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El coronavirus vuelve a acechar a California, pero todavía hay tiempo para prevenir una “tercera ola”

Los compradores hacen su camino a lo largo del Santee Alley en el centro de Los Ángeles el miércoles.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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Si bien California ha comenzado a ver un aumento en los casos de coronavirus, el ritmo de incremento aún es mucho más ligero que el del resto de Estados Unidos y los expertos dijeron que todavía hay tiempo para prevenir una “tercera ola”.

Hay claras señales de advertencia, incluido un preocupante aumento de casos diarios en el condado de Los Ángeles. Pero en todo el estado, el repunte, por el momento, está a un ritmo que aún se considera relativamente lento y los principales funcionarios de salud dicen que no hay muestras concluyentes del tipo de incremento que sacudió a California este verano.

“Somos afortunados en el sentido de que estamos empezando a producir un repunte mucho más silencioso”, dijo el Dr. Robert Kim-Farley, médico epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas de la Facultad de Salud Pública Fielding de UCLA. “Y creo que se debe a que seguimos adhiriéndonos, en su mayor parte, a este enfoque escalonado de apertura gradual de la economía y las escuelas”.

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El lento proceso de reapertura de California ha provocado críticas de algunas empresas, como algunos ejecutivos de los parques temáticos más grandes del estado, que siguen cerrados. Los bares al interior que no ofrecen comidas permanecen cerrados en gran parte en todo el estado. Y en los condados más afectados, incluidos Los Ángeles, Riverside y San Bernardino, los comedores al interior de los restaurantes están cerrados, al igual que los gimnasios y los lugares de culto.

Pero aunque esa lenta estrategia de reapertura puede resultar frustrante para algunos, los expertos en salud y los funcionarios están dando crédito a este marco para evitar que los hospitales de California se vean abrumados por una oleada de nuevos casos.

El primer intento de California de reabrir la economía a fines de la primavera terminó en un desastre, y los funcionarios estatales, enfrentando presiones políticas, acordaron acelerar su ritmo sin cumplir con sus propios criterios previamente establecidos. Eso llevó a un aumento repentino de los casos en verano que provocaron la temporada más mortífera de la pandemia en California.

Coronavirus cases in California have risen, but not to the extreme levels seen nationally.
Los casos de coronavirus en California han aumentado, pero no a los niveles extremos observados a nivel nacional.
(Los Angeles Times)

La situación más leve actualmente en California, dijo Kim-Farley, podría considerarse “una historia de éxito algo modesta en comparación con el resto de la nación”.

Si bien la cifra acumulada de muertes por COVID-19 en California de más de 17.900 es mucho peor que en algunos países (Japón, por ejemplo, ha registrado solo 1.800 decesos), el Estado Dorado todavía tiene aproximadamente la mitad del total de defunciones de Nueva York, el estado que reporta la mayor cantidad de muertes con casi 34.000 decesos.

El número de casos semanales de coronavirus que California ha registrado recientemente todavía está muy por debajo de su peor semana. Durante el período de siete días que terminó el jueves, California informó casi 34.000 casos. Eso es aproximadamente la mitad de la peor semana de California, del 17 al 23 de julio, cuando se diagnosticaron 66.341 casos.

Por el contrario, la nación registró más de 662.000 casos en la última semana, la segunda vez en dos semanas que el país ha registrado un nuevo récord semanal.

“Parte del éxito de California se debe a que hemos ido muy lento con nuestra reapertura; que nos hemos dado tiempo para ver cómo los esfuerzos que hacemos impactan nuestro sistema de prestación de atención médica”, dijo el Dr. Mark Ghaly, secretario de la Agencia de Salud y Servicios Humanos de California.

Ghaly agregó que también cree que se ha ayudado a California en lugares donde hay un alto cumplimiento con la orden obligatoria de salud de uso de mascarillas del estado, que él llamó “una de las herramientas más valiosas en juego para reducir la transmisión”.

Por el contrario, algunos de los estados que registran las peores tasas de casos de coronavirus per cápita tienen residentes que en su mayoría no usan mascarillas.

En todo el país, los casos de coronavirus recién diagnosticados por primera vez excedieron más de 100.000 diarios en los últimos días, sobrepasando los totales más altos de un día hasta ahora. Desde que comenzó la pandemia, EE.UU ha registrado el mayor número de casos y muertes por coronavirus de cualquier país del mundo, con más de 236.000 decesos y alrededor de 9.8 millones de personas infectadas.

La pandemia está empeorando rápidamente en la mayoría de los estados, con la excepción de la Costa Oeste, Hawái, Nueva York, Luisiana y partes de Nueva Inglaterra, dijo el viernes el Dr. George Rutherford, epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas de UC San Francisco.

Sobre una base per cápita, los casos de coronavirus han sido más altos durante la última semana en el Medio Oeste, donde ha habido mucha controversia sobre el manejo de la pandemia. En Wisconsin, el gobernador demócrata y la Legislatura dominada por los republicanos y la Corte Suprema conservadora han discutido sobre las medidas de control.

Texas en Halloween superó a California como el estado con el mayor número de casos de coronavirus, y para el sábado, se reportaron más de 977.000 casos acumulativos de Covid-19 en el estado de ‘Lone Star’; el Estado Dorado tiene más de 964.000.

Texas, que ahora tiene más de 19.000 muertes por COVID-19, es hoy el estado con el segundo número más alto de decesos acumulados por COVID-19, desplazando del puesto número 2 a California que tenía a mediados de septiembre.

Durante la última semana, Texas, Illinois y Wisconsin registraron más casos nuevos de coronavirus que California, expuso Rutherford.

Es notable cuánta densidad de infección hay en lugares como Illinois, Iowa, Minnesota y dispersos en áreas metropolitanas en Mountain West, dijo Rutherford. Por el contrario, la Costa Oeste ha estado “relativamente a salvo”, manifestó Rutherford, y “aquí en California, seguimos siendo algo afortunados”.

A woman, wearing a mask, votes at a polling station, with her two mask-wearing children looking on.
Dyana Elam, centro, acompañada por sus hijos Jackson Love, 11, izquierda, y Jordan Love, 11, vota en Union Station en Los Ángeles.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

Rutherford dijo que le preocupaba que un aumento en los casos que comenzaron hace aproximadamente dos semanas en California fuera el inicio de un alza significativa en los casos, en el que California registraría 8.000 casos nuevos por día, frente a los 3.200 casos del día anterior en octubre.

Pero el terrible escenario no ha ocurrido, al menos todavía. Durante la última semana, se ha tenido un promedio de aproximadamente 5.050 casos al día.

“Solo porque hemos visto que otras partes del país experimentaron un aumento, no significa que sea algo inevitable en nuestro futuro”, dijo Ghaly. “Nuestras elecciones son muy importantes”.

Al igual que California en su conjunto, el condado de Los Ángeles ha comenzado a ver un aumento en los casos en las últimas semanas, pero no está en el punto en el que se espera un incremento inminente de los hospitales locales.

“Definitivamente se están produciendo oleadas en todo el país. No estamos viendo eso todavía aquí en el condado de L.A.”, dijo el Dr. Paul Simon, director científico del Departamento de Salud Pública del condado de L.A.

Durante el período de siete días que terminó el jueves, se reportaron 10.490 casos, un poco menos que el recuento de la semana anterior de 10.987, pero aún más alto que el recuento de hace tres semanas, que fue de 7.921.

Estos números todavía están por debajo de la peor semana del verano, cuando se informaron más de 22.000 casos del 10 al 16 de julio.

“Estamos bastante convencidos en este momento de que esas reuniones más pequeñas, donde las personas se sienten bastante seguras porque están con amigos y familiares, de hecho están impulsando gran parte del aumento”, dijo Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles. “Simplemente no son tan seguras como nos gustaría creer”.

Las comidas o fiestas aparentemente saludables, en las que la gente come y bebe en el interior, pueden propagar fácilmente el virus.

“Por favor, no traiga a su casa a personas que no sean parte de su hogar, porque sigue acelerando este aumento en el número de casos”, dijo Ferrer.

Las reuniones sociales también son un problema en el Área de la Bahía, donde en el condado de Solano, casi todos los casos de un aumento reciente “provienen de reuniones familiares y sociales”, expuso la Dra. Bela Matyas, oficial de salud pública del condado de Solano, en una junta pública.

“Algunos de los que fueron denunciados claramente violaron el sentido común: hubo un funeral con 300 personas y nadie llevaba mascarilla. Se celebró una boda en una casa con 40 invitados, ninguno de ellos portaba cubrebocas”, dijo Matyas.

Otros condados del sur de California están reportando aumentos semanales en los casos, pero a niveles aún por debajo del pico del verano. Durante el período de siete días que terminó el jueves, el condado de San Diego reportó 2.738 casos, frente a los 2.400 de la semana anterior, pero por debajo del máximo de 3.753 que tuvo a mediados del verano.

La región de cinco condados dentro de L.A., Orange, Riverside, San Bernardino y Ventura reportaron 18.558 casos en la última semana, frente a los 17.704 de la semana anterior. Las cifras son la mitad de lo que se vio en el verano, donde se reportaron casi 39.000 casos en una semana a mediados de julio.

El aumento de casos sigue siendo una señal de preocupación, y Kim-Farley sospecha que el alza en los casos reportados el jueves y viernes puede estar relacionado con reuniones que se hicieron por Halloween. Si sucediera un salto en los casos vinculados con Halloween, eso pondría a la región en un peor lugar de cara a las vacaciones secuenciales de Acción de Gracias, Navidad y otras vacaciones de invierno, lo que corre el riesgo de amplificar la pandemia.

“Estamos en un momento crítico en el que tenemos muchas tradiciones familiares culturales establecidas de reunirnos y celebrar”, manifestó Kim-Farley. “Eso realmente no podrá ser lo mismo que fue el año pasado”.

El estado generalmente prohíbe las reuniones grandes y ha establecido los siguientes requisitos sobre cómo pueden ocurrir las pequeñas reuniones sociales privadas: afuera, con no más de tres hogares permitidos, con invitados de diferentes hogares que permanecen a seis pies de distancia entre sí, con mascarillas cuando no están comiendo o bebiendo, servir alimentos y bebidas en recipientes desechables de una sola porción y limitar la duración a no más de dos horas.

“Este no es el año para festejar en grandes multitudes, particularmente en el interior”, indicó el Dr. Grant Colfax, director de salud pública de San Francisco. “Queremos estar aquí para la próxima temporada navideña. Deseamos que todos sigamos aquí”.

Gran parte de la preocupación en todo el país es que la transmisión importante se produce en pequeños grupos de reuniones de amigos y familiares. Los expertos en salud instan a las personas a no organizar ni asistir a grandes reuniones, y dicen que es más seguro celebrar juntos solo con miembros de su hogar y pasar tiempo con otra gente por teléfono o servicios de video en la web.

“Con la excepción de algunas manifestaciones grandes, parece ser que es en los grupos más pequeños de personas que se agrupan donde ocurre la mayor parte de la transmisión”, expuso Rutherford. “Por eso, la preocupación es que el Día de Acción de Gracias, en sí mismo, porque es un momento en el que la gente se reúne sin mascarilla para poder comer y beber, será un gran amplificador de la pandemia”.

Los funcionarios del condado de Los Ángeles también están monitoreando el empeoramiento de la disparidad en los casos de coronavirus entre los residentes latinos en comparación con otros grupos raciales y étnicos. La disparidad había mejorado en agosto y principios de septiembre, pero comenzó a empeorar nuevamente en octubre.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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