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Para Inglewood, el Super Bowl trae un brillo esperanzador después de años de estancamiento y ansiedad

INGLEWOOD, CALIF. - FEB. 2, 2022. A Rams fan poses for pictures outside of SoFi Stadium in Inglewood.
Un aficionado de los Rams de Los Ángeles posa para fotografiarse afuera del estadio SoFi, en Inglewood.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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En los días previos al Super Bowl LVI, James T. Butts Jr. ha estado más ocupado que nunca.

El alcalde de Inglewood pasa gran parte del tiempo en el ayuntamiento, en una majestuosa sala de conferencias llena de recortes de periódicos enmarcados y vitrinas de trofeos repletas de recuerdos, como el Moonman que MTV le entregó cuando los Premios Musicales se celebraron en el Forum en 2014, y un cinturón de campeonato de la WWE de 2019 en el anuncio de que WrestleMania se llevaría a cabo en la ciudad.

Dos pantallas planas grandes en cada extremo reproducen una presentación de diapositivas de los aspectos más destacados de la carrera de Butts: fotos de él con Rosa Parks y Barack Obama, así como tomas aéreas del estadio SoFi, donde los Rams de Los Ángeles jugarán contra los Bengals de Cincinnati el domingo.

Entrevista tras entrevista, repite el mensaje de que la ciudad está abierta para los negocios, que es segura y acogedora para los visitantes. También quiere que la gente sepa que “el Renacimiento de Inglewood”, el tema de un brillante anuncio de 51 páginas pagado por la localidad y distribuido la semana pasada, no fue simplemente suerte. Insiste en que conseguir una franquicia de la NFL y un palacio deportivo de 5 mil millones de dólares fue el resultado de una visión que Butts señala que conjuró y ejecutó cuidadosamente.

A man wears a Rams helmet with horns and the team logo.
Flujos de tráfico por Manchester Boulevard cerca del estadio SoFi en Inglewood.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Inglewood está teniendo su momento y el Super Bowl es solo una parte de él.

La ciudad a la sombra del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles es ahora el hogar de dos equipos de la NFL, probablemente seguidos por los Clippers si los planes para un nuevo estadio de la NBA se concretan. Se ha convertido en un centro para una nueva generación de cultura negra, como relata “Insecure”, el programa de HBO. Los costos inmobiliarios se están disparando, lo que convierte a la urbe en un lugar privilegiado para los gentrificadores y, al mismo tiempo, genera alarmas de que los residentes de toda la vida con recursos modestos podrían ser expulsados.

Desde que los Rams de L.A. vencieron a los 49ers de San Francisco en el campeonato de la NFC hace dos semanas, Butts explica que con frecuencia se encuentra con residentes que lo saludan y lo detienen para platicar mientras camina hacia su gimnasio por la mañana.

“Dicen: ‘Alcalde, nunca me he sentido tan orgulloso de ser de Inglewood’. Tocan el claxon, los peatones se detienen”, comenta Butts.

Scenes from Inglewood: Market Street, a plane heading to LAX, a man with a shopping cart
La gente compra en Market Street, un hombre busca materiales reciclables y un avión pasa por encima, en ruta a LAX, mientras la ciudad a la sombra del aeropuerto ve una explosión de aumentos inmobiliarios y lucha contra la gentrificación.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

El orgullo cívico proviene en parte del reconocimiento de los residentes sobre lo lejos que ha llegado a ser Inglewood.

La urbe de casi 110.000 habitantes pasó de ser la “Ciudad de los campeones”, con los “Showtime” Lakers de L.A. y los Kings de la NHL jugando en el Forum en las décadas de 1980 y 1990, a un puesto de avanzada económicamente estancado en las décadas posteriores a la partida de ambos equipos para Staples Center en 1999. Durante años, también se vio afectada por oleadas de violencia relacionada con pandillas. Inglewood “siempre estaba tramando algo malo”, como rapeó Tupac Shakur en “California Love” de 1995.

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“Dicen: ‘Alcalde, nunca en mi vida me he sentido tan orgulloso de ser de Inglewood’. Tocan el claxon, los peatones se detienen”.

— JAMES T. BUTTS JR., ALCALDE DE INGLEWOOD

El mismo Butts ha resistido su parte de controversias.

Un exgerente de cuentas afirmó que la ciudad preparó sus libros para atraer a un equipo de la NFL bajo su dirección. Los activistas han acusado a Butts de no hacer lo suficiente para proteger a los residentes del aumento en los costos de renta de vivienda y de la falta de transparencia en torno a los tiroteos policiales mortales.

El Super Bowl le ha permitido al alcalde descansar bajo reflectores más cálidos.

Homes outside SoFi Stadium in Inglewood.
Las residencias rodean Buckthorn Street antes de que se convierta en Touchdown Drive.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Fotografía 5.

En cuanto a la NFL, el juego del domingo representa la culminación de años de trabajo comunitario que comenzó casi tan pronto como se decidió que se construiría el estadio SoFi y que Inglewood sería el hogar de la NFL en Los Ángeles, la nueva sede de la liga en la Costa Oeste.

Los dueños de negocios locales esperan que el evento brinde un impulso económico planeado de hasta 52 millones de dólares, según las proyecciones.

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Pero la mirada mundial del Super Bowl en Inglewood también llega cuando los residentes luchan con el tipo de ciudad en la que se ha convertido. Los desafíos persisten en relación con el aumento del tráfico, la salud y la seguridad públicas, así como la competencia por el turismo con la ciudad de Los Ángeles. En una urbe de 110.000 habitantes, 41% negros y 51% latinos, también hay mucha ansiedad con respecto a las amenazas de aburguesamiento, exceso de vigilancia policial y el desplazamiento de la población local en situación de calle.

Éstas son preguntas con las que Inglewood lidiará mucho después de que termine el Super Bowl y las cámaras avancen. Mientras tanto, esperan ver qué significará el evento deportivo más grande del país para un lugar que anhela volver a ser una “Ciudad de campeones”.

Betty Woldegiorgis in the Nile bar.
Betty Woldegiorgis, propietaria del bar “Nile” en Inglewood, se ha estado preparando para el Super Bowl.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Betty Woldegiorgis operó un bar en Market Street en el centro de Inglewood durante casi 20 años, explica, antes de verse obligada a dejarlo por los altos costos de las rentas en 2019. Consiguió una nueva ubicación en lo que había sido una tienda de descuentos justo al otro lado de la calle.

Esperaba abrir su nuevo lugar en 2020, pero luego apareció el COVID-19. Woldegiorgis se vio obligada a esperar en la propiedad, pagar el alquiler y ver cómo se esfumaban sus ahorros. “Nile” finalmente se inauguró el día de Año Nuevo de 2021.

Unos días antes del partido del domingo, estaba en el bar revisando tres veces su lista de tareas pendientes mientras dirigía un pequeño equipo de limpieza de familiares, amigos y empleados.

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Ha presupuestado para incluir más bebidas alcohólicas y tragos especiales del Super Bowl. Apenas la semana pasada, fue a ABC Bartending School en Culver City para reclutar cantineros adicionales. También gastó miles de dólares en la construcción de una cabina de DJ, una forma de mantener la fiesta, especialmente si ganan los Rams de L.A.

Para la propietaria de una pequeña empresa, el Super Bowl LVI representa una oportunidad única en la vida de poner su nuevo negocio en números positivos.

“Queremos que sea fluido y ahora, debido a las redes sociales, no queremos malas críticas”, agregó. “Deseamos darle a la gente lo mejor de nosotros, lo mejor de Inglewood”.

Shanita Nicholas and Amanda-Jane Thomas in their Sip & Sonder coffee shop in Inglewood.
Shanita Nicholas, a la izquierda, y Amanda-Jane Thomas son las propietarias y operadoras de la cafetería “Sip & Sonder”, en Market Street.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

A una cuadra del “Nile” en Market Street se encuentra “Sip & Sonder”, una cafetería propiedad de Amanda-Jane Thomas y Shanita Nicholas, quienes también la administran. Al igual que Woldegiorgis, se apresuran a prepararse para el Super Bowl en medio de los desafíos de la pandemia de COVID.

“Sip & Sonder” estará abierto el domingo y también servirá café en el portón trasero oficial de la NFL. Lograr ambos servicios es una hazaña que, según Thomas y Nicholas, es posible solo porque se tienen como socias, sin mencionar el beneficio de cinco títulos en negocios y Derecho de Harvard y Columbia entre ellas.

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“No ayuda que haya una importante interrupción en la cadena de suministro”, indicó Nicholas.

“Hemos cambiado de dirección varias veces desde que comenzamos a planificar en el otoño”, detalló Thomas. “Ser flexible ha sido nuestro punto de partida”.

Homes in Inglewood.
Una calle residencial en Inglewood, sede del Super Bowl LVI.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

A pesar de las diversas señales de la renovación de Inglewood, todavía hay muchas grietas por las que los locales pueden caer y consecuencias para la rápida transición de la ciudad. Algunos ven el aumento del valor de las viviendas y la reciente limpieza de campamentos para personas en situación de calle como indicios de más desplazamientos por venir. Otros miembros de la comunidad desde hace mucho tiempo sienten que se han quedado fuera del circuito con respecto a los grandes cambios.

Asha Grant, propietaria de “Salt Eaters Bookshop” en Queen Street, mencionó que no ha escuchado nada de la ciudad de Inglewood o de la NFL sobre qué esperar el domingo. Naturalmente, tenía preguntas sobre cómo se prepararía la localidad para una afluencia de miles de turistas.

La librería feminista negra de Grant no fue diseñada exactamente para visitantes. En cambio, sirve a una comunidad local. A ella le preocupa cómo se verán afectados sus clientes habituales.

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“No estoy segura de cómo tratar con toneladas y toneladas de personas que no vienen a Inglewood necesariamente porque están interesadas en la comunidad”, señaló Grant. “Espero que se hagan esfuerzos para asegurarse de que las necesidades de nosotros sean lo primero. Y que, con suerte, no tengamos que navegar por una mayor presencia policial”.

Construction workers on scaffolding outside a large building
Nueva construcción a lo largo de Prairie Avenue en Inglewood.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

A pesar del estatus revivido de Inglewood como centro deportivo y de entretenimiento, su gobierno aún es pequeño. En la preparación del juego, los recursos y la atención se han dirigido principalmente a reforzar las relaciones con sus socios corporativos, apagar incendios de última hora y aprovechar la buena prensa mientras dure.

Todo es por el bien común, comentó Butts.

“La razón principal para atraer deportes, entretenimiento y comercio minorista es el impacto residual que todo eso tendrá en los empleos de las personas, los ingresos, para que la ciudad renueve su infraestructura y que la gente de afuera venga a gastar su dinero en el comercio local”, indicó el alcalde.

La construcción de la arena de última generación con capacidad para 70.000 asientos en el sitio del antiguo Hollywood Park Racetrack creó más de 17.000 puestos de trabajo y llevó a las empresas de Inglewood a ganar más de 105 millones de dólares en ingresos, y a los residentes a obtener más de 38 millones de dólares en salarios, según estimaciones de la NFL.

The fence around SoFi Stadium is lined with "Super Bowl LVI" banners.
Peatones caminan alrededor de la valla perimetral del estadio SoFi.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Hoy, más de 1.200 de los trabajadores de SoFi son residentes de Inglewood. Ese número es el resultado de una disposición que la ciudad incluyó en el acuerdo de construcción, puntualizó Butts. El alcalde también insistió en las cláusulas de “difícil contratación” que evitan que los solicitantes de empleo sean descalificados únicamente debido a una condena por un delito.

Otras empresas han seguido el ejemplo de SoFi con la aparición de nuevas cafeterías, restaurantes y librerías desde 2015, cuando se anunció el proyecto. Desde entonces, la NFL ha trasladado su unidad de medios de Culver City a una nueva instalación de 200.000 pies cuadrados vecina al estadio.

“Puedo entender cómo tanto desarrollo tan rápido puede hacer que algunas personas se sientan rezagadas”, explicó Butts. “Pero les digo que tenemos una responsabilidad personal con nosotros mismos y con nuestros hijos de prepararnos lo mejor que podamos”.

Butts descartó las preguntas directas sobre si el desarrollo es simplemente gentrificación con otro nombre.

A sign reads "For Sale" on an Inglewood business
Vitrinas vacías en Market Street en Inglewood.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

“Esto no es gentrificación”, subrayó. “La gentrificación es cuando tienes un área empobrecida y las personas que tienen un nivel socioeconómico más alto entran, compran propiedades, las renuevan y aumentan el valor para que los individuos que antes podían permitirse vivir allí ya no puedan hacerlo.

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“Lo que hemos hecho en Inglewood es diferente”, continuó. “Aumentamos el valor de las propiedades que pertenecen a una población que es 92% negra y morena. Ahora están acumulando riqueza generacional, al igual que sus vecinos en Manhattan Beach, Torrance, Pasadena, Redondo Beach”.

Queda por ver si el Super Bowl y el estadio SoFi tendrán un impacto positivo a largo plazo en las vidas de los residentes de Inglewood. Pero hay algunas señales de inversión duradera.

La NFL y los Rams de Los Ángeles han lanzado varios programas en asociación con la ciudad para presentarse a la comunidad.

Hasta ahora, los Rams han donado 185.000 dólares al Distrito Escolar Unificado de Inglewood y organizaciones locales que luchan contra la inseguridad alimentaria. Renovó el campo de futbol americano de la preparatoria Morningside y creó un puñado de pasantías de verano para alumnos de preparatoria de IUSD. Los jugadores de los Rams también proporcionaron mochilas y útiles escolares a más de 2.000 estudiantes del IUSD.

A passerby takes a selfie next to a Super Bowl LVI banner
Los transeúntes se toman selfis afuera del estadio Sofi antes del Super Bowl LVI.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

El personal del estadio SoFi y Hollywood Park ha limpiado calles, pintado bancos y plantado más de 2.000 flores en Inglewood en asociación con la ciudad. El año pasado, Hollywood Park entregó más de 97.000 libras de alimentos a la comunidad a través de colectas de comida y otros eventos, incluido un obsequio de pavo por el Día de Acción de Gracias.

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En preparación para el juego, la NFL y el Comité Anfitrión del Super Bowl de Los Ángeles lanzaron el programa Super Bowl LVI Business Connect para identificar y preparar a las empresas pertenecientes a minorías, mujeres, población LGBTQ+ y veteranos del condado de Los Ángeles para participar en el proceso de contratación del evento.

La NFL y el Comité Anfitrión del Super Bowl de Los Ángeles también otorgaron subvenciones de 10.000 dólares cada una a 50 organizaciones comunitarias de “héroes no reconocidos”. Los beneficiarios con sede en Inglewood incluyen Urban Scholar Academy, una asociación que brinda tutorías en toda el área de Los Ángeles; Loving Hands Community Care, que ofrece apoyo a familias que han perdido hijos por la violencia de las pandillas; y 40 Love Foundation, que utiliza el tenis para ayudar a desarrollar a los jóvenes dentro y fuera de la cancha.

Butts insistió en que todo esto, más un Super Bowl con el equipo de casa, es motivo para celebrar, no para preocuparse.

A plane descends over SoFi Stadium
Un avión que se aproxima a LAX sobrevuela el estadio SoFi.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

“Realmente no sirve de mucho estar nervioso”, comentó el alcalde. “Esa energía nerviosa debe usarse para elaborar estrategias para el éxito”.

Asha Grant, de “Salt Eaters Bookshop”, agregó que, a pesar de sus preocupaciones, se está preparando para el domingo del Super Bowl, y señaló que los partidos anteriores han atraído nuevos clientes. Entran a la tienda vestidos con camisetas de los Rams después de los encuentros, mencionó, curiosos por lo que podría haber dentro.

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“Estoy tratando de reunir a algunas personas que estarían interesadas en ser voluntarias en el espacio, para ayudar a otras que pudieran tener preguntas sobre nosotros y lo que ofrecemos”, explicó Grant. “Todavía debo estar abierta porque necesito ganar dinero. No estoy en condiciones de tomarme el fin de semana del Super Bowl porque estoy ansiosa por lo que podría traer. No haré eso”.

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