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Columna: Todos los caminos de Santiago Nieto conducen a los trabajadores agrícolas

Santiago Nieto junto a un grupo de simpatizantes llegando al centro de Bakersfield en mayo del 2019.
(Fátima Nieto)
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Cuando pienso en Santiago Nieto y sus caminatas, lo imagino como el caballero de Don Quijote de la Mancha, que en su loco andar por el mundo confunde molinos de viento con gigantescos enemigos. Pero Nieto no está loco, en realidad, está dolorosamente cuerdo y ha decidido poner su tiempo y su esfuerzo para ayudar a los trabajadores agrícolas de California.

Su forma de llamar la atención a las condiciones de pobreza en la que viven cientos de miles de trabajadores agrícolas en California, la gran mayoría migrantes de México y Centroamérica, es a través de su campaña “Por ti campesino, yo camino”, que lo lleva a través de montañas, ríos y desiertos. Lo mismo camina bajo la lluvia que bajo el calor de 115 grados del valle central.

Santiago Nieto ha utilizado este lema para llamar la atención
Santiago Nieto ha utilizado este lema para llamar la atención de la sociedad a las condiciones en las que viven los trabajadores del campo.
(Santiago Nieto.)

En su última caminata, en la que recorrió un total de 530 millas y atravesó 27 ciudades en su ruta de Los Ángeles a Sacramento, buscaba recaudar $100,000 para entregárselos a la fundación Cirugías sin Fronteras, que en ese momento necesitaba apoyo para continuar ayudando a las familias trabajadoras más afectadas por la pandemia.

“El Coronavirus se ensañó con los más pobres, con los marginados, con los que no tenían nada”, me dice Nieto, al recordar esa marcha que inició el 16 de septiembre y terminó el 17 de octubre del 2020.

Después de 320 millas recorridas y 23 días en el camino, entrevisté una vez más a Nieto. Lo encontré delgado, quemado por el sol y sediento. “De los $100,000 que queríamos recaudar, solo hemos conseguido $22,000”, me dijo entre disgustado y decepcionado.

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Descansando en compañía de El Capitán.
Descansando en compañía de El Capitán. En el segundo día de la caminata a Sacramento el perro se integró al grupo. Septiembre, 2020.
(Mónica Nieto.)

La frustración y el coraje no le dejaban hablar. “Es como si los trabajadores agrícolas y sus familias no existieran, como si a nadie le importara lo que les pase”, me dijo mientras sobaba sus pies, para entonces ya con ampollas.

Me tocó verlo a entrar a pueblos polvorientos rodeados de campos de fresas con una decena de seguidores a su lado. Me recordó la escena en la que Forrest Gump empieza a correr a lo largo del país. Pero a diferencia del personaje de Tom Hanks, Nieto sí tiene una causa, y muy concreta: Ayudar a recaudar fondos para la organización sin fines de lucro Cirugías sin Fronteras (CSF Medical Non-Profit Foundation), cuya misión es gestionar cirugías a bajo costo para personas de bajos recursos que no tienen seguro médico sin importar su estatus migratorio.

Un trabajador comiendo en el campo durante un descanso.
(Santiago Nieto)

Con sede en la ciudad de Bakersfield, CSF ha brindado acceso a atención médica a más de 3,500 personas; ha proporcionado más de 900 canastas de alimentos a familias necesitadas; ha proveído alivio económico a 49 familias con el programa para ayuda de emergencia S.O.S. COVID-19; ha vinculado a más de 4,500 familias con recursos comunitarios y ha brindado educación preventiva en salud y manejo de enfermedades crónicas a más de 6,000 personas, dice la organización a través de su página de internet

Conocer y ver a Santiago en estas travesías ha tenido un profundo impacto en mi persona, porque siempre me ha dado la impresión de que hay una fuerza sobrenatural detrás de él.

“Es simple solidaridad”, me dice, mientras conversamos a la orilla de un camino polvoriento en el condado de Tulare. Mientras descansa, a lo lejos se ven a decenas de trabajadores encorvados sobre un campo salpicado de fresas.

“Cuando siento que ya no puedo más me acuerdo de don Abraham, un hombre de 73 años y pienso que él debería estar jugando con sus nietos, en lugar de seguir pizcando fresa a 107 grados de temperatura. Cuando recuerdo su imagen, me siento mal, porque me doy cuenta de que el tema es como el elefante que está en el cuarto y que nadie quiere voltear a ver”.

Nieto habla despacio mientras se prueba un nuevo par de tenis. “Todos prefieren voltear a otro lado, a pesar de que ellos han sacrificado sus familias para poner comida en nuestras mesas. Creo que nos toca poner comida y salud en las casas de ellos”. Hace una pausa mientras observa una avioneta que lanza insecticidas desde muy baja altura. “¿Tú crees que eso no los enferma?, me dice mirando fijamente la nave que lo sobrevuela.

Entre la abundancia y la pobreza

Un trabajador agrícola recoge naranjas en el campo
Un trabajador agrícola recoge naranjas en el campo donde trabaja Carlos García, de 73 años. García trabaja en un huerto de naranjas cerca de Reedley, en el valle de San Joaquín
(Tomas Ovalle para The Times)

De acuerdo con el Departamento de Alimentos y Agricultura de California un tercio de los vegetales y dos terceras partes de las frutas y nueces que produce Estados Unidos se cultivan en el estado dorado. Y para darse una idea de las ganancias que generó este sector en el 2021, basta decir que entre los diez principales productos agrícolas como lácteos, uvas, almendras, ganado, fresas, pistachos, lechuga, tomates, nueces y arroz, los agricultores de California recibieron $32,000 millones.

En total, las granjas y ranchos del estado generaron $51,100 millones por el total de sus productos agrícolas en el 2021.

Pero esa bonanza económica no llega hasta los más de 420,000 trabajadores que hacen posible esa gigantesca producción agrícola. Los trabajadores del campo en California ganan en promedio $26,000 por año, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU.

La organización www.farmworkerfamily.org estima que el 75 % de los trabajadores agrícolas de California son indocumentados. Aproximadamente una tercera parte de la fuerza laboral agrícola son mujeres, y su edad oscila entre la adolescencia y los 60 años. Las trabajadoras agrícolas a menudo son objeto de insultos sexuales, manoseos, amenazas, palizas e incluso violaciones en los campos. En California, el 80 % de las trabajadoras agrícolas afirman haber sufrido acoso sexual.

Gloria López, 65, trabaja en un campo de tomates en French Cam
Gloria López, de 65 años, trabaja en un campo de tomates en French Camp, California, el 22 de julio de 2020. Más del 70 % de los nuevos casos de coronavirus en el fértil valle de San Joaquín, en California, fueron entre trabajadores latinos, debido a la escasez de pruebas y falta de acceso a la atención médica.
(Max Whittaker/ para The Times)

“Sí, California es un estado rico, pero nadie voltea a ver a sus trabajadores”, dice Nieto mientras se dispone a reanudar su marcha.

Hasta el momento Nieto ha hecho cinco caminatas por el estado y se está preparando su sexta, que dará inicio desde el Consulado de México el 15 de septiembre y tratará de llegar a Bakersfield siete días después. En esta ocasión no busca recaudar dinero, sino concientizar sobre la situación de pobreza en la que viven cientos de miles de trabajadores agrícolas en el estado más rico de Estados Unidos.

Por las razones equivocadas

Originario de Ciudad Juárez, Chihuahua, Nieto inició su carrera profesional en KAMA, la primera estación de radio en español de El Paso. “Ahí supe que para mantener a los radioescuchas hay que hacer circo maroma y teatro”, dice Nieto mientras recuerda la multitud de eventos que realizaba para entretener a la audiencia y a la vez ayudar a los más necesitados.

Santiago Nieto en una de sus caminatas llamadas Paso a paso por El Paso.
(Archivo Santiago Nieto)

“Hacía maratones radiofónicos para conseguir zapatos ortopédicos para niños con problemas de movilidad, trasmitía de día y noche sobre el techo de tiendas 7Eleven para recaudar fondos para numerosas causas. En otra ocasión en que necesitábamos regalar una camioneta a un asilo de ancianos, colocamos un vehículo sobre una grúa que bajaba ciertos centímetros cada vez que alguien donaba algo”.

Pero todo esto era por las razones equivocadas reconoce Nieto, quien es hijo de un conocido político mexicano. “Quería fama, quería popularidad, quería alimentar mi ego”, me dice en un acto de sinceridad.

Ya en Los Ángeles , como coordinador de “Don Cheto al Aire” Radio Network, la fundación Cirugías Sin Fronteras se acercó a él para pedirle que Don Cheto, uno de los personajes más populares de la radio en español, hiciera un anuncio público para crear conciencia de la existencia de esa organización de apoyo a la comunidad.

No solo logró que Don Cheto grabara, sino también otros personajes como Rosie Rivera, Larry Hernández, Ana Bárbara, Omar Chaparro y Juan Rivera entre otros, generaron videos y anuncios públicos, pero eso no llenaba sus aspiraciones de hacer algo más.

Larry Hernández dio el banderazo de salida al iniciar la primera
Larry Hernández dio el banderazo de salida al iniciar la primera caminata de Bakersfield a Los Angeles en septiembre del 2016.
(Tommy Valles)
Acompaña a Santiago Nieto la cantante Rosie Rivera en la caminata de 2018.
Acompaña a Santiago Nieto la cantante Rosie Rivera en la caminata de 2018.
(Paloma Nieto)

“Una noche estaba sentado viendo la película ‘The Way’, acerca del famoso Camino de Santiago y sentí que ese era mi llamado, que tenía que hacer algo así… entonces bajé corriendo y le dije a mi esposa lo que estaba pensando y me dijo: ‘estás loco’”.

Pero la idea quedó rondando en su cabeza. “Supe en mi corazón que eso era lo que debía hacer, pero no ya por fama, popularidad o ratings, sino porque ese era mi llamado”, me dice Nieto, quien confiesa que no lo mueve un sentimiento religioso, sino la sensación de que entre los rostros de los hombres y mujeres que ve trabajando, podrían estar el de su mamá, su hermana, sus tías, sus abuelas, o sus hermanos. “Son los rostros de nuestra gente, y eso no lo puedo ignorar”.

Santiago Nieto frente al Capitolio en sacamento, tras una caminata de 530 millas y 31 días.
(Mónica Nieto)
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