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¿Planes de vuelo durante el verano? Cómo viajar de la forma más indolora posible

Air travelers prepare for a last dash of summer travel amid a surge in coronavirus cases.
Las aerolíneas, los pasajeros y los reguladores se preparan para el último lapso de viajes aéreos de verano, en medio de un aumento en las infecciones por coronavirus.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)
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Los pasajeros, las aerolíneas y las agencias gubernamentales se preparan para una última dosis de viajes aéreos de verano, que probablemente incluirá más vuelos retrasados y aviones abarrotados.

De alguna manera, todo luce como en 2019 nuevamente, excepto que sucede en medio de un aumento de reportes de viajeros rebeldes y de ansiedad por la creciente variante Delta del COVID-19.

Esto es lo que puede esperar, si planea volar próximamente:

Aviones y aeropuertos abarrotados

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Gracias a las restricciones por el COVID-19, que redujeron los viajes aéreos, los pasajeros del verano pasado con frecuencia tenían asientos vacíos a su lado y pasaban rápidamente por los controles de seguridad. Eso no ocurre este año, a medida que más viajeros han regresado a los aeropuertos, así como aviones al cielo.

La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) está revisando a cientos de miles de turistas más por día que en 2020. Y el 1º y 2 de julio pasados examinó una cantidad todavía más alta de pasajeros, en comparación a los mismos días de 2019; es la primera vez que esto ocurre desde que comenzó la pandemia.

Las aerolíneas están respondiendo al incremento de la demanda. La semana del feriado del 4 de Julio tuvo alrededor de 23.000 vuelos domésticos por día en promedio, según FlightAware, un servicio de seguimiento de la actividad aérea. Aunque la cifra está por debajo de los 30.000 trayectos diarios promedio de 2019, también se ubica muy por encima de los 12.000 del año pasado.

Desde el verano pasado, hubo un “aumento lento y continuo en el volumen de viajes aéreos nacionales a números que todavía están aproximadamente un 30% por debajo de lo que estaban en 2019”, señaló Robert Mann, consultor de la industria de la aviación. Mann agregó que durante el verano, los viajeros poco frecuentes “han dominado la escena de los viajes” ya que las familias con niños se van de vacaciones, una tendencia que generalmente disminuye a medida que el año escolar comienza, en septiembre.

Mike Boyd, otro consultor del sector, cree que agosto será un “mes muy fuerte” en términos de vuelos. “No sabemos qué va a pasar después del Día del Trabajo; nuestro pronóstico es que habrá una caída en el alza de la demanda”, comentó. “Seguirá aumentando, pero será un incremento mucho menor”.

Planificar con antelación, prever retrasos

Los viajeros se enfrentan al mismo tipo de demoras en los vuelos típicos de cada verano. Los datos recopilados por FlightAware muestran que el 25% de los vuelos se retrasaron al menos 15 minutos desde el 1º de junio hasta el domingo pasado. Según datos federales, así es como se desempeñaron las aerolíneas en junio y julio de 2019, un poco peor que el año pasado. Mayo fue un mes mucho mejor para viajar: solo se cancelaron el 14% de los vuelos, frente al 11% de 2020.

Los vuelos desde el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) salieron tarde más del 20% de las veces (con 155 cancelaciones) en junio, según los datos proporcionados por Cirium, otra compañía de datos del área. Eso fue mejor que el 25% de los vuelos que salieron a fines de junio de 2019, pero mucho peor que en 2020: el 95% de los viajes de ese año salieron a tiempo.

Para Jim Hetzel, un experto en operaciones aéreas de Cirium, el COVID-19 mejoró el rendimiento porque hubo muchos menos vuelos, lo cual significó una cantidad menor de vías aéreas congestionadas. A medida que el sector aéreo se recupera, los retrasos están cerrando la brecha con 2019.

“Vemos que los volúmenes de vuelos comienzan a acercarse a niveles prepandémicos en todos los aeropuertos de EE.UU”, escribió en un correo electrónico. “Para algunos, eso es una buena señal, significa que la demanda está regresando. Al mismo tiempo, las razones podrían ser diferentes ahora, como menos personal capacitado, más pasajeros que capacidad laboral y no solo los retrasos habituales relacionados con el clima”.

Los expertos aconsejan a los viajeros planificar con anticipación para evitar demoras en el aeropuerto. “Hay que llegar un poco antes”, reconoció Boyd.

Los pasajeros rebeldes podrían ser un problema

Las aerolíneas y los reguladores federales informaron de un incremento en los informes de pasajeros rebeldes. Algunos han intentado abrir puertas en los vuelos. Otros han discutido y molestado por la exigencia del uso de mascarilla, y otros más incluso han agredido físicamente a los asistentes de vuelo y al resto de pasajeros.

“La FAA detectó un aumento inquietante en los incidentes en los que pasajeros han interrumpido los vuelos con un comportamiento amenazante o violento”, expuso el regulador de aviación de la nación en un comunicado de prensa emitido el 20 de julio.

La FAA recibió más de 3.500 denuncias sobre viajeros rebeldes este año y recopiló 2.605 informes de incidentes de pasajeros que se negaban a usar mascarilla. También inició más de 580 investigaciones de esos acontecimientos. En 87 de esos casos, comenzó a tomar acciones de ejecución civil contra el turista en cuestión. En 2019, la agencia inició un total de 146 investigaciones de este tipo (solo recientemente comenzó a rastrear informes de pasajeros rebeldes a la orden de uso de cubierta facial).

A los expertos no les sorprendió ver tal alza en el comportamiento rebelde porque la ansiedad está por las nubes y muchos individuos se niegan a usar mascarilla.

“Genera bastante angustia salir de esto; muchos de nosotros no hemos estado con otras personas por largo tiempo. Pasar de eso a estar en un aeropuerto abarrotado, ver a una gran cantidad de gente tocando cosas, subiendo a un vuelo, apretujada…”, comentó la Dra. Rebecca Fielding-Miller, epidemióloga social de UC San Diego. “Eso da mucho miedo y no creo que sea irracional. Es una respuesta realmente normal”.

Para el Dr. Emanuel Maidenberg, profesor de psiquiatría y ciencias bioconductuales en UCLA, las creencias personales de los pasajeros pueden ser inconsistentes con el uso de cubiertas faciales, lo cual alimenta el conflicto si se les pide que la utilicen en un espacio confinado.

Maidenberg agregó que el consumo excesivo de licor, que aumentó durante la pandemia, solo empeoró esta tensión. “Puede ser que haya un mayor porcentaje de personas en un avión que desarrollara ese hábito de consumo de alcohol, por lo tanto hace más probable que algo así suceda”.

Deje las armas en casa

La TSA descubrió más de 3.050 armas de fuego en equipajes de mano en los puntos de control (los inspectores de LAX hallaron 49) desde el inicio del 2021 hasta el 22 de julio pasado, según una portavoz de la agencia. A ese ritmo, la TSA está en camino de encontrar alrededor de 6.000 armas de fuego para fin de año; más de las que los inspectores descubrieron en 2019, que fue un resultado significativo.

El número de esta clase de instrumentos detectados se redujo a 3.257 en 2020, un récord en términos per cápita.

Todos los que son atrapados con armas en los puntos de control “dicen lo mismo: ‘Olvidé que estaba en mi bolso’”, relató Keith Jeffries, director de seguridad federal de la TSA para LAX. “Una variedad de eventos que han sucedido en nuestro país derivaron en una gran compra de armas de fuego, por lo cual cada vez más personas tienen este tipo de artefactos. Y no estoy seguro de poder entender cómo alguien puede olvidar dónde lo puso, pero sucede”.

La política de la TSA de larga data exige que las armas de fuego solo se puedan transportar en un contenedor cerrado con llave, como equipaje facturado, además deben declararse como tales durante el registro. Las armas de fuego descubiertas por los inspectores de la TSA se entregan a la policía, quien puede presentar cargos penales si se justifica.

Recuerde relajarse

A pesar de la creciente ansiedad que rodea los transportes aéreos, los viajeros veteranos y los profesionales de la salud consideran fundamental mantener la calma.

El Dr. Neil Parikh, un cirujano general de 28 años de edad, que viajaba con frecuencia durante la pandemia, llegó temprano para tomar su vuelo, el jueves pasado, desde el Aeropuerto Nacional Reagan, de Washington, a Los Ángeles.

Al médico no le preocupaban las noticias de los pasajeros rebeldes ni los retrasos. La clave, dijo, es dejarse llevar por la corriente, e informó al aterrizar que todo salió bien. “Es comprensible cierto nivel de ansiedad, pero no debería impedir que las personas vuelen, siempre que sigan todas las precauciones y se vacunen”, destacó.

Maidenberg, el psiquiatra, espera que los estadounidenses confíen en fuentes de información acreditadas en lo que respecta a la seguridad de la vacuna y los viajes en avión, lo cual, según él, ayudará a calmar su angustia. “Se necesita mucho más tiempo para dejar de temerle a algo, una vez que aprendimos a tenerle miedo”, remarcó.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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