Los casos de coronavirus en L.A. aumentan un 40% en una semana; también aumentan las hospitalizaciones

Los casos de coronavirus en el condado de Los Ángeles aumentaron en un 40% durante la semana pasada y las hospitalizaciones han comenzado a aumentar también, lo que subraya lo importante que es que la gente esté al día con sus vacunas y refuerzos, así como el uso de mascarillas en lugares públicos cerrados, dijeron las autoridades.

Aunque ni el número de infecciones ni el censo de pacientes hacen saltar las alarmas todavía, las tendencias ilustran que el condado se enfrenta a una transmisión revigorizada del coronavirus. Y para la directora de Salud Pública del condado, Barbara Ferrer, que calificó el aumento de los casos de “bastante significativo”, refuerzan la importancia de tomar medidas individuales para evitar la propagación.

“Desde el comienzo de la pandemia, todos hemos tenido que tomar decisiones sobre la mejor manera de protegernos a nosotros mismos y a los demás”, dijo a los periodistas el jueves. “Con el aumento de los casos, existe la posibilidad de que haya más variantes contagiosas y muchas oportunidades de estar expuestos… este es un buen momento para tomar la decisión de vacunarse o reforzarse y usar una mascarilla cuando se está en el interior y cerca de otras personas”.

Durante la última semana, el condado de Los Ángeles ha informado de una media de unos 1.764 nuevos casos de coronavirus al día, frente a los 1.261 de hace una semana.

La última cifra es el doble de los 879 casos diarios que el condado de Los Ángeles registraba a principios de abril.

En términos per cápita, la tasa de casos del condado ha aumentado a 122 casos semanales por cada 100.000 residentes. La tasa de casos del condado de L.A. superó los 100 durante el fin de semana, lo que significa que el condado más poblado del país está experimentando de nuevo una alta tasa de transmisión por primera vez desde principios de marzo.

Y lo que es más preocupante, el número de pacientes positivos al coronavirus hospitalizados en todo el condado también ha aumentado esta semana tras meses de descenso constante.

El miércoles, 249 personas fueron hospitalizadas en todo el condado. Cinco días antes, el viernes, el recuento fue de 209: el total más bajo en un solo día para el condado desde que comenzó la pandemia, según muestran los datos estatales.

Desde la aparición de la variante altamente infecciosa Ómicron del coronavirus en diciembre, las autoridades han observado que muchas infecciones han tendido a resultar en una enfermedad relativamente leve - creando un entorno en el que los recuentos de casos fueron muy altos, pero la proporción de personas que fueron hospitalizadas con COVID-19 fue menor que en las olas anteriores de la pandemia.

Por ejemplo, durante el pico de la oleada invernal de Ómicron, el 1,2% de los casos de coronavirus en el condado de Los Ángeles fueron hospitalizados; en cambio, durante la oleada Delta del verano pasado, el 5,6% de los casos fueron hospitalizados.

Sin embargo, la gran infectividad de Ómicron llevó a algunos hospitales del estado a su límite. Y en los meses transcurridos desde la última oleada, han aparecido nuevas subvariantes de Ómicron aún más contagiosas, como la BA.2 y, más recientemente, la BA.2.12.1.

La BA.2 es la principal responsable del aumento de casos en el condado de Los Ángeles, y representa al menos el 88% de los casos aquí, según las autoridades.

La BA.2.12.1 ha provocado aumentos similares en otros lugares de EE.UU., y es responsable de la mayoría de los casos de coronavirus en Nueva York y Nueva Jersey. Las autoridades californianas han previsto que BA.2.12.1 también sea la causa de la mayoría de los casos de coronavirus en California dentro de unos días, según Ferrer.

Se calcula que el BA.2.12.1 es un 25% más contagioso que el BA.2.

“Con esa ventaja de crecimiento, podría convertirse rápidamente en la cepa dominante en todo Estados Unidos”, dijo Ferrer.

Ferrer dijo que espera que los casos se estabilicen pronto, especialmente si más personas se vacunan y se refuerzan. Pero las tendencias en la Costa Este son preocupantes, donde Ferrer dijo que hay “un aumento significativo en las hospitalizaciones” y todavía hay mucho que aprender sobre BA.2.12.1.

“Así que hay que seguir siendo cautelosos”, dijo Ferrer.

Hay una serie de datos que son motivo de cierta preocupación:

Aguas residuales: Los niveles de coronavirus detectados a través de la vigilancia de las aguas residuales casi se han duplicado en grandes franjas del condado durante un período de dos semanas, incluyendo los sistemas de alcantarillado que sirven a la ciudad de Los Ángeles y las partes sur y este del condado de Los Ángeles.

Entornos vulnerables: Entre el 20 y el 26 de abril se produjeron 10 brotes en lugares que atienden a personas sin hogar y seis en residencias de ancianos, lo que supone un aumento con respecto a las semanas anteriores.

Lugares de trabajo: El número de lugares de trabajo en los que se produjeron brotes de coronavirus se duplicó en comparación con la semana anterior. Entre el 20 y el 26 de abril, hubo 82 lugares de trabajo afectados. Los lugares más comunes fueron los de la industria manufacturera, el comercio minorista, la información, la alimentación y las bebidas, la electrónica y los electrodomésticos, la fabricación de equipos de transporte y la industria cinematográfica y de grabación de sonido.

Escuelas K-12: Los brotes han aumentado en las aulas de los centros de enseñanza primaria y secundaria y, por primera vez en mucho tiempo, algunos han afectado a docenas de estudiantes, según Ferrer. Entre el 13 y el 19 de abril se produjeron seis nuevos brotes en las aulas, todos ellos en escuelas primarias, y el doble de lo que se vio la semana anterior. Ferrer dice que cuando hay de ocho a 14 nuevos brotes en las aulas de K-12 en una semana, lo cual es motivo de un nivel medio de preocupación.

Tasas de positividad de las pruebas: El porcentaje de pruebas de coronavirus que resultan positivas en entornos K-12, aunque sigue siendo bajo, ha comenzado a aumentar en las últimas dos semanas, dijo Ferrer. Además, “el número de casos [de coronavirus] notificados en estudiantes de escuelas primarias, intermedias y secundarias se duplicó con creces” entre finales de marzo y mediados de abril, dijo Ferrer.

Estos grupos ilustran por qué las autoridades sanitarias siguen recomendando protegerse en lugares públicos cerrados, incluidas las escuelas.

El uso de mascarillas es obligatorio en el transporte público y en los aeropuertos del condado de Los Ángeles, incluidos el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, el Aeropuerto de Hollywood Burbank y el Aeropuerto de Long Beach. El jueves, el sistema ferroviario de cercanías BART de la zona de la bahía de San Francisco adoptó un requisito de mascarilla similar.

La vacunación sigue siendo la mejor manera de protegerse contra las enfermedades graves y la muerte, dijo Ferrer. Las personas vacunadas tienen 4½ veces menos probabilidades de ser hospitalizadas y nueve veces menos probabilidades de morir que las no vacunadas, dijo Ferrer. Las personas vacunadas tienen casi dos veces menos probabilidades de infectarse que las que no lo están.

Seguir recibiendo vacunas de refuerzo también sigue siendo importante, añadió Ferrer, porque la inmunidad de la infección natural y de las vacunas anteriores se debilita con el tiempo.

“Con la circulación continua de variantes fácilmente transmisibles, será necesario reforzar nuestros sistemas inmunitarios”, dijo Ferrer.

Además, “las personas con factores de riesgo (...) corren un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave a causa de la reinfección”, dijo la Dra. Kristie Clarke, científica de los CDC, en una sesión informativa celebrada el martes.

Ferrer también instó a los padres a vacunar a los niños. Sólo el 32% de los niños de 5 a 11 años han completado su serie de vacunación primaria en el condado de Los Ángeles, en comparación con el 78% de los adolescentes de 12 a 17 años.

En cambio, el 91% de las personas mayores de 65 años del condado de Los Ángeles han completado su serie de vacunación primaria.

“Aunque la mayoría de los niños no son propensos a tener una enfermedad grave a causa de la COVID, algunos se enferman muy gravemente y desarrollan una COVID larga”, dijo Ferrer. “Y los niños pueden transmitir fácilmente el virus a otras personas y algunas de ellas han enfermado gravemente”.

Los niños que por lo demás están sanos también sufren de COVID-19 grave, dijo Ferrer, citando datos de que 3 de cada 10 niños de 5 a 11 años que fueron hospitalizados con COVID-19 no tenían ninguna condición de salud subyacente. Nueve de cada 10 niños de este grupo de edad hospitalizados con COVID-19 no estaban vacunados.

Decenas de miles de niños a nivel nacional han sido hospitalizados con COVID-19, y más de 900 han muerto desde el inicio de la pandemia. “No hay casi ninguna otra enfermedad infecciosa que circule en Estados Unidos que provoque la muerte de muchos niños, lo que amplía la necesidad de que hagamos todo lo posible para reducir esta tragedia insoportable”, dijo Ferrer.

Aunque los niños hayan sobrevivido a una infección por coronavirus y desarrollen cierta inmunidad, “no podemos predecir cuán fuerte o larga será esa protección”, dijo Ferrer. “Las vacunas... son la mejor y más segura opción para crear y proteger la inmunidad”.

Ferrer dijo que el número de infecciones notificadas sigue siendo un indicador importante de hacia dónde se dirige la pandemia. No es una garantía de que el coronavirus esté ahora destinado a provocar principalmente enfermedades más leves, dijo.

“Con tantas variantes nuevas que están apareciendo, no sabemos si estamos realmente en esta trayectoria en la que todo lo que vamos a ver es una enfermedad cada vez más leve”, dijo Ferrer.

“Y yo sugeriría que no adivináramos, que no fuéramos demasiado optimistas, que reconociéramos que se trata de un virus que muta con bastante rapidez, pero también con bastante dramatismo”, dijo Ferrer. “No queremos una transmisión descontrolada, que lleve a la posibilidad de más variantes preocupantes”.

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