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La vacunación de los niños y la vigilancia son la siguiente fase de la batalla contra el COVID-19 en California

A woman looks at her arm after a COVID-19 vaccine injection.
Huong Vu, en el centro, de Santa Ana, recibe una vacuna COVID-19 en la Clínica de Vacunas Providence de Edwards Lifescience en Santa Ana.
(Christina House / Los Angeles Times)
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En California se siguen produciendo avances espectaculares en la lucha contra el COVID-19, con tasas de infección registradas muy bajas y la distribución de la vacuna en marcha. Los nuevos casos y las muertes han caído en picada desde la oleada de otoño e invierno.

Todo ello ha permitido la reapertura de amplias franjas de la economía.

Sin embargo, a pesar de estos avances, los expertos creen que la inmunidad colectiva aún está lejos. Dicen que varios factores harán que el COVID-19 siga siendo un hecho durante algún tiempo: Algunas personas no están dispuestas a vacunarse y los niños más pequeños no han participado en los esfuerzos de inmunización.

Esto es lo que sabemos:

¿Llegará alguna vez la inmunidad de grupo?

Se estima que entre el 70% y el 85% de la población debe ser inoculada para tener una inmunidad a niveles suficientes para interrumpir la propagación del coronavirus en una comunidad.

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Pero conseguirlo puede ser difícil. Una encuesta realizada por la Kaiser Family Foundation reveló que alrededor del 20% de los estadounidenses dicen que definitivamente no se vacunarán. Algunos segmentos de la población son incluso menos propensos a vacunarse. El sondeo descubrió que, en marzo, el 35% de los republicanos encuestados dijeron que “definitivamente no” se vacunarían o que solo lo harían si fuera necesario. Entre los residentes rurales, el 30% dijo lo mismo.

Existe la posibilidad de que se produzcan brotes si no se vacuna a un número suficiente de personas.

Además, aproximadamente 50 millones de personas en Estados Unidos son niños menores de 12 años. Es posible que la vacunación de este grupo no comience hasta principios de 2022.

“Estos dos grupos por sí solos significan que probablemente no podremos acercarnos a la verdadera inmunidad colectiva para finales de año, a menos que la gente cambie drásticamente en términos de su disposición a tomar [la] vacuna”, o que se permita ampliar las vacunas más rápidamente a los niños más pequeños, expuso el Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo médico y experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Fielding de la UCLA.

Kim-Farley dijo que espera que con el tiempo alcancemos niveles bajos de transmisión de la enfermedad, pero “probablemente no alcanzaremos el nivel cero, que es lo que se espera conseguir con una verdadera inmunidad de rebaño. Es posible que puedan darse brotes aislados que se producirán en todo el país, especialmente en los focos de personas que tienden a ser reticentes a las vacunas, o en grupos de niños pequeños”.

La implementación de la vacuna

En todo el país, se ha prestado mucha atención a cómo el 54% de los adultos estadounidenses han recibido al menos una dosis de la vacuna. Pero si se tiene en cuenta a todos los residentes, incluidos los niños, solo el 42% de todos los habitantes a nivel nacional ha recibido al menos una vacuna. En California, el 47% de los residentes ha recibido al menos una dosis, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

El Departamento de Servicios de Salud del condado de Los Ángeles estima que un aproximado del 63% de los residentes del condado de Los Ángeles están protegidos contra el COVID-19: alrededor del 25% a través de la vacunación y el 38% porque han sobrevivido a la enfermedad.

El condado de Los Ángeles ha hecho importantes avances en la administración de vacunas contra el COVID-19 en las comunidades de color más afectadas por la pandemia, pero esas zonas siguen estando muy por detrás de los barrios más ricos y del condado en su conjunto, según un análisis de datos del Times.

Los datos del condado publicados el viernes mostraron que, entre las personas mayores, aproximadamente el 70% de los residentes blancos y asiático-americanos y el 64% de los nativos americanos habían recibido al menos una. Pero entre los mayores latinos y negros, solo el 55% había recibido al menos una vacuna.

Entre todas las personas del condado de Los Ángeles mayores de 16 años, más del 50% de los residentes blancos y asiático-americanos y el 49% de los nativos americanos han recibido al menos una dosis. Solo alrededor del 30% de los residentes latinos y negros habían recibido al menos una dosis.

Kim-Farley dijo que espera que en algunas partes de la nación pronto comience a disminuir la demanda de vacunas después de que la mayoría de los que estaban ansiosos por vacunarse hayan recibido sus dosis.

Existe la preocupación a nivel nacional de que la pausa de 10 días en la administración de la vacuna de Johnson & Johnson, que se levantó el viernes, haya hecho que algunas personas se retrasen en vacunarse. Las autoridades han subrayado que el riesgo de que se produzcan coágulos de sangre entre los que reciben esa inyección es extraordinariamente raro: en la población general, menos de 2 de cada millón de individuos que reciben la vacuna de J&J podrían desarrollar el desconcertante trastorno de la coagulación.

Ninguna de las otras dos vacunas autorizadas en EE.UU, fabricadas por Pfizer y Moderna, ha tenido informes similares relacionados con coágulos de sangre.

En cambio, el riesgo de que un residente del condado de Los Ángeles muera a causa del COVID-19 ha sido de 1 entre 427.

El camino futuro de California

En una mesa redonda organizada por el Club de Prensa de Sacramento, el Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California, atribuyó a la orden regional de permanencia en el hogar dictada por el estado en diciembre y enero el haber frenado la pandemia y haber llevado los casos a uno de los niveles más bajos desde el comienzo de la pandemia.

Para octubre, Ghaly dijo que esperaba que hubiera suficientes californianos -y estadounidenses- vacunados para que el riesgo de contraer el virus fuera mucho menor. Hasta entonces, dijo que la gente probablemente debería cenar al aire libre en los restaurantes como norma, mantener sus círculos sociales reducidos y seguir usando una mascarilla en entornos en los que no estén seguros del estado de vacunación de los demás.

Como es probable que las vacunas no hayan sido autorizadas para los niños en octubre, “vamos a seguir necesitando proteger a los jóvenes. Tendremos que seguir preocupándonos por la posible transmisión, porque los jóvenes, aunque no se pongan tan enfermos ni se infecten con tanta frecuencia... se sabe que se convierten en un vector de transmisión”.

Pero en general, dijo Ghaly, espera que, para el otoño, los californianos vuelvan a hacer la mayoría de las cosas que hacían antes de la pandemia, con algunas mitigaciones del COVID-19 todavía en vigor.

Sin embargo, las variantes seguirán siendo una preocupación. “Este es un virus escurridizo que tratará de mutar”, destacó Ghaly, por lo que las autoridades tendrán que continuar con las pruebas y la investigación de la enfermedad a un alto nivel para detectar cualquier nueva variante del virus que tenga el potencial de romper la inmunidad.

La redactora del Times Melissa Healy contribuyó a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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