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¿Es demasiado arriesgado que los niños vayan sin mascarilla a las escuelas y guarderías? Esto dicen los expertos

A woman works with a first-grade student at Kigala Preschool in Santa Monica.
La profesora Jessy Morales, a la izquierda, trabaja con un alumno de primer grado en el preescolar Kigala de Santa Mónica.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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Con la relajación de los mandatos de mascarillas, algunos padres y escuelas tendrán mucho qué pensar en las próximas semanas.

Después del viernes por la noche a las 11:59 p.m., California levantará su mandato de uso de mascarillas para interiores en niveles K-12 y guarderías, y dependerá de los operadores de esas instituciones decidir su propia política al respecto.

Los funcionarios de salud recomiendan encarecidamente que se sigan usando máscaras en lugares públicos cerrados, pero los operadores escolares tendrán poder para sostener el uso o hacerlo opcional.

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Esto es lo que dicen los expertos sobre los riesgos y lo que los padres deben tener en cuenta:

Por qué todavía tienen sentido los tapabocas para niños pequeños

Algunos padres han estado ansiosos de que las máscaras se vuelvan opcionales, y hay casos en los que eso puede tener sentido.

Es prudente mantener el uso de tapabocas en situaciones en las que los chicos son demasiado pequeños para ser vacunados, comentó en una entrevista la Dra. Yvonne Maldonado, jefa de enfermedades infecciosas del departamento de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

“Mascarillas, trabajo de distanciamiento cuando no puedes vacunarte, o cuando estás inmunocomprometido”, resaltó la doctora. Debido a que los menores de cinco años no son elegibles para vacunarse, las guarderías “todavía necesitan usar máscaras”.

Maldonado, quien preside el Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría, señaló que quienes dicen que las máscaras y el distanciamiento no funcionan, están equivocados. “Funcionan totalmente. Hemos visto tantos datos ahora de que sí sirven”, remarcó.

En un artículo que escribió para healthychildren.org, un sitio web publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría, Maldonado escribió que “para algunos niños, incluidos los que son demasiado pequeños para vacunarse y muchos con necesidades especiales de salud, el uso de cubrebocas sigue siendo una capa importante de protección”.

El Dr. Robert Wachter, presidente del Departamento de Medicina de UC San Francisco, consideró que como los niños de dos a cuatro años no son elegibles para las vacunas, sería más seguro que usaran mascarilla hasta que pudieran vacunarse.

Idealmente, sostuvo, las guarderías deberían continuar ahora el uso de mascarillas y avanzar con la vacunación cuando sea posible.

¿Pero si tuviera un niño de un año en un centro de cuidado infantil y la instalación permitiera un uso opcional? “Probablemente aceptaría que hay un pequeño riesgo, que los beneficios de tener al niño en la guardería superan”, remarcó Wachter. “Obviamente no es una propuesta de riesgo cero. Pero el riesgo es, creo, bastante bajo. Y probablemente lo aceptaría”.

Datos demográficos de vacunación

Las personas que toman decisiones sobre las políticas de uso de mascarillas en escuelas deberían considerar qué porcentaje de alumnos están vacunados.

Las tasas son muy variables, según el rango de edad, la geografía, los ingresos y la raza y el origen étnico. A nivel nacional, entre los niños de cinco a 11 años, solo el 26 % está completamente vacunado, pero entre los de 12 a 17, el 58% lo está. En California, casi el 31 % de los niños en el grupo de edad más joven están completamente vacunados, mientras que el 65% de los adolescentes y adolescentes lo están.

Otro factor a considerar es la tasa de casos de coronavirus en la comunidad escolar correspondiente. “Hay todo tipo de focos donde las tasas de transmisión seguirán siendo bastante preocupantes”, consideró Maldonado. “Algunos distritos escolares aún pueden pensar ‘Todavía estamos en un vecindario de alta transmisión. Sigamos usando máscaras por ahora’”, una decisión ella considera razonable.

“La clave es la transmisión”, agregó Maldonado. “Si aún vive en un área donde esa tasa es alta, incluso si la del condado es baja, pero en su vecindario o distrito escolar es elevada, existe un mayor riesgo”.

Maldonado sugiere que los padres preocupados pregunten por qué sus escuelas toman sus decisiones. Puede ser razonable permitir que los niños en edad escolar dejen las mascarillas, dijo, si el distrito escolar cree que el riesgo de transmisión es bajo. Si un padre se siente seguro con la suposición de la escuela, “entonces está bien no usar el cubrebocas, siempre y cuando los hijos estén vacunados y sus padres sientan que han hecho todo lo posible para mantenerlos seguros”.

Otro factor que le daría a los padres más seguridad de que es relativamente seguro quitarse la mascarilla es si las escuelas tienen buena ventilación. Una tendencia de ver más niños infectados en la escuela, o si los casos no disminuyen, podría ser una señal para mantener una política de uso de tapabocas.

Maldonado trabajó con el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles durante más de un año para ayudarlos con su política de tapabocas y pruebas. “Y es un distrito muy, muy grande, con una distribución muy desigual de los riesgos y las tasas de vacunación y de transmisión”, remarcó.

Hay situaciones en las que puede tener sentido que los niños sigan usando máscaras, incluso si no están obligados, como aquellos inmunocomprometidos o que tienen familiares en casa con sistemas inmunitarios debilitados. A los niños “se les debe permitir usar máscaras si sienten que necesitan hacerlo. Pedimos a todos que muestren gracia y respeto por aquellas otras personas que quieren seguir usándolas”, remarcó Maldonado.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, llamó la atención la semana pasada cuando animó a los estudiantes de preparatoria en una conferencia de prensa a abandonar los tapabocas, diciéndoles: “Por favor, quítenselos. Honestamente, no están haciendo nada. Tenemos que parar con este teatro del COVID”.

Desafíos para los centros de cuidado infantil

Los centros de cuidado infantil para niños más pequeños se encuentran en una posición especialmente complicada, especialmente si deciden hacer que el uso de máscaras sea opcional para los trabajadores y los niños. Los menores de dos años no deben usar máscaras debido al riesgo de asfixia.

“El cuidado de niños es difícil, porque los menores de dos años no usan tapabocas y nunca lo han hecho. Entonces, la protección para ellos ha sido tratar de rodearlos con personas que están completamente vacunadas y reforzadas y, por supuesto, adultos y niños mayores que sí llevan sus máscaras”, comentó la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, en una entrevista realizada el viernes. “Eso es especialmente cierto cuando hay mucha transmisión, porque entonces hay muchas más posibilidades de que las personas, incluso en entornos pequeños, puedan ser asintomáticas y aún así estar infectadas”.

Ferrer dijo que todavía hay suficiente transmisión en el condado de Los Ángeles como para que “los padres piensen en sus hijos y las circunstancias particulares de su hogar, y luego trabajar con un proveedor de cuidado infantil sobre qué tiene sentido para ese niño”.

Los más pequeños no solo son vulnerables porque aún no son elegibles para las vacunas; algunos tienen “condiciones subyacentes que los ponen en un riesgo mucho mayor, o viven con personas que son muy vulnerables”, destacó Ferrer. “Es razonable hablar con su proveedor de cuidado infantil sobre su circunstancia única, particularmente para menores de dos años, que no pueden enmascararse”.

Las mascarillas aún brindan protección

Ya sea que las escuelas hagan que el uso de mascarillas sea opcional o no, vale la pena señalar que las de calidad superior, como las KF94 y KN95, ofrecen a los usuarios protecciones adicionales contra infecciones, remarcó Ferrer, y agregó que sus nietos se sienten cómodos con las KF94. “Es una buena protección. Entonces, incluso si las personas que los rodean no van a usarlas, ellos llevan una de grado superior, [y] tendrán protecciones adicionales”, destacó Ferrer.

Las escuelas que decidan hacer opcional el tapabocas deben asegurarse de prestar más atención a otras prácticas de control de infecciones, como fomentar el lavado de manos frecuente, especialmente entre los niños más pequeños, añadió Ferrer. Distanciarse y mover algunas actividades al aire libre puede reducir aún más el riesgo.

También es cierto que el riesgo ahora es mucho menor que hace semanas en las escuelas. Según datos del condado, el 14% de las pruebas de rutina de coronavirus en las escuelas dieron positivo a principios de enero, un récord este año académico; pero para la última semana de febrero esa tasa había bajado a 0,44%. El porcentaje es más alto de lo que era a mediados de octubre, cuando llegaba al 0,16%, pero sigue siendo bastante bajo. “Eso significa que hay mucho menos riesgo”, destacó Ferrer, aunque reconoció que algunos padres e hijos seguirán preocupados por el riesgo de infección.

Ferrer se solidarizó con los padres que pueden sentirse incómodos con los centros de cuidado infantil que optan por usar máscaras opcionales con sus empleados, incluso cuando cuidan a menores de dos años, que no pueden llevar tapabocas ni vacunarse. “Recomendamos encarecidamente en las guarderías que los empleados mantengan sus mascarillas puestas”, en parte porque “van a cuidar a los niños, muchos de los cuales no pueden usarlas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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