Anuncio

GoFundMe en tiempos del coronavirus: Súplicas por dinero para la comida y el alquiler

Roberta Wall, una camarera que actúa y canta en el restaurante italiano Miceli`s en Los Ángeles, ha estado sin trabajo desde mediados de marzo, cuando el restaurante cerró a los clientes debido al brote de coronavirus.
(Mel Melcon/Los Angeles Times)
Share via

En GoFundMe surgen gritos en la oscuridad, dirigidos a extraños. Pedidos de ayuda, incluso por $1, en apoyo para a pagar el alquiler o llenar un refrigerador vacío.

Hola, quería comenzar esta página para reunir algunos fondos para comida y agua ...

esta crisis me tiene sin trabajo, sin ayuda, soy una madre soltera de 4.

Anuncio

Estoy pidiendo apoyo para resistir esta tormenta mundial.

En una noche de esta semana a eso de las 9, ingresé al sitio web de GoFundMe y me sumergí en las campañas búsqueda tras búsqueda: Los Ángeles y coronavirus, Los Ángeles y COVID-19, Los Ángeles y perdí mi trabajo, Los Ángeles y desesperado.

Pasadas las 2 a.m., todavía estaba allí, incapaz de dejar de leer, una vez más vi la difícil situación de una contrariedad que creí haber entendido.

Hice todo bien, me sustento a mí mismo, seguí las reglas, sin embargo, aquí estoy en un arroyo sin remos.

He intentado de todas las maneras posibles y este es realmente un último recurso.

Sé que todos los demás también están luchando.

Ve a GoFundMe, cuando comienzas a rascar debajo de la superficie en este momento, es un golpe de necesidad sin filtros. Niños que piden ayuda para enterrar a los padres derrotados por el virus. Madres que luchan por alimentar a sus bebés. Las tiendas y restaurantes intentan conseguir apoyo para los trabajadores despedidos, pero también precisan dinero para sobrevivir lo suficiente como para poder reabrirlos y volver a contratarlos.

Tantas tiendas y restaurantes que he frecuentado. Innumerables personas cuyos medios de ganarse la vida no tienen sentido en este momento.

Tintorerías que limpian la ropa de trabajo impecablemente que no usamos cuando no laboramos. Masajistas que no pueden masajear nuestros músculos sin estar demasiado cerca. Preescolares: como si, en un momento como este, enviáramos a nuestros niños más pequeños al mundo.

Hay muchas personas que dicen que todavía están esperando ayuda del gobierno o que han intentado obtenerla sin éxito. Individuos en apuros cuyos breves y contundentes llamamientos se leen como oraciones privadas que convocan a un salvador.

En el sitio hay grandes éxitos de recolección de fondos cuyos organizadores reciben más de lo que piden, pero también hay muchas campañas que requieren poco y no reciben nada. Bastantes los solicitan, después de todo, en un momento en el que relativamente pocos de nosotros gozamos de la confianza suficiente en el futuro para sentir que tenemos algo para compartir.

Por favor, si eres alguien con recursos, ¡ayúdanos! Sé que probablemente haya personas que necesiten más ayuda, ¡pero correremos el peligro de perderlo todo! ¡Gracias!

Esto es algo de lo que Roberta Wall publicó a mediados de marzo, después de que perdió sus dos trabajos. Tiene 63 años. Canta, baila y ha actuado en Broadway. Está de gira al menos cuatro meses al año en “Menopause the Musical”, pero eso no sucederá este año. Durante más de 33 años, con descansos entre los espectáculos, ha sido camarera en Miceli’s en Cahuenga Boulevard. ¿Tal vez la escuchaste, con pizza y pasta, entreteniéndote con un número de “The Beauty and the Beast”? Pero ese empleo desapareció el 16 de marzo cuando los restaurantes redujeron su trabajo para vender comida para llevar.

Su esposo enseña artes teatrales en Los Angeles Valley College, y su paga cubre la hipoteca de su hogar en Alhambra. Pero su dinero es necesario para otras facturas, y no se le paga en el verano. Wall sintió “pánico, pánico puro”, reveló, cuando perdió su capacidad de ganar un salario.

Luego, su hija y yerno -que cantan y son meseros en un bar de Nueva York- se quedaron sin trabajo y están enfermos en su pequeño departamento, con todos los síntomas del coronavirus. Wall se ha sentido enferma de la preocupación, aunque parece que su situación ha dado un giro.

Ahora ha comenzado a recibir ayuda por desempleo, sin embargo, el dinero todavía es muy escaso. Obtuvo $250 de un fondo de apoyo para artistas. No ha recibido donaciones en línea.

Cuando publicó su campaña en GoFundMe, dijo que no lo comunicó a ninguna persona. Ella esperaba un mecenas rico, al azar.

“Cada amigo que tengo está en el mismo barco. ¿Quién podría darme dinero?”, expuso ella. “No tengo amigos médicos, ni amistades que sean abogados”.

Pensé que íbamos a tener un trabajo cuando regresaramos, pero supongo que no.

Eso es lo que Vanessa Cordero publicó bajo el título: #noworkcoronavirus.

Hasta hace poco, Cordero, de 31 años, trabajaba en el teatro Regency en Commerce. Pasaba los sábados en el Centro de Habilidades del Este de Los Ángeles, entrenando para ser custodio escolar, esperando un empleo en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Luego, el teatro se vio obligado a cerrar y la despidieron, le dijeron que tendría que volver a solicitar su trabajo. Mientras tanto, sus clases se trasladaron en línea y el distrito escolar cerró, dejando a sus prospectos menos prometedores para un empleo inmediato de limpieza profunda en el verano para después obtener su certificado en junio.

Cordero vive en la casa de su padre en Boyle Heights, la cual él tiene miedo de perder, dice ella. Es soldador en construcción y ahora fabrica piezas para hospitales (un contrato cuyos detalles no le dirá), pero está trayendo al hogar menos dinero. Cordero aún no ha recibido ayuda federal o estatal. Ella está esperando. Dijo que deseaba poder reunir dinero en GoFundMe para darle a su padre. Pero, como Wall, no recibió contribuciones, probablemente porque no se lo comunicó a nadie que conocía.

“Me sentí avergonzada de alguna manera”, reveló acerca de pedir dinero, “porque nadie en mi familia hace eso”.

Ocurrió. El coronavirus golpeó fuerte y perdí todas las fuentes de ingresos.

Jake Bender, de 24 años, es uno de los afortunados. Solicitó $500 en GoFundMe el mes pasado y recibió un poco más de esa cantidad. No tuvo reparos en compartir su campaña, y nueve personas, en su mayoría de su ciudad natal de Conrad, Mont., respondieron. Llegó aquí para convertirse en actor después de la universidad, hace dos años. Ha llegado a fin de mes en la economía informal, trabajando de vez en cuando para una empresa de puesta en escena, conduciendo para Lyft y haciendo trabajos ocasionales para TaskRabbit. Pero todas sus fuentes de ingresos se agotaron con el cierre. La última vez que condujo para Lyft, dice, ganó $4 en dos horas. Un día de marzo, recibió $40 moviendo un mueble muy pesado.

El dinero de GoFundMe lo ayudó a cubrir su parte de $920 del alquiler por su departamento de Los Feliz el mes pasado. Cuando hablé con él el jueves, tenía $920 a su nombre, lo suficiente para pagar la renta que vence el viernes. Al principio, su madre le envió un gran paquete de ramen, Velveeta Shells & Cheese y Tuna Helper. El otro día encontró una ganga en la tienda: $4 por tres pechugas de pollo. Mientras tanto, aún tiene un préstamo estudiantil, un pago de automóvil y un seguro de carro que pagar. Y todavía tiene que recibir su primer dinero por desempleo.

Perdí mi trabajo debido al corona. Necesito este dinero para pagar parte de las facturas y poder mantenerme a flote. Por favor, cualquier cosa ayudará.

A principios del mes pasado, Ulises Ramírez, de 27 años, fue despedido de su trabajo administrando una zapatería en Commerce. Tenía alrededor de $1.000 en ahorros en ese momento. Y a pesar de que la compañía pagó su tiempo de vacaciones, ahora cuenta con un ahorro de $400 y casi lo mismo en su cuenta corriente. Comparte un apartamento en Whittier con amigos, pagando $550 por mes.

Sin embargo, con todos sus compañeros de cuarto trabajando desde casa, se mudó con su madre y su hermana al Este de Los Ángeles. Tiene deudas y préstamos con tarjetas de crédito. Excepto por el pago de su automóvil, dice, está teniendo problemas para aplazar los pagos. Todavía no ha escuchado nada sobre su solicitud de desempleo presentada el 12 de abril y ni siquiera sabe si fue aprobada.

Mientras tanto, no recibió donaciones de GoFundMe, a pesar de que compartió su campaña en las redes sociales. En su mundo de clase trabajadora, dice, todos están sufriendo.

“Hay una avalancha de campañas en GoFundMe como la mía”, señaló. “Y no puedes preguntarle a tu vecino ni a un amigo”.

Entonces lloras en la oscuridad y esperas que alguien, en algún lugar, esté escuchando.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio