Finalmente, el aumento de la pandemia parece estar disminuyendo en San Diego

El condado de San Diego registró unos 11 mil nuevos casos de coronavirus durante el fin de semana, aproximadamente la mitad que hace una semana, según la última actualización del departamento de salud del condado publicada el lunes.

Es el segundo fin de semana consecutivo en el que la región muestra una tendencia a la baja, una caída general que coincide con el patrón de todo el país y que se correlaciona con las predicciones de los modelos.

Se registraron algo más de 5000 nuevos casos el viernes, 4218 el sábado y 2029 el domingo. Desde justo después de las Navidades, el aumento del ómicron registró el mayor número de casos nuevos, unos 19 mil, notificados el 7 de enero.

Scripps Health y Sharp HealthCare, dos de los mayores proveedores de servicios médicos integrados de San Diego que gestionan colectivamente nueve hospitales en la región, dijeron el lunes que el mensaje visible en los totales de casos nuevos se está sintiendo en la primera línea de la medicina, aunque quizá no de forma tan acusada todavía.

La tendencia a la baja de los ingresos durante el fin de semana se invirtió ligeramente el lunes, con 14 nuevos ingresos relacionados con el COVID, dijo Brett McClain, director de operaciones de Sharp.

Los indicadores más tempranos siguen pareciendo mejores, sobre todo los porcentajes de nuevas pruebas que resultan positivas.

“Hoy hemos alcanzado el 25 por ciento de nuestras pruebas para pacientes externos que dan positivo, y eso es en comparación con nuestro máximo del 6 de enero, que fue del 42.5 por ciento”, dijo McClain. “Aunque el 25 por ciento sigue siendo bastante alto, es un descenso significativo”.

El punto más brillante ha sido la contratación de personal. En enero se registró el mayor número de trabajadores sanitarios incapaces de realizar sus trabajos críticos tras dar positivo en el coronavirus.

“Hace dos semanas alcanzamos un máximo de 1500 de nuestros empleados enfermos por el COVID: esa cifra ha bajado a 750 hoy”, dijo McClain.

Chris Van Gorder, director ejecutivo de Scripps, dijo que el persistente atasco provocado por las pruebas positivas en todos los sectores de la plantilla ha empezado a aliviarse un poco en lugares clave.

“Los centros de enfermería especializada están aceptando más traslados por COVID, lo que nos ha ayudado a dar de alta a más pacientes”, dijo Van Gorder. “Los ingresos diarios de COVID parecen estar disminuyendo —tal vez sea una tendencia—, pero me gustaría tener unos días más para saberlo con seguridad”.

El sábado y el domingo, el ejecutivo, dijo que nueve pacientes de COVID-19 murieron en los cinco campus médicos del sistema. Siete de ellos, según los registros de Scripps, no estaban vacunados y los dos que sí lo estaban no tenían constancia de una dosis de refuerzo. Se dice que tres de los nueve no tenían ningún otro problema de salud aparte del COVID-19 presente cuando murieron.

McClain dijo que Sharp, al igual que Scripps y el departamento de salud del condado, ha seguido documentando la disparidad de consecuencias graves entre los pacientes vacunados y los no vacunados.

En el último mes, dijo, los pacientes no vacunados de COVID-19 que Sharp ha tratado han tenido cinco veces más probabilidades de tener una visita al servicio de urgencias, 11 veces más probabilidades de necesitar tratamiento con un respirador y el doble de probabilidades de morir, en comparación con los pacientes vacunados.

A medida que las cifras comienzan a descender, dijo, el público no debe perder de vista esta dicotomía.

“Saldremos de esta oleada en la que nos encontramos ahora, pero el riesgo para las personas que no están vacunadas sigue siendo importante”, dijo. “Y no es solo ómicron; el 25 por ciento de los casos que estamos viendo siguen siendo Delta”.