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Boicoteo a la Cumbre de las Américas: ¿Honor, ego o política? Así responden expertos en el sur de California

El presidente estadounidense Joe Biden habla en la Casa Blanca el 9 de septiembre del 2021.
El presidente estadounidense Joe Biden habla en la Casa Blanca el 9 de septiembre del 2021.
(ASSOCIATED PRESS)
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A unos días de realizarse la Cumbre de las Americanas, varios países latinoamericanos han criticado duramente a la administración del gobierno de Estados Unidos, e inclusive amenazan con no participar, si no se incluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela en la lista de invitados.

De acuerdo con Kevin O’Reilly, coordinador de la Cumbre 2022, el gobierno tomó la decisión de no incluir a Nicaragua y Venezuela al evento porque ambas naciones le faltan al respeto a los principios de democracia.

Cuba aún no ha sido convocada al evento, pero se especulaba que también puede estar excluida de no ser por la presión que está recibiendo el gobierno americano de parte de sus homólogos.

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Tras la decisión de Biden, los presidentes de Bolivia, Guatemala, Honduras y México amenazaron de no presentarse al evento que tendrá lugar del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, mientras otros países esbozaron varias declaraciones agrias contra el presidente Joe Biden como anfitrión.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien recibió la invitación el miércoles 25 de mayo, dijo que no asistiría personalmente a la cumbre si todos los países no eran incluidos.

Hasta el 30 de mayo, López Obrador dijo en una conferencia matutina que en su lugar asistirá Marcelo Ebrad, el secretario de Relaciones Exteriores.

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Asimismo, el presidente de Bolivia, Luis Arce, también recalcó en un Twitter del 27 de mayo que le preocupaba que la Cumbre de las Américas “ignore la diversidad plena”.

Arce agregó que lo único que el gobierno americano consiguió con la exclusión fue “debilitar la institucionalidad del mencionado foro regional” y dio énfasis a que, de persistir la exclusión de pueblos hermanos, no participaría de la misma.

Por su parte, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, aseguró el pasado 17 de mayo que como no lo habían invitado a la cumbre, él había mandado a decir que no asistiría de cualquier forma.

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“Se lo dije y lo repito al embajador de esa nación: que este país podía ser de este tamaño [pequeño], pero que mientras yo fuera presidente, a este país se le respetaba y se le respeta la soberanía”, dijo Giammatteri, durante una actividad de la embajada de México en su país.

Para el 28 de mayo, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, advirtió en un Twitter que asistiría a la Cumbre “solo si están invitados todos los países”.

Un juego de política, estrategia e ideologías

Para los expertos, las decisiones de los presidentes que se niegan a presentarse a la cumbre no son de ego u honor, sino son estrategias políticas para enviar su mensaje de autonomía al mundo, así como un cambio de mentalidad en la forma en que se puede gobernar.

El profesor Gaspar Rivera-Salgado, director de UCLA Center for Mexican Sudies, dijo que a su punto de vista Estados Unidos no pensó que hay que tomar en cuenta los cambios políticos que existen en varios países de Latinoamérica, específicamente en los últimos cinco años.

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“Ha habido transformaciones profundas en varios países que tienen una nueva generación de presidentes, que han logrados sus victorias por su posición ambivalente y no tan servil y alineada a los Estados Unidos”, dijo.

“Entre estos, el actual presidente joven de izquierda en Chile, Gabriel Boric, así como una tendencia similar en Bolivia con la elección del izquierdista Evo Morales [entre el 2006 y 2019], y el actual presidente Luis Arce. Al igual, México tiene ahora a su presidente de frente izquierda, Andrés Manuel López-Obrador”, dijo.

De acuerdo con el politólogo, la decisión de Biden también fue meramente política con un mensaje de oposición a la antidemocracia.

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“Puede que Biden busque tener una imagen limpia y clara ante el mundo, y una foto a lado de los presidentes opuestos como Bolivia, Nicaragua o Cuba no sentaría bien con el mensaje que busca enviar”, dijo.

En un mundo ideal, dijo Gaspar Rivera-Salgado, todos los presidentes incluido Biden, deben ser flexibles para tomar la oportunidad de la cumbre para abordar varios problemas fuertes y solucionarlos, tal como el tema climático, la inmigración, el narcotráfico y la violencia.

Al evento, que se organiza desde 1994, se reúne los jefes de Estado y de gobierno de los países de América, para tratar temas diplomáticos y de importancia a nivel continental, la defensa de la democracia y los derechos humanos en el hemisferio occidental. En esta ocasión también se hablará de la migración, el cambio climático y los esfuerzos para garantizar un crecimiento equitativo mientras se emerge de la pandemia del COVID-19.

Por ahora los gobiernos de Chile, Perú, Ecuador y Argentina ya confirmaron su asistencia, pero al igual que sus homólogos, insisten en que la Administración no debe deja a ningún país de América afuera del evento.

Octavio Augusto Pescador, investigador cofundador del Instituto Paulo Freire de UCLA, dijo que las posiciones de los presidentes que han decidido no presentarse no son sorprendentes, porque se alinean a sus ideologías y estrategias políticas.

“Aquellos identificados con un tipo de ideología van a respaldar la inclusión de gobiernos afines, independientemente que opinen las organizaciones internacionales o Estados Unidos… estos son los casos de México, Guatemala y Bolivia”, dijo Pescador.

En cuanto a la parte política estratégica, Pescador dijo que, en las estructuras hemisféricas, es decir otros países, se mueven intereses económicos.

“Cuba y Venezuela, por ejemplo, han tenido cercana y amistad con Rusia y China. En términos económicos se han visto favorecidos”, dijo Pescador.

“Venezuela por su parte, se ha visto beneficiada por Rusia y China, que, sin sus préstamos, no habría subsistido después de las sanciones económicas de Washington”, dijo Pescador.

Bajo la presidencia de Donald Trump, se le impusieron duras sanciones económicas en 2019 a Venezuela, entre ellas a las exportaciones de petróleo, su principal motor económico.

“Por su parte, Nicaragua tiene relaciones comerciales y políticas con Rusia”, dijo Pescador, con la exportación de maní, café, ron y productos farmacéuticos como sus productos mas populares.

A juicio de Pescador, sin duda a Biden le tocó una etapa áspera y polarizada en el contexto político de Estados Unidos, pero la exclusión fue una decisión calculada de inicio como estrategia de “sanciones” explicitas, implícitas, económicas y políticas a los países que no están jugando bajo las reglas democráticas.

“Cierto es que en los ojos de Estados Unidos países como Cuba, Nicaragua y Venezuela no van a ser invitados porque sus dirigentes no fueron elegidos democráticamente”, sostuvo.

“La ecuación política que tiene Biden, es decir los votos y ventaja mínima que tiene en el Senado, la han cuidado con ahínco los demócratas. La invitación que excluye a varios países a la Cumbre se puede resumir a una cuestión de cálculo electoral”, dijo Pescador.

El experto añadió que si Biden le da la bienvenida a los países que han sido sancionados -que son la escoria desde el punto de vista de Estados Unidos, y las democracias liberales y del libre mercado de los conservadores y republicanos-, sería una bandera roja que le acarrearía muchos problemas políticos al presidente.

“Le daría argumento a Donald Trump y republicanos trompistas, de un presidente que se doblega ante petición de países que son, en términos comparativos, mucho menos relevantes en el orden internación de Estados Unidos”, dijo.

Un mal sabor de boca

No obstante, la decisión de Biden desilusionó a varios activistas comunitarios latinoamericanos en el sur de California. Muchos de ellos dijeron que los países que se han demostrado en contra de la exclusión, solamente están reprendiendo a Estados Unidos, mientras este país se pierde de un dialogo enriquecedor.

“No se trata de ego o política, sino de hacer lo correcto. AMLO como otros presidentes le están llamando la atención a Biden, le piden que pare la política de James Monroe, de que América es solo para los americanos”, dijo Juan José Gutiérrez, activista mexicano y director de la Coalición Derechos Plenos para los Inmigrantes en Los Ángeles

“Durante su presidencia Barack Obama fue a Cuba, y no pasó nada, nadie lo vio de menos. Al final la inclusión, a mi punto de vista, haría haber visto a Biden como un político de gran estatura. Mi pensamiento es que los demócratas siguen empeñados en ganar el voto de la derecha cubana y venezolana en Florida”, dijo Gutiérrez.

Francisco Rivera, presidente de la Mesa Redonda Centroamericana, una organización que aboga por los derechos humanos, políticos y migratorios de los centroamericanos en California, dijo que Biden dejó a muchos con mal sabor de boca.

“La Cumbre creó una gran expectativa entre los activistas y líderes locales, porque Los Ángeles como sede del evento, es el lugar perfecto por alojar a muchos países latinoamericanos, pero la exclusión opacó todo”, dijo Rivera.

“A mi punto de vista, Biden debió haber invitado a todos los países, especialmente por el tema de inmigración que es de gran importancia entre los tres países del triangulo del Norte”, dijo.

Salvador Sanabria, activista comunitario salvadoreño y director de El Rescate, una organización sin fines de lucro de servicios legales, en Los Ángeles, dijo que la Cumbre ya no es una oportunidad de unión, sino un evento polarizado.

“Es claro que, si el socio más importante de Estados Unidos, como lo es México ha dicho que no viene y encima cuestiona a Estados Unidos, el evento pierde legitimidad”, dijo Sanabria.

“Era de esperarse que El Salvador y otros países izquierdistas, se sientan reivindicados por la posición de AMLO y México, que tiene una doctrina que plantea inclusión plena y la no intervención en los asuntos internos de otros países para abordar la paz”, dijo.

Cecilia Rodríguez, activista y presidenta de la Alianza hondureña de Los Ángeles, una organización que aboga por los derechos de los inmigrantes indocumentados, dijo que cada país tiene derecho de expresarse libremente, pero para todo hay límites.

Rodríguez dijo no ser partidaria de los países izquierdistas y dictadores que masacran y encarcelan a la gente por estar en contra de ellos.

“Pero los países que se niegan a asistir a pesar de ser invitados están ‘sudando una calentura ajena’. A mi modo de pensar, ellos deben asistir a la Cumbre porque tienen un deber con su gente, tiene un trabajo que hacer, especialmente Honduras con el problema de la migración”, dijo Rodríguez.

Las posturas

David R. Ayón, investigador asociado y profesor en el Instituto de Estudios Gubernamentales de UC Berkeley, dijo que existen diferentes combinaciones de razones por la que cada president ha escogido una postura sobre la invitation a la Cumbre.

“Cada caso es diferente, pero el motivo más común es su rechazo al apoyo enfático a la democracia del presidente Biden, y su resistencia a la ola mundial de autoritarismo”, dijo Ayón.

“El punto de partida es comprender que la propia democracia estadounidense está en grave peligro y, de hecho, está experimentando una crisis de baja intensidad. Biden se encuentra en una posición debilitada mientras trata de contrarrestar los esfuerzos republicanos abiertos para retomar el poder por cualquier medio necesario, incluso si pierden nuevamente la votación”, dijo el profesor.

Ayón sostuvo que la respuesta de Biden a nivel internacional ha sido tratar de movilizar una alianza mundial a favor de la democracia, y ese fue su principal interés en albergar la Cumbre de las Américas en California, pero no está funcionando.

“Los presidentes y regímenes autoritarios de América Latina, por supuesto, no tienen ningún interés en tal cumbre: son los principales objetivos de los llamados a resistir el autoritarismo y la autocracia. Pero además de los regímenes más flagrantemente dictatoriales y autoritarios, la agenda de Biden no ayuda en absoluto a otros regímenes que no son democracias sólidas o que están ‘retrocediendo’ en su compromiso con la democracia. Los jefes de esos regímenes ven un mayor beneficio político interno en adoptar poses de desafío a los EE. UU. y a Biden, así como en unirse a otros gobiernos que tampoco se benefician de los esfuerzos a favor de la democracia de Biden”, dijo el profesor.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo en Twitter este miércoles 25 de mayo que “en ninguna circunstancia” iría a la cumbre.

“Se sabe que el gobierno de Estados Unidos concibió desde un inicio que la Cumbre de las Américas no fuera inclusiva. Era su intención excluir a varios países, entre ellos Cuba, a pesar del fuerte reclamo regional a que se les pusiera fin a las exclusiones”, escribió en Twitter.

Al igual, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se pronunció en contra de la Cumbre antes de la no invitación el pasado 19 de mayo. “No nos estimula su Cumbre”, dijo, “los yanquis están marginando a Venezuela, Cuba y Nicaragua”.

De parte de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, dijo rechazar las pretensiones de excluir y discriminar a pueblos en la Cumbre de las Américas.

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