Los Equipos Móviles de Respuesta a la Crisis cambian la forma de atender a las personas en crisis
Un hombre en pleno ataque de pánico llamó al 911 desde su departamento de Chula Vista una mañana reciente.
Es el tipo de llamada al que normalmente acudirían los agentes de policía. En cambio, el Departamento de Policía de Chula Vista remitió la llamada a Lauren Muecke, que trabaja para los Equipos Móviles de Respuesta a la Crisis del condado.
“No vamos a enviar una ambulancia, ni vamos a enviar agentes de policía”, dijo Muecke al hombre. “Estamos encantados de hablar contigo hoy y apoyarte hoy. ¿Qué te parece?”
Menos de 30 minutos después, Muecke y otros dos socorristas, todos ellos con camisetas polo moradas, llegaron a la casa del hombre en una minivan sin sirena. Tras hablar con él, determinaron que no era necesario un tratamiento inmediato y prometieron volver para ver cómo estaba.
Es el tipo de interacción que los reformistas reclaman desde hace tiempo: una que sustituya a los agentes armados con personal clínico de salud mental.
Cada año, la policía responde a decenas de miles de llamadas sobre personas en crisis mental. Los críticos llevan mucho tiempo argumentando en contra de la participación de las fuerzas del orden en este tipo de situaciones, diciendo que los agentes son más propensos a intensificar las emergencias de salud mental que a proporcionar el tipo de ayuda que se necesita.
En algunas situaciones, las interacciones entre los agentes y los enfermos mentales pueden incluso resultar mortales.
Los Equipos Móviles de Respuesta a las Crisis están formados por clínicos de salud mental, gestores de casos y especialistas en apoyo de personas de los proveedores de servicios del condado, Exodus Recovery, Inc. y Telecare Corporation.
Los funcionarios del condado insistieron en que los equipos no están diseñados para sustituir a otros servicios, como los Equipos de Respuesta a Emergencias Psiquiátricas, que emparejan a los médicos de salud mental con los agentes y ayudantes uniformados. Y las situaciones que impliquen delitos, violencia o amenazas de violencia y emergencias médicas seguirán siendo tratadas por las fuerzas del orden.
En cambio, los equipos de crisis pretenden ser un programa complementario que amplíe la capacidad del condado para responder a las personas en crisis. Los responsables de la policía dicen que no está claro cuántas llamadas de salud mental serán adecuadas para los nuevos equipos, pero los funcionarios del condado esperan que su uso siga creciendo a medida que se conozca el programa.
La incorporación de los equipos de crisis es solo una de las facetas del esfuerzo multifacético del condado por revisar el maltrecho sistema de salud mental de la región.
Con demasiada frecuencia, las personas que luchan contra las enfermedades mentales se encuentran entrando y saliendo de las salas de urgencias o de las celdas de las cárceles, ninguna de las cuales está bien equipada para tratar y apoyar a las personas en crisis de salud mental, dicen los funcionarios.
Muchas de las recientes iniciativas del condado en materia de salud mental, como la creación de centros de estabilización de crisis y los equipos móviles de crisis, forman parte del esfuerzo del condado por alejarse de un sistema que se centra principalmente en ayudar a las personas que sufren una crisis de salud mental.
Y aunque los equipos móviles de crisis responden a las emergencias, también ponen en contacto a las personas con los recursos de salud mental y hacen un seguimiento de las personas a las que ayudan para asegurarse de que reciben la atención adicional que puedan necesitar, pasos que serían difíciles para los agentes de policía encargados de responder a muchas otras emergencias.
El objetivo es transformar el modo en que las personas en crisis reciben atención para que sea menos probable que experimenten una emergencia de salud mental en el futuro, dijo el supervisor del condado Nathan Fletcher.
“Los Equipos Móviles de Respuesta a la Crisis no solo cambian su punto de entrada en un sistema de salud, sino que están diseñados para cambiar su trayectoria hacia adelante”, dijo Fletcher. “Con el tiempo, queremos reducir el número de personas que llegan a un estado de crisis, y la forma de hacerlo es involucrando a las personas en la atención comunitaria y otros servicios”.
Las bases de los equipos se establecieron en 2019, cuando la Junta de Supervisores del condado aprobó varias iniciativas de financiación relacionadas con la salud mental, pero Fletcher dijo que fue el espíritu de reforma que siguió a la muerte de George Floyd lo que ayudó a poner en marcha el programa.
Floyd murió después de que un exagente de policía de Minneapolis se arrodillara sobre su cuello durante casi nueve minutos. Su muerte desencadenó protestas en todo el país y reavivó las peticiones de reformas policiales, incluidas varias relacionadas con las emergencias de salud mental.
“Fue realmente a raíz de George Floyd y de los gritos por la justicia racial y los gritos para reimaginar lo que hacen las fuerzas del orden”, dijo Fletcher. “Ese fue el entorno que nos permitió... poner esto en marcha”.
Los primeros Equipos Móviles de Respuesta a la Crisis se pusieron a trabajar en enero de 2021, como parte de un programa piloto de 10 millones de dólares en la región de la Costa Norte. En junio, los equipos se ampliaron a South Bay. En diciembre ya estaban disponibles en todo el condado. Ahora hay 16 equipos. Aunque la escasez de personal ha afectado a algunas áreas del sistema de salud mental del condado, la expansión del programa MCRT no se ha visto obstaculizada. Uno de los factores es que el condado depende de dos entidades externas, Telecare y Exodus, para prestar los servicios, dijeron los funcionarios del condado.
Desde su creación, los equipos de crisis han atendido más de 500 llamadas. Han asistido a personas que luchan contra la ansiedad, la depresión y a quienes contemplan el suicidio. También han ayudado a personas sin hogar y a otras que luchan contra el abuso de sustancias. Hasta la fecha, la persona de más edad a la que han atendido tenía 91 años y la más joven siete.
Alrededor del 20 por ciento de las personas a las que han ayudado los equipos fueron trasladadas a unidades de estabilización de crisis, que tratan a quienes experimentan emergencias de salud mental. Casi el 15 por ciento de los incidentes afectaron a personas sin hogar.
La gran mayoría de las llamadas -el 97 por ciento- no requirieron asistencia adicional de la policía.
Varios mandos policiales que ya trabajan en colaboración con los equipos han acogido con satisfacción el nuevo programa y el servicio que prestan.
El Departamento de Policía de National City fue uno de los primeros organismos en asociarse al programa del condado. José Téllez, jefe del departamento, dijo que el número de llamadas por crisis de salud mental que atienden sus agentes ha aumentado constantemente en los últimos años. En 2020, el departamento atendió unas 1200 llamadas de salud mental, y eso solo incluye las situaciones que se identificaron como emergencias de salud mental desde el principio.
Los agentes pueden responder a algún otro tipo de llamada, como quejas por ruido o disturbios, solo para descubrir al llegar que alguien está sufriendo una crisis de salud mental.
“Así que esas 1200 llamadas de servicio son en realidad una instantánea de todo el panorama con el que los agentes se enfrentan aquí a diario”, dijo Téllez.
Clasificar las llamadas de crisis puede llevar mucho tiempo a los agentes. Puede llevar varias horas conseguir que una persona sea evaluada en un centro de salud mental o en un hospital, horas que podrían haberse dedicado a investigar o a disuadir de cometer un delito, dijo Téllez.
Y aunque los agentes reciben cierta formación en materia de crisis mentales, no es su área de especialización. Téllez dijo que muchos de sus agentes estarían encantados de hacerse a un lado y permitir que los profesionales de la salud mental trabajen con personas en crisis.
Sabe que es el tipo de programa que su comunidad también apoyaría.
“La mayoría de estas llamadas no son de naturaleza criminal. Son más adecuadas para un especialista médico o de la conducta”, dijo Téllez. “Eso es lo que quieren nuestra comunidad y nuestros funcionarios electos. Quieren que los profesionales de la salud mental, los especialistas en conducta, se encarguen de la mayoría de ellas”.
Téllez sabe que la presencia de los agentes a veces puede agravar las emergencias de salud mental. Dijo que la política del departamento suele exigir que se ponga las esposas a los enfermos mentales o que se les meta en la parte trasera de un auto policial. No es raro que los agentes utilicen la fuerza durante las llamadas de crisis, dijo Téllez.
Incluso los Equipos de Respuesta a Emergencias Psiquiátricas, que emparejan a los médicos de salud mental con los oficiales y ayudantes de policía uniformados, pueden encontrarse con resistencia debido a la participación de las fuerzas del orden, dijo el jefe.
Algunas familias conocen de primera mano lo volátiles que pueden ser los encuentros de la policía con los enfermos mentales.
La noche en que la tía de Dennis Carolino llamó al 911, supo que necesitaba ayuda.
Carolino llevaba mucho tiempo luchando con su salud mental, y sus familiares dijeron que a veces era difícil conseguirle la ayuda que necesitaba. El 24 de agosto de 2019, Carolino se enfadó y arrojó un adoquín a su tía.
Cuando llamó a la policía, les dijo que le preocupaba que hubiera dejado de tomar su medicamento y pidió específicamente que lo evaluaran mentalmente, no que lo llevaran a la cárcel.
Los agentes fueron conducidos a un cobertizo en el patio trasero donde vivía Carolino. La puerta del cobertizo se abrió de repente, y Carolino salió sosteniendo una gran pala. Cuando se acercó rápidamente a los agentes, uno de ellos disparó una pistola eléctrica. El otro disparó mortalmente a Carolino.
Antonio Carolino, hermano de Dennis, dijo en una entrevista que probablemente su hermano estaba asustado cuando llegaron los agentes, asustado de que lo alejaran de donde se sentía seguro.
Está seguro de que si ese día hubieran aparecido profesionales de la salud mental en lugar de agentes de policía para ayudar, su hermano seguiría vivo.
“La situación habría sido totalmente diferente”, dijo Antonio Carolino. “La gente que sabe de salud mental, la gente que está capacitada para tratar los problemas mentales, lo abordaría de forma totalmente diferente”.
Carolino no es el único residente del condado de San Diego cuya batalla contra la enfermedad mental terminó con un disparo de la policía. Según la Oficina del Fiscal del Distrito, alrededor del 15 por ciento de las personas tiroteadas por la policía desde 1993 hasta 2017 tenían algún tipo de problema de salud mental documentado.
Actualmente, las personas pueden ponerse en contacto con los Equipos Móviles de Respuesta a la Crisis a través de la Línea de Acceso y Crisis del condado, que funciona las 24 horas del día, en el teléfono (888) 724-7240. La supervisora del condado, Nora Vargas, dijo que el condado está trabajando para crear una plantilla diversa de MCRT que sea culturalmente competente y pueda hablar diferentes idiomas para conectar y comprender realmente a las personas a las que sirven.
El programa también ofrece servicios inmediatos de interpretación para ayudar a través de la línea de crisis o mientras están en el terreno.
Las fuerzas del orden también pueden ponerse en contacto con los equipos en caso de que los agentes acudan a una emergencia de salud mental en la que no se les necesite. Los residentes de Chula Vista y National City también pueden ponerse en contacto con los MCRT llamando al 911, una función que los funcionarios están trabajando para implantar en todo el condado.
Los funcionarios del condado dijeron que han trabajado estrechamente con las fuerzas de seguridad para crear criterios específicos que los expedidores utilizarán para determinar si una persona debe ser remitida a los MCRT, a la policía, al PERT o a algún otro servicio disponible.
También hay un grupo de trabajo semanal que discute las llamadas que han sido remitidas a los equipos de respuesta a la crisis para asegurarse de que se envían las situaciones correctas. Los despachadores de la policía también pueden consultar al MCRT en tiempo real para determinar si un incidente es adecuado.
El capitán de la policía de Chula Vista, Phil Collum, que ha colaborado en la integración de los equipos móviles de crisis en Chula Vista, dijo que el departamento aún está resolviendo qué llamadas son las más adecuadas para el nuevo equipo.
“Por eso nos arrastramos primero”, dijo Collum. “Es para que podamos aprender. Es para que podamos hacer crecer el programa de forma que tenga éxito y ayude a nuestra comunidad y podamos intentar limar algunas de las arrugas a medida que el programa se expande.”
El condado pretende continuar el programa con un presupuesto de unos 12 millones de dólares anuales, un gasto que puede aumentar a medida que se amplíen los servicios, dijo una portavoz del condado.
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