Once condados regresaron a niveles más restrictivos en el sistema de reapertura del coronavirus de California el martes, una regresión sin precedentes mientras el estado lidia con un aumento cada vez más preocupante de infecciones.
Entre los reincidentes se encontraban los condados de San Diego, Sacramento y Stanislaus, todos los cuales pasaron al nivel púrpura, la categoría más estricta de la guía de reapertura del estado. Un fuerte incremento en los casos en San Francisco llevó a los funcionarios allí el martes a aumentar las restricciones, lo que significa que se suspenderán las comidas en interiores, se reducirá la capacidad en los gimnasios y teatros y las escuelas preparatorias de la ciudad tendrán que esperar para reabrir.
Esta semana también marcó la primera vez que ningún condado avanzó a un nivel menos restrictivo, dijo el Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California.
“Anticipamos, si las cosas siguen como están, que entre esta semana y la próxima, más de la mitad de los condados de California se habrán movido a un nivel más restrictivo”, dijo el martes. “Y eso ciertamente es una indicación de que estamos preocupados y que tenemos que vigilar de cerca lo que está sucediendo”.
Con las tres nuevas incorporaciones al nivel púrpura, casi una cuarta parte de los condados de California ahora se encuentran viviendo bajo las restricciones más estrictas relacionadas con el coronavirus. Los otros son los condados de Los Ángeles, Riverside, San Bernardino, Imperial, Monterey, Tulare, Madera, Sonoma, Tehama y Shasta.
El sistema de California, que determina hasta qué punto pueden operar las empresas, las escuelas y otros espacios públicos, se divide en cuatro niveles codificados por colores: púrpura, seguido de rojo, naranja y amarillo.
Pasar al nivel púrpura obliga a muchas empresas y organizaciones a reducir la capacidad o trasladar sus operaciones al exterior.
Los condados se colocan en niveles según dos métricas principales: el número promedio diario de nuevos casos de COVID-19 por cada 100.000 residentes y el porcentaje de pruebas realizadas que detectan el coronavirus.
Los condados corren el riesgo de retroceder si sus métricas caen en el rango definido de un nivel más restrictivo durante dos semanas seguidas.
“Para volver al Nivel 2 rojo, el condado de Sacramento necesita tener tasas diarias de casos más bajas. La única forma de hacerlo es haciendo lo que sabemos que funciona”, indicó la funcionaria de salud del condado de Sacramento, la Dra. Olivia Kasirye. “Todos debemos hacer nuestra parte”.
Los otros condados que retrocedieron el martes fueron Amador, Contra Costa, El Dorado, Placer y Santa Cruz, que ahora están en rojo; y Modoc, Siskiyou y Trinity, ahora en naranja.
Los funcionarios estatales han dicho que el sistema por niveles es deliberativo por diseño, destinado a darles tiempo a los funcionarios para revisar y digerir los datos antes de decidir si se justifican reaperturas más amplias o restricciones adicionales.
“Esta es exactamente la razón por la que diseñamos el estado del nivel de la manera en que lo hicimos”, dijo el gobernador Gavin Newsom durante una sesión informativa el lunes. “Se trataba de ser cada vez menos restrictivo, no basado en un capricho político, sino basado en los datos, basado en la epidemiología, basado en los hechos en el terreno y, nuevamente, basado en las condiciones locales en los 58 condados en todo el estado de California”.
A partir de la actualización de nivel del martes, 13 condados están en el nivel morado, 22 en rojo, 17 en naranja y seis en amarillo.
“Creo que varios condados están experimentando niveles bastante altos de casos, no necesariamente los más altos que jamás hayan visto, pero ciertamente en comparación con los mínimos que hemos estado pasando en los últimos meses”, expuso Ghaly.
Los dueños de negocios en los condados que ahora se encuentran en el nivel morado tendrán que ajustar sus operaciones para cumplir con las pautas más estrictas. Por ejemplo, los restaurantes ya no podrán ofrecer servicio de cena en interiores.
Sin embargo, en la pequeña Masullo Pizza en Sacramento, las nuevas restricciones no se sentirán demasiado duras.
Cuando se supo por primera vez que se permitiría cenar en el interior con capacidad reducida, el favorito del vecindario, con su cocina abierta y mesas comunes, decidió ir a lo seguro y mantener a los comensales afuera, dijo el cocinero Paul Quiroz.
“Hemos sido muy estrictos”, afirmó, y agregó que la pandemia no ha afectado demasiado las ventas hasta ahora. “Hemos tenido suerte en eso. Tenemos una cantidad decente de negocios”.
No todo el mundo ha tenido tanta suerte. En Solfire Yoga, en el corazón del otrora próspero distrito del centro de Sacramento, la propietaria Ellen Moe dijo que ha perdido alrededor del 70% de sus ingresos desde que comenzó la pandemia, pero que acababa de ver un pequeño repunte desde que pudo reanudar las clases en el estudio con 10 % de capacidad a finales de septiembre.
Sin embargo, las últimas noticias la hacen sentir como si “cada vez que tenemos un poco de impulso, nos cierran de nuevo”.
El estudio trasladó las clases al exterior durante los cálidos meses de verano, pero “ahora hace bastante frío aquí en Sacramento”, señaló. Si bien quiere mantener seguros a sus clientes, Moe dijo que deseaba que hubiera más ayuda para empresas como la suya.
“Mi negocio ha sido diezmado”, manifestó.
Randall Selland, propietario de seis restaurantes en Sacramento, incluida Ella, uno de los favoritos de los legisladores en el cercano Capitolio, comentó que estaba frustrado por lo que ve como “un mensaje no coherente sobre cómo superar esto”.
El restaurante Ella ha estado cerrado desde marzo porque su ubicación en un área con una gran población de personas sin hogar hicieron que sea difícil comer al aire libre, expuso Selland.
Aunque sus otros establecimientos han invertido en cenas al aire libre, las temperaturas de otoño golpearon con fuerza en el norte de California esta semana, cree que los comensales dispuestos a enfrentar el frío serán “pocos y espaciados”.
Dijo que le gustaría ver un enfoque más específico para los cierres.
“Este cierre general, no creo que sea correcto”, comentó Selland. “Debería ser un esfuerzo caso por caso. Si no estás siguiendo las reglas, que les cierren, en lugar de simplemente estar abriendo y cerrando todo el tiempo”.
Si bien pasar a un nivel más restrictivo sin duda presentará desafíos desde una perspectiva comercial, Ghaly dijo que considera que los problemas más importantes de la salud pública y económica están entrelazados.
“Lo pensamos de manera muy amplia. Y algunos de nosotros creemos y vemos evidencia de que trabajar para controlar la transmisión de COVID, asegurándonos de que no tenga el impacto terrible en California que hemos visto en otras partes de la nación y otros lugares del mundo, es protegiendo no solo nuestra salud pública en el sentido estricto, sino nuestro amplio sentido de salud pública, que incluye nuestra salud económica”, expuso.
Si bien las razones del aumento de la propagación del coronavirus, y el tipo de comportamientos y lugares que impulsan esas tendencias, pueden variar de un condado a otro, Ghaly dijo esta semana que “casi todos los condados que tienen una mayor transmisión mencionan las reuniones privadas en hogares como una fuente importante de la propagación”.
Los funcionarios de salud de todo el estado han enfatizando ese punto durante meses, diciendo que las elecciones de los residentes sobre las reuniones, así como las precauciones que tomen o no tomen al hacerlo, jugarán un papel importante en la configuración de cómo se desarrolla la pandemia.
California ya se encuentra en una nueva encrucijada. Los casos de coronavirus están comenzando a tener una tendencia preocupante al alza en el estado y se están disparando en muchas partes del país.
El último promedio de siete días de casos nuevos en todo el estado es de 6.078, frente al promedio de 14 días de 5.216.
El estado se está acercando rápidamente a 1 millón de casos totales y, a partir de esta semana, había registrado oficialmente más de 18.000 muertes.
El virus también continúa propagándose más rápidamente en ciertas comunidades; en el condado de Santa Clara, se encuentra en los vecindarios predominantemente latinos del este de San José y Gilroy.
En Los Ángeles, los vecindarios de Pacoima y Sun Valley en el este de San Fernando Valley han duplicado la tasa de casos ajustada de coronavirus del Condado, y las comunidades informaron tasas de 506 casos por cada 100.000 residentes y 456 casos por cada 100.000 residentes, respectivamente, durante los dos últimos semanas; la tasa en todo el Condado es de 188 casos por cada 100.000 habitantes.
Más de una docena de otras comunidades también son motivo de especial preocupación debido al aumento de las tasas de casos: Palmdale, Lancaster, East Los Angeles, Van Nuys, El Monte, Downey, Pomona, North Hollywood, Glendale, Santa Clarita, South Gate, Florence-Firestone , Canoga Park y Panorama City.
Pero, dicen los expertos, el virus no se quedará en ciertos lugares.
“Este virus se va a propagar. Eso es lo que hace este virus. Entonces, no se trata solo de las comunidades que están experimentando tasas de casos más altas”, señaló la Dra. Sara Cody, oficial de salud del condado de Santa Clara.
El Dr. John Swartzberg, experto en enfermedades infecciosas de UC Berkeley, dijo que cree que es probable que el coronavirus inunde a California en diciembre y que partes de la economía estatal tendrán que cerrarse.
Expuso que el virus se está propagando a través de viajes desde estados donde se encuentra fuera de control, y California no se salvará.
“Dentro de un mes después del Día de Acción de Gracias, el número de casos aumentará significativamente”, dijo Swartzberg. “California va a estar muy preocupada y empezaremos a ver que los negocios se cierran”.
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