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La peligrosa oleada de COVID-19 obliga a un fuerte cierre de las escuelas públicas en L.A.

Taft High football players, spaced several feet apart, kneel as they exercise.
Debido a los aumentos repentinos de coronavirus, el entrenamiento organizado en Taft High para estos jugadores de fútbol americano, que comenzó en noviembre pasado, quedará en espera hasta enero, al menos, mientras los campus de Los Ángeles comienzan a clausurar los servicios para estudiantes.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)
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Los campus de Los Ángeles cerrarán por completo a partir de este miércoles para todas las tutorías en persona y los servicios especiales, a medida que las perspectivas de reabrir totalmente el segundo distrito escolar más grande del país en 2021 se alejan más en medio de un peligroso aumento de coronavirus, anunció el superintendente Austin Beutner este lunes.

La medida afecta de inmediato a unos 4.000 alumnos desde jardín de infantes hasta el grado 12, y el entrenamiento al aire libre para atletas. La orden de emergencia de Beutner se conoció durante el primer día de vigencia de un decreto general de quedarse en casa para gran parte de California, y mientras las tasas de coronavirus en el condado de Los Ángeles alcanzan cifras sin precedentes.

“Mi compromiso ha sido proteger la salud y la seguridad de todos en la comunidad escolar”, afirmó Beutner en una entrevista con The Times. “Tenemos un imperativo de que los niños regresen a la escuela lo antes posible, de la manera más segura posible. Pero todo eso entra por la puerta principal, y en la puerta principal está el COVID en la comunidad general de Los Ángeles, que en este momento alcanza niveles extraordinarios y bastante peligrosos”.

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Los comentarios del superintendente siguen a los de la presidenta del sindicato de maestros, Cecily Myart-Cruz, quien afirmó el viernes en redes sociales que se ha convertido en una cuestión de “si” en lugar de “cuándo” los campus reabrirían para el semestre de primavera.

Beutner no es el único en dar marcha atrás con los servicios en los campus, aunque ha habido una variedad de respuestas en todo California.

La junta en el Distrito Escolar Unificado de la Ciudad de San Bernardino, que atiende a unos 47.000 estudiantes, votó el 17 de noviembre para mantener cerrados los campus en ese distrito —el octavo más grande del estado— por el resto del año escolar.

En el noroeste del condado de Los Ángeles, el Distrito Unificado de Las Vírgenes, con aproximadamente 11.000 estudiantes, amplió la instrucción en persona, permitiendo el reingreso de los alumnos de tercer grado al campus, el lunes. Casi las tres cuartas partes de los estudiantes de jardín de infantes de transición a segundo grado ya habían regresado a las aulas bajo una exención aprobada por el Condado y que está disponible para cualquier escuela.

La tasa de pobreza en el Distrito Unificado de la Ciudad de San Bernardino es de aproximadamente el 88% en comparación con casi el 12% en el Distrito Unificado de Las Vírgenes, lo cual refleja una tendencia más amplia de que los campus tienen más probabilidades de reabrir en comunidades más ricas. Esta división que separa a los pobres de los más prósperos también se refleja en las tasas de infección. Las áreas de menores ingresos se han visto más afectadas.

En los condados adyacentes a Los Ángeles se permitió que los campus abrieran mientras que las tasas de infección eran más bajas, y pueden permanecer abiertos según las pautas estatales. Sin embargo, los campus que no han vuelto a funcionar en persona deben permanecer cerrados.

El panorama en todo el país también es variado. Los campus de Filadelfia están cerrados. Mientras tanto, los padres de la ciudad de Nueva York se enfrentaron el lunes a otro giro de una montaña rusa: la reapertura de los campus de primaria en el sistema escolar más grande del país.

Según Beutner, podría haber ocurrido algo similar en Los Ángeles si las tasas de infección fueran tan bajas como en la ciudad de Nueva York. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) apenas comenzaba a abrir las puertas de las escuelas, y menos del 1% de los estudiantes recibían algún servicio en persona. A principios de octubre, empezó a ofrecer tutorías individuales; más tarde comenzó la instrucción para grupos de hasta tres y a proporcionar otros servicios, como evaluaciones para estudiantes con discapacidades. El objetivo era priorizar a los alumnos más vulnerables.

Se están llevando a cabo negociaciones con el sindicato de maestros para extender un acuerdo de educación a distancia que expirará a fin de año.

En declaraciones preparadas para una emisión del lunes, Beutner dijo que la crisis requiere de un “Plan Marshall para las escuelas”, en alusión al programa de alto costo y todo incluido que Estados Unidos lanzó para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial, un esfuerzo que se percibió como la búsqueda del bien común.

El plan de estos días, dijo, debería contener cuatro elementos esenciales: crear un entorno escolar seguro, pruebas de coronavirus en la escuela y rastreo de contactos, apoyo de salud mental para niños y financiamiento para instrucción en persona el próximo verano.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, agregó, ya está planeando “sesiones de verano como nunca antes”, para ayudar a los estudiantes a “recuperar las oportunidades de aprendizaje perdidas, enriquecer sus vidas y ayudarlos a lidiar con la ansiedad y el trauma que esta crisis ha traído a sus hogares”.

Más de mil millones de dólares en ayuda federal por el COVID ya fueron entregados a las escuelas del país, pero según Beutner la necesidad es mucho mayor. “El costo a nivel nacional de un programa de ayuda escolar como el que propongo sería de aproximadamente $125 mil millones”, menos del 20%, dijo, del total destinado al Programa de Protección de Cheques de Pago, que otorgó préstamos con intereses ultrabajos a empresas. “Ese es un pequeño precio a pagar para darles a millones de niños una oportunidad del ‘sueño americano’ y a sus familias la oportunidad de volver al trabajo”.

También pidió que los maestros y otro personal escolar estén en la parte superior de la lista cuando se comience a vacunar. En la entrevista, dijo, se debe priorizar la reapertura de las escuelas antes que las salas de juego, bares, gimnasios, centros comerciales bajo techo e incluso restaurantes. “Las escuelas deben ser lo primero, no lo último”, enfatizó.

Al mismo tiempo, agregó, los empleados inactivos deberían recibir subsidios del gobierno hasta que puedan reanudar su trabajo.

El lunes, el distrito también dio a conocer algunos resultados de una encuesta de padres, que indica que “más de un tercio” de ellos desean enviar a sus hijos de regreso al campus. Quienes respondieron más recientemente, agregó Beutner, estaban menos ansiosos por esa opción, y optaron en cambio por prolongar el aprendizaje a distancia.

Grupos de defensa habían cuestionado si el distrito estaba trabajando lo suficiente para llegar a los padres con respecto a esta decisión tan importante.

En la entrevista, Beutner dejó en claro que el sondeo había evolucionado para servir como una instantánea y una herramienta de planificación. Los padres, comentó, serán encuestados nuevamente más adelante. En ese momento, anticipó, habrá más detalles disponibles sobre los planes del distrito para ofrecer un horario modificado de clases en persona cuando sea seguro hacerlo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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