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‘Nunca había visto algo así’: los hospitales del condado de L.A. rechazan las ambulancias y atienden a los pacientes en la tienda de regalos

Una persona con COVID-19 es tratada en la UCI del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda.
(Gina Ferazzi / Los Angeles Times)
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En el Centro Médico del Condado de Los Ángeles-USC, el punto de quiebre llegó el domingo por la noche.

No había una cama disponible para al menos 30 pacientes que necesitaban cuidados intensivos o intermedios, y el hospital tuvo que cerrar sus puertas a todo el tráfico de ambulancias durante 12 horas. Algunos pacientes, incluidos los muy enfermos, con una necesidad extrema de oxígeno, tuvieron una espera de hasta 18 horas para ingresar a la unidad de cuidados intensivos.

La entrada principal del Community Hospital of Huntington Park estaba cerrada al público el lunes; la parte trasera del edificio había tenido un flujo constante de ambulancias durante el fin de semana, y según un guardia de seguridad, los vehículos llegaban cada media hora.

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El Memorial Hospital of Gardena funcionaba el lunes al 140% de su capacidad, lo cual obligó a los funcionarios a suspender por cuatro horas el servicio de pedidos nuevos de ambulancias, para poder trasladar a los pacientes demorados. El sanatorio tiene dificultades para conseguir suficiente oxígeno y suministros, en medio de la cantidad de pacientes con COVID-19 que los necesitan. “Es una crisis, no hay duda al respecto”, dijo el director ejecutivo del Memorial Hospital, Kevan Metcalfe. “Y siguen llegando”.

La crisis en los hospitales del condado de Los Ángeles alcanzó nuevos niveles a medida que muchas personas enfermas siguieron llegando durante el fin de semana festivo, y el sistema médico se prepara para una nueva ola de propagación del coronavirus, que surgirá luego de los viajes y reuniones navideñas. Se espera que la cifra acumulada de muertos por COVID-19 en el condado de Los Ángeles supere los 10.000 esta semana.

Los hospitales están tan llenos que debieron colocar a los pacientes en salas de conferencias y tiendas de regalos. Pero aún así, muchas instalaciones se están quedando sin espacio. Prácticamente todos los centros médicos del condado de Los Ángeles se ven obligados a desviar ambulancias con ciertos tipos de pacientes a otros lugares durante la mayor parte del tiempo. El domingo, el 94% de los hospitales del condado de L.A. que reciben pacientes provenientes de llamadas al 911 desviaban algunas ambulancias.

“Pero pronto, no habrá ningún lugar al que puedan ir estas ambulancias”, advirtió la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del condado de L.A. “Si todos los hospitales las desvían, entonces ningún sanatorio las recibe”.

La cantidad de personas con COVID-19 dentro de las UCI del condado de Los Ángeles batió récords durante 16 días consecutivos y llegó a 1.449 el domingo, los datos más recientes disponibles. Todos los días durante la última semana, ha habido un aumento diario neto de 35 pacientes con COVID-19 en las UCI, ligeramente por debajo de los 44 registrados a mediados de mes, pero a un ritmo que está amontonando aún más pacientes críticamente enfermos en instalaciones abarrotadas.

Hasta el lunes por la mañana, había 54 camas de UCI disponibles en todo el condado de Los Ángeles, y la mitad eran para pacientes pediátricos. Dos tercios de las camas de la UCI con personal en el condado de Los Ángeles están ocupadas por enfermos de COVID-19.

“Todos los sanatorios están experimentando esta tensión, pero es especialmente más pronunciada y más grave para algunos de los centros médicos más pequeños”, agregó Ghaly. “Una gran cantidad de hospitales llegaron a un punto de crisis y tienen que tomar muchas decisiones difíciles sobre la atención al paciente”.

Hubo evidencia de ello este lunes, en Huntington Park. Con el Community Hospital cerrado a los visitantes, East 58th Street se convirtió en una sala de espera. Los autos aguardaban afuera, en el estacionamiento repleto, con los faros encendidos bajo la lluvia mientras los pasajeros esperaban a sus seres queridos adentro. De vez en cuando, un pasajero salía de un vehículo con su paraguas abierto, para acercarse a la nueva entrada principal del centro médico, el “ingreso de ambulancias”.

Una ambulancia del Departamento de Bomberos de Los Ángeles arribó, con las sirenas sonando, y el conductor descargó a un paciente en una camilla. Una sola manta colgaba del costado, y no protegía completamente de la lluvia al enfermo.

El personal del hospital le tomó la temperatura al recién arribado y le colocó una etiqueta en la muñeca. Después de registrarlo, los bomberos lo trasladaron al estacionamiento, a una de las dos carpas blancas improvisadas. Detrás de la delgada cubierta que servía como puerta, se podía ver al paciente arrastrando los pies hacia un asiento mientras un empleado del hospital, portapapeles en mano, le hablaba.

En Gardena Memorial, los funcionarios utilizaron la suspensión de cuatro horas de las llegadas en ambulancias para trasladar a algunos pacientes a casa, o al menos fuera de la UCI de 10 camas del hospital y a un área ampliada —previamente reservada para posoperatorios— para dejar espacio a otros 18 individuos necesitados de cuidados intensivos.

“Hay que ser muy ingenioso y creativo; utilizar los recursos tal vez de maneras que no se ha hecho antes”, comentó Metcalfe, director ejecutivo de la institución.

Es una tarea que está resultando cada vez más difícil, a medida que esos recursos se reducen. Los pacientes con COVID-19 requieren “el triple de cantidad de oxígeno”, expuso Metcalfe, por lo cual los suministros que normalmente pueden durar una semana ahora apenas duran tres días.

Incluso los tanques de almacenamiento de oxígeno en los terrenos del hospital se agotan rápidamente debido al alza de la demanda, añadió. Si un sanatorio se quedara sin oxígeno por completo, estaría en “un problema serio, muy serio”, aseguró Metcalfe. “Los pacientes que están en estos respiradores que tienen alto flujo de oxígeno, podrían morir”, añadió. “Se podría intentar usar una bolsa [de oxígeno manual], pero si se necesita para 40 o 50 personas, no hay suficiente personal que pueda hacerlo”.

El hospital ahora clasifica a los recién llegados y envía a casa a aquellos que no están muy enfermos, o a quienes pueden recibir atención ambulatoria, para mantener los números bajos puertas adentro. “Llevo 40 años en esta labor”, comentó Metcalfe, “y nunca había visto algo así”.

Los centros médicos más grandes hacen todo lo posible para seguir aceptando pacientes. Kaiser Permanente pospone cirugías y procedimientos electivos y no urgentes en sus instalaciones en todo California. La pausa permanecerá en vigor hasta el 10 de enero en la región del sur de California de Kaiser, y hasta el 4 del mismo mes en el norte del estado, según declaraciones del grupo de salud. En el sur de California, Kaiser no programa nuevas cirugías electivas durante enero.

En circunstancias extremas, los sanatorios podrían verse obligados a racionar la atención —los médicos ya no harían todo lo posible por salvar una vida, sino elaborarán estrategias sobre dónde utilizar los recursos y equipos de manera más eficaz—.

“Estamos en un punto de inflexión. Si la situación continúa empeorando, muchos hospitales comenzarán a racionar la atención”, enfatizó la Dra. Elaine Batchlor, directora ejecutiva del Hospital Comunitario Martin Luther King Jr. en Willowbrook, un espacio de 131 camas, que tuvo 215 pacientes el lunes.

Medical centers across California have had to resort to keeping patients on ambulances and moving some who ought to be in the ICU to other areas.

Dic. 28, 2020

El Huntington Hospital en Pasadena también advirtió de esa posibilidad en una hoja de información para pacientes y sus familias. Si la situación “llega a un punto tal que genere escasez en el sanatorio, ello afectará nuestra capacidad de atender a todos los pacientes”, escribieron los funcionarios. Entonces, un comité clínico compuesto por médicos, un miembro de la comunidad, un bioético, un proveedor de atención espiritual y otros expertos “revisará los casos de todos los pacientes que están críticamente enfermos” y “tomará las decisiones necesarias sobre la asignación de recursos médicos limitados en función de la mejor información médica posible. Esto libera al personal de cabecera de la toma de decisiones sobre la clasificación de la atención cuando los recursos son escasos”, explicó el hospital.

En L.A. County-USC, el principal hospital público del Condado en el lado este, los funcionarios están tratando de improvisar, pero tal como advirtieron el domingo por la noche, la constante avalancha de pacientes lo dificulta.

“Estábamos completamente abrumados”, afirmó el Dr. Brad Spellberg, director médico, quien agregó que el sanatorio intenta “improvisar soluciones a diario, cada hora, para superar esta crisis”.

Las condiciones en el hospital del Condado, uno de los centros de trauma más grandes del oeste de Estados Unidos, han empeorado constantemente desde el Día de Acción de Gracias, con un promedio de 10 pacientes con COVID-19 que llegan cada nueva jornada. El lunes, había alrededor de 240 personas con COVID-19 en todas las áreas del sanatorio, según Spellberg, casi el doble de la cantidad observada durante el pico del mes de julio pasado.

En un esfuerzo por liberar algunas camas en la UCI, el hospital abrió el lunes un espacio previamente reservado para la recuperación postoperatoria para acomodar a los pacientes de nivel intermedio de COVID-19, ya que los quirófanos ahora están cerrados para todos los casos excepto en emergencias. Como muchos otros hospitales de la región, L.A. County-USC ha construido salas de campaña o carpas médicas para ayudar con la admisión fuera de la sala de emergencias.

Pero no es solo la afluencia de pacientes lo que contribuye a la escasez de camas, aseguró Spellberg. Muchas personas con COVID-19 permanecen internadas mucho más tiempo que los pacientes promedio de la UCI, y algunos en respiradores ocupan camas durante seis, ocho o incluso 12 semanas.

El esperado “pico navideño” ni siquiera ha comenzado. “Si hay un aumento por Navidad, probablemente no lo hemos experimentado todavía”, consideró Spellberg, y señaló que los casos que surjan de ese día festivo podrían aparecer dentro de una semana o dos. “Si eso sucede, el condado de Los Ángeles será como Nueva York en abril”.

Las redactoras de planta de The Times Jaclyn Cosgrove y Harriet Ryan contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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