Sochil Martin, former member
Sochil Martín, vista en una conferencia de prensa en el centro de Los Ángeles el jueves, dijo que fue aseada desde joven para proporcionarle sexo a Naasón Joaquín García, líder de la iglesia de La Luz del Mundo.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
Share via

Cuando los líderes de la iglesia de La Luz del Mundo dijeron que necesitaban dinero, ella entregó todas sus pertenencias.

Cuando querían sexo, ella les daba su cuerpo, lo que inició a partir de los 9 años.

Y cuando quisieron que reclutara a otros niños para ser preparados para la esclavitud sexual, ella también lo hizo, hasta que el peso de todo, combinado con las brutales palizas que recibió cuando se negó, la llevó a intentar suicidarse y luego huir de la iglesia en octubre de 2016.

Estos son los reclamos de una demanda federal presentada esta semana por Sochil Martín de 33 años, en contra de la poderosa iglesia con sede en Guadalajara.

Anuncio

“Durante casi 22 años, me obligaron a trabajar, viajar, mentir y entregar mi cuerpo a una organización que me veía nada más como una fuente de ganancias y placer sexual”, dijo Martín.

Sus reclamos se producen en medio de un amplio caso criminal presentado el año pasado que acusa al líder de la iglesia Naasón Joaquín García, de 50 años y otros miembros de la iglesia, de tráfico de personas, producción de pornografía infantil, violación forzada de una menor y otros delitos graves. Aunque los acusados se han declarado no culpables, el escándalo ha sacudido a la iglesia tanto en Estados Unidos como en México.

La Luz del Mundo es la mayor iglesia evangélica de México. Tiene sucursales en 50 países y cuenta con más de 5 millones de miembros.

Jack Freeman, un ministro que ha estado con la iglesia durante 28 años, dijo que “rechaza por completo” las acusaciones y piensa que fueron hechas para interrumpir la Santa Cena de la organización. La celebración de esta semana, que describió como el mayor evento del año de la iglesia en Estados Unidos, atrajo a decenas de miles de seguidores al complejo de Pomona Fairplex, señaló.

“No se trata de abuso. Se trata de una fantástica historia que se le ha ocurrido”, dijo Freeman sobre la demanda. “Se trata de atraer la atención y de tratar de interferir con el evento sagrado que la iglesia está haciendo”.

Sochil Martin
Sochil Martín, quien dijo ser una ex esclava sexual del líder de La Luz del Mundo, Naason Joaquín García, en una conferencia de prensa en el centro de Los Ángeles.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Aseguró que los que han acusado a los funcionarios de la iglesia de mala conducta representan una pequeña fracción de su congregación mundial.

“Seguimos teniendo bautismos. Continuamos creciendo”, remarcó. “Contamos con más de 5 millones de personas que testificarían de otra manera, y que asegurarían que todo lo que está diciendo es falso y que somos una iglesia de gente buena, decente y honorable con ministros que se preocupan y aman a sus miembros y un director que ha guiado esta iglesia de una manera decente”.

Desde que los cargos fueron presentados por el procurador general Xavier Becerra, los oficiales de la iglesia han montado una agresiva defensa pública de su líder.

Pero la demanda va más allá de las alegaciones de la denuncia penal, detallando lo que los abogados describen como una cultura institucionalizada de abuso y explotación que ha llevado a los miembros de la iglesia a entregar su dinero, su trabajo y sus hijos a los líderes de la iglesia, a quienes se les enseña a considerarlos como los mensajeros de Dios en la Tierra.

La demanda civil, que nombra a La Luz del Mundo, García y una docena de otros miembros de alto rango de la iglesia, busca daños por servidumbre involuntaria, trabajo forzado no remunerado, tráfico de personas, chantaje y agresión sexual.

“Hay varias dimensiones en este caso. Es un caso de derechos humanos, un caso de abuso sexual de niños”, dijo el abogado Josh Robbins, un ex fiscal federal. “Pero también es un caso sobre el crimen organizado. ...y ha estado sucediendo aquí mismo en nuestro patio trasero”.

Martín nació en Monterey Park y fue criada por su tía, un miembro prominente de La Luz del Mundo que la ofreció como sirvienta sexual al ex líder de la iglesia, Samuel Joaquín Flores, y luego a su sucesor e hijo, García, según afirma la demanda.

El padre de Flores fundó La Luz del Mundo en 1926, y él, Flores y García se convirtieron en líderes carismáticos de la iglesia de rápido crecimiento. Mientras servía como líder, cada uno de estos hombres era considerado por los feligreses como el apóstol de Jesucristo, infalible como Dios e incapaz de pecar. A los miembros se les enseña que sólo pueden alcanzar la salvación adorando al apóstol, afirma la demanda.

A Martín se le entrenó para realizar bailes eróticos para Flores a la edad de 9 años; se le proporcionaron trajes reveladores y le enseñaron cómo y dónde quería ser tocado, dice la denuncia.

A la edad de 12 años, Martín realizaba regularmente bailes privados para Flores, y durante los cuatro años siguientes, ella dijo que lo atendía regularmente en varios estados de desnudez. Como parte de su formación, a ella y a otros niños se les hizo memorizar pasajes de la Biblia en los que, según sus padrinos, explicaban por qué ser “amado” por Flores era un regalo de Dios, señala la demanda.

Cuando cumplió 14 años, Martín tuvo que hacer pagos regulares a la iglesia. A los 16, empezó a trabajar para la propia iglesia, produciendo segmentos para una estación de radio que eventualmente creció en su división de medios y propaganda, según la denuncia. Martín declaró que nunca recibió ninguna compensación, y la demanda estima que ella trabajó más de 30.000 horas no pagadas.

La expectativa de que los miembros de la iglesia proporcionen mano de obra gratuita y donen sus propiedades, incluyendo títulos de propiedad de bienes raíces, es común, reveló.

“La Luz del Mundo, se lo lleva todo”, aseguró Martín. “Cada dólar que ganan va a La Luz del Mundo porque realmente creen que su dinero será utilizado para hacer el trabajo de Dios en la Tierra”.

Pero Martín fue testigo de que los líderes de la iglesia financian estilos de vida lujosos a espaldas de sus seguidores, dice la demanda. Afirma que García y los miembros de su familia utilizaron las donaciones para comprar ropa de diseño, piezas de arte y propiedades multimillonarias, incluyendo mansiones en Malibú y Palos Verdes y varios ranchos en Texas y Redlands que albergaban criaderos de animales exóticos, así como un museo privado de coches antiguos.

En una ocasión, recordó Martín, se animó a los miembros de la iglesia en el sur de California a donar a García todas las reliquias de oro y joyas que tuvieran. Las donaciones se fundieron y se utilizaron para pintar las molduras de una casa de Los Ángeles que había construido recientemente, según la demanda.

En diciembre de 2014, Flores murió y García se hizo cargo de la iglesia, asumiendo el título de apóstol. El abuso contra Martín se intensificó, de acuerdo a la denuncia.

Para entonces, vivía en Ensenada con su marido, un compañero con el que se había casado con la aprobación de la iglesia, y había dado a luz a una niña.

García la obligó a viajar a Guadalajara durante meses, donde se volvió “totalmente ilimitado en sus demandas sexuales”, según la demanda. También le asignó a Martín un nuevo papel como reclutadora y cordinadora de su harén sexual infantil.

“Durante el último año antes [de dejar la iglesia], cuando estaba con Naasón, fue una pesadilla”, dijo Martín. “Durante toda mi vida, fue una pesadilla. Lo viví una y otra vez. Pero hacia el último año, vi y viví tantas cosas”.

De acuerdo a la denuncia, García ordenó una vez a Martín que realizara un acto sexual con un chico de 14 años, y cuando ella se negó, él la golpeó hasta que perdió la sensibilidad en su pierna derecha. Martín se enteró más tarde de que el chico fue obligado a tener sexo con otra persona, y luego con su madre, lo que García grabó en video. Ella dijo que cayó en una profunda depresión e intentó suicidarse.

El marido de Martín se preocupó tanto por su bienestar mental que empezó a investigar su comportamiento y en octubre de 2016, encontró un intercambio explícito de fotos y mensajes de texto con García en su teléfono, reveló.

“Él dijo, ‘Esto está muy mal. Todos ustedes están siendo usados, y esta no es una iglesia de Dios”, manifestó su esposo.

Después de que la pareja huyera de la iglesia, Martín fue sometida a una campaña de intimidación y acoso por parte de sus miembros que empeoró cuando se dieron cuenta de que ella estaba trabajando con las fuerzas del orden en la investigación criminal de García, aseguró.

Varias semanas después del arresto de García, dos personas entraron en su casa de Ensenada, se presentaron como investigadores privados contratados por el equipo de defensa criminal de García e hicieron comentarios vagamente amenazadores sobre sus planes de testificar, dice la demanda. Uno de ellos mostró una tarjeta de visita de la policía de Los Ángeles, señaló Martin.

Aterrorizada, huyó a California.

Pero en diciembre, cuando se alojaba con su familia en un hotel en el área de San Diego, un hombre al que los miembros de la iglesia conocen como “el ejecutor” la siguió en un intento de intimidarla, afirma la demanda.

Martín se vio obligada a buscar un nuevo alojamiento. Ella sigue viviendo con miedo, reveló.

El abogado Jeff Anderson señaló que las acusaciones constituyen “el delito más grave” que su firma ha enfrentado y destacó que Martín es probablemente una de cientos de víctimas.

Martín dijo que espera inspirar a otros que fueron abusados para que también se presenten.

“Lo que nos pasó no está bien”, declaró, con la voz temblorosa. “No es una bendición. No es de Dios. No está bien”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio