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El COVID-19 podría reducir partes del cerebro, según los científicos

SARS-CoV-2, the coronavirus that causes COVID-19, is seen under a microscope.
Esta imagen de microscopio electrónico de transmisión muestra el SARS-CoV-2, también conocido como 2019-nCoV, el coronavirus que causa el COVID-19.
(National Institute of Allergy and Infectious Diseases Rocky Mountain Laboratories)

No está claro cómo el coronavirus provoca el encogimiento de partes del cerebro, si se debe al virus o a los síntomas de COVID-19, dice un antiguo funcionario de la FDA.

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Un nuevo estudio sugiere que el COVID-19 podría encoger partes del cerebro.

Los resultados del estudio fueron mencionados por el ex comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el Dr. Scott Gottlieb, en el programa dominical de noticias “Face the Nation” de la CBS, como otro ejemplo de por qué es tan importante que las personas no vacunadas se vacunen. Los resultados también subrayan cómo se están acumulando pruebas de que los individuos pueden seguir sufriendo enfermedades relacionadas con el COVID-19 muchos meses después de la infección, una condición conocida como “COVID de largo plazo”.

“Ciertas áreas de su cerebro mostraron una disminución del tejido real - un encogimiento de partes de su cerebro”, dijo Gottlieb en el programa de noticias. “Es muy preocupante porque sugiere que el virus podría estar teniendo un efecto directo en ciertas partes del cerebro... Y creo que el balance de la información que estamos acumulando indica que el COVID es una enfermedad que podría crear síntomas persistentes”.

Algunas de esas enfermedades que persisten mucho tiempo después de la infección por coronavirus incluyen frecuencias cardíacas anormalmente rápidas y continuas, expuso Gottlieb, lo que podría explicarse como resultado de que COVID-19 daña el sistema nervioso del cuerpo.

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No está claro cómo el virus causa una reducción de partes del cerebro, dijo Gottlieb - si el virus en sí mismo causó la disminución del tejido cerebral, o si fueron los síntomas de COVID-19 los que causaron la reducción.

Una nueva normativa federal facilita la obtención de los resultados de las pruebas y el registro de su médico sobre su salud. Un inconveniente: Puede que usted no entienda lo que lee.

May. 19, 2021

Sin embargo, sea cual sea el mecanismo, los resultados subrayan lo problemático que puede ser el COVID-19 para las personas no vacunadas.

“Esta no es una enfermedad benigna. Es algo que es preferible evitar. Y la conclusión es que tenemos las herramientas para evitarla: mediante la vacunación”, manifestó Gottlieb.
En su informe, los autores del estudio dijeron que identificaron “efectos significativos de COVID-19 en el cerebro”, encontrando una pérdida de tejido cerebral conocido como materia gris en algunas regiones del cerebro que afectan al sentido del gusto y del olfato de la persona. Los autores también identificaron anormalidades consistentes entre los supervivientes de COVID-19 en una parte del cerebro que se ocupa de la memoria.

La pérdida del olfato o del gusto son síntomas de COVID-19. Y en el COVID de largo plazo, los síntomas pueden incluir dificultad para pensar o concentrarse, a veces denominada como “niebla cerebral”.

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Los autores advirtieron que no pueden “hacer afirmaciones de causalidad de la enfermedad con absoluta certeza”. Aún así, escribieron, sus observaciones se basan en “un patrón consistente de anormalidades causadas por el proceso de la enfermedad” que encontraron, lo que apunta a “un posible mecanismo de propagación de la enfermedad dentro del sistema nervioso central”.

El estudio observacional fue realizado por científicos de la Universidad de Oxford y del Imperial College de Reino Unido y de los Institutos Nacionales de Salud de Maryland, y publicado en MedRxiv la semana pasada. Los autores estudiaron a 394 personas que casualmente tenían escáneres cerebrales en sus registros médicos antes de infectarse con el coronavirus, y también se les escaneó el cerebro después de la infección.

Los registros se compararon con los escáneres cerebrales de 388 personas que no contrajeron el coronavirus pero que tenían una edad, sexo y etnia semejante, y que además tenían un intervalo de tiempo similar entre los dos escáneres cerebrales.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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