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Así se celebró el 26 aniversario del Día del Salvadoreño en el sur de California

The Jesus figure reappears wearing white as Father Tomas Lopez performs
La comunidad salvadoreña en el sur de California celebró la transfiguración de Jesucristo, tradición que se remonta a 1525 en San Salvador, capital de esa nación centroamericana.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

La primera vez fue en 1999 cuando cerca de 1,000 personas celebraron el Día del Salvadoreño en la ciudad de Los Ángeles

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La nostalgia por su terruño se disparó entre la comunidad salvadoreña en Los Ángeles. Los recuerdos emanaron en la celebración del 26 aniversario del Día del Salvadoreño realizada en Pico-Union, vecindario que ha sido el puerto de llegada para miles de cuzcatlecos al establecerse en territorio estadounidense en los 80’s y, en donde hoy todavía muchos, siguen residiendo varios años después de esa gran ola migratoria.

Como parte de esta celebración varios miles de inmigrantes junto a sus familias se congregaron en el boulevard Venice para disfrutar de un festival que eleva la cultura, gastronomía y tradiciones religiosas.

“Me agrada ver tantos jóvenes, escuchar la música, ver la gente bailar y sentir el ambiente de la gente salvadoreña”, indicó Eunisses Hernández, concejal del Distrito 1, en un mensaje a una nutrida audiencia en el escenario principal de este festival. “Miren a su alrededor, gocen de las tradiciones que nos rodean hoy, aprécienlo, porque este evento no existía aquí hace 26 años”.

Una persona de la multitud ondea una bandera salvadoreña mientras Miguel Jiménez y su Cumbia Show ac
Una persona de la multitud ondea una bandera salvadoreña mientras Miguel Jiménez y su Cumbia Show actúan en el escenario del festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)
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La primera vez que se celebró el Día del Salvadoreño fue en 1999 en la ciudad de Los Ángeles. En esa oportunidad se congregaron alrededor de 1,000 personas en la iglesia Preciosa Sangre, ubicada en el 435 S. Occidental Blvd. En cambio, ahora los asistentes ocuparon los 804 metros que separan a las avenidas Normandie y Vermont sobre el boulevard Venice, en donde se realiza este festejo desde 2016.

En ese espacio se distribuyeron juegos mecánicos, puestos de comida, ventas de artesanías, tres escenarios y mucha diversión para chicos y grandes.

“Está muy bonito, el ambiente es muy parecido a El Salvador, me recuerda las fiestas julias”, comenta Steven Díaz, de 21 años y originario de Santa Ana, en el occidente del territorio salvadoreño, luego de saborear unas pupusas y beber un fresco de horchata, quien llegó al festival junto a su novia y a unos tíos desde la ciudad de Compton.

Cientos de personas asistieron al festival del Día del Salvadoreño en la ciudad de Los Ángeles.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

Junto a seis amigas, María Cañas viajó desde Houston para disfrutar los dos días del festival local. Esta mujer, originaria del departamento oriental de Usulután, se movió de Los Ángeles a Texas hace 30 años, pero para esta fecha que en la capital de El Salvador, San Salvador, se realizan las fiestas agostinas, ella piensa que es el mejor momento para convivir con sus connacionales en el sur de California. “Me recuerda muchas cosas de mi país, las fiestas patronales. Da nostalgia”, dice la inmigrante de 64 años.

Desde 1999 se realiza el desfile y festival gastronómico ecuatoriano en el centro de la ciudad de Los Ángeles

Jul. 27, 2024

La emoción también embargó a Cristian Linares. Este oriundo de San Antonio Pajonal, en el departamento de Santa Ana, llegó a Los Ángeles en 2004. Desde entonces lleva 20 años participando en esta celebración, a la que acudió con un sombrero azul y blanco, una camiseta de la selección salvadoreña de fútbol y una mochila con el escudo de su país de origen. “Nadie puede decir que no soy salvadoreño porque lo representa mi sombrero, la camisa y mi bolsón”, comenta entre risas sosteniendo una bandera en sus manos.

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Franciso Flores (frente) y Carmen Alfaro (izquierda) bailan en el Festival del Día del
Franciso Flores (frente) y Carmen Alfaro (izquierda) bailan en el Festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

Al igual que hace 26 años, en el festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles todavía se preserva el acto central dedicado al santo patrono de El Salvador, el Divino Salvador del Mundo. Desde 1525, en San Salvador, se realiza la representación de la transfiguración de Jesucristo. En la celebración angelina, en el segundo y último día del festejo, se aparta un tiempo para un acto litúrgico que concluye con la que también es conocida como “bajada”.

“¡Que viva el Divino Salvador del Mundo!”, dice el sacerdote salvadoreño Tomás López, luego de que un coro abriera el acto litúrgico con un cántico que apela al recorrido de los migrantes —del sur y del norte; del este y oeste y de todo lugar—, parado en un escenario junto a tres arreglos florales, dos velas, una cruz con la imagen de Jesucristo crucificado y una imagen de la Virgen de Guadalupe.

El sacerdote Tomás López dirige el acto litúrgico previo a la representación de la trans
El sacerdote Tomás López dirige el acto litúrgico previo a la representación de la transfiguración de Jesucristo en el festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

Después de leer el texto bíblico que habla sobre la transfiguración (San Marcos 9:2), el religioso hizo una reflexión sobre “los rostros desfigurados” en la actualidad. López se refirió a los migrantes, a los desamparados en las calles y a los desplazados, aludiendo a mostrar amor, solidaridad y compasión. “Por eso celebramos al Divino Salvador del Mundo que quiere lo mejor para el ser humano”, subrayó el sacerdote.

El corolario del acto litúrgico llegó con la representación de la transfiguración que se hizo con la imagen del santo que fue traída de El Salvador en 2001. Los rostros llorosos eran evidentes en el momento que los feligreses elevaron plegarias antes de concluir ese acto espiritual.

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El Día del Salvadoreño se celebró por primera vez en 1999 en Los Ángeles, en 2006 se extendió a todo Estados Unidos

Jul. 27, 2024

“Mi papá está a punto de morir, por eso me da mucha tristeza”, comentó Antonia Ayala, de 59 años y originaria de Santa Rosa de Lima, luego del servicio religioso, dando a entender que esa fue la razón de su plegaria. “Es muy lindo, me conmueve mucho”, agrega con un nudo en su garganta refiriéndose al acto litúrgico.

Antonia Ayala (izquierda) y Martina Orellana agitan pañuelos blancos durante el servicio religioso e
Antonia Ayala (izquierda) y Martina Orellana agitan pañuelos blancos durante el servicio religioso en donde se representó la transfiguración de Jesucristo en el festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

Aunque esta vez le tocó perderse la transfiguración, Julio Cañas se involucró en este festival desde 2011 debido a esta tradición religiosa. Él considera que esta celebración es un legado para las nuevas generaciones de salvadoreños porque enaltece la cultura y conecta con las raíces de un pueblo que como él tuvo que llegar en busca de refugio a principios de la década de 1980. Por eso desde 2022 viaja en automóvil durante cinco horas desde Las Vegas para servir como voluntario, esta vez era el gerente del escenario principal.

“Puede ser un sacrificio, pero vale la pena”, dice Cañas, un hombre de cabello y bigote blanquecino de 68 años de edad, que llegó a Los Ángeles poco después de que iniciara el conflicto civil en El Salvador que se extendió desde 1980 hasta 1992. Lo que espera, dice el oriundo de San Vicente, es que “las nuevas personas que lleguen —a dirigir este festejo— no pierdan el ímpetu y el interés, y que esta celebración no desaparezca”.

Para las personas nacidas en El Salvador que han llegado en la última década a Estados Unidos, tener el Día del Salvadoreño es algo normal, ya que en la actualidad se conmemora en las grandes zonas metropolitanas como San Francisco, Houston, New York y Maryland, entre otras. Sin embargo, no siempre fue así. Por eso, los organizadores y las autoridades aprovecharon para recordar que este festejo es fruto del activismo político de un puñado de hombres y mujeres que en 1995 crearon la organización Salvadoran American National Association (SANA), en cuyo seno se articuló la creación de esta celebración que dio inicio cuatro años después.

“Nos lleva a ver hacia atrás y pensar en todo esto maravilloso que hicieron las personas que lo iniciaron”, asegura Wendy Cordero, presidenta de Unidad de Comunidades de El Salvador (Unicomdes), que organiza este evento desde 2012. “Es asombroso verlo trascender, y que hoy en día todavía lo mantengamos vivo, espero que las nuevas generaciones no nos vayan a fallar y continúen con este legado”.

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El sacerdote Tomás López bendice a la multitud con agua bendita durante el servicio religi
El sacerdote Tomás López bendice a la multitud con agua bendita durante el servicio religioso en donde se representó la transfiguración de Jesucristo en el festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

Los fundadores de SANA, militantes y simpatizantes del partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), comenzaron a conversar sobre este esfuerzo luego de que cesara la guerra civil en El Salvador. Precisamente fueron Werner Marroquín, Isabel “Chabelita” Cárdenas, Salvador Gómez Góchez y Mario Fuentes, quienes dieron vida a esa organización y los que en 1999 convocaron por primera vez a celebrar el Día del Salvadoreño. A ellos se sumaron otros líderes y activistas locales que llevaron este evento en 2002 al Exposition Park, en donde se realizaron festejos masivos.

Fue ahí donde se celebró en 2006 que el Congreso federal haya emitido la resolución H.Res.721 reconociendo el Día del Salvadoreño Estadounidense, lo que permitió que ahora esta fecha sea conmemorada en otras ciudades y estados.

“Es un orgullo, sobre todo para la comunidad salvadoreña aquí en Los Angeles”, reconoció Alejandro Letona, cónsul general de El Salvador, destacando que los activistas y líderes cuzcatlecos locales han estado “a la vanguardia en cuanto a este tipo de eventos que conectan con nuestras raíces, para empezar por las cifras de población que tenemos aquí y también por la incidencia política que han tenido es que hemos logrado ser el único país que tiene un día que en este caso es el Día del Salvadoreño Americano reconocido a nivel federal por decreto del Congreso de Estados Unidos”.

En 1980, antes de que empezara la guerra en suelo salvadoreño, en Estados Unidos vivían alrededor de 94,100 salvadoreños. Una década más tarde, los que llegaron huyendo de la violencia hicieron que esa población creciera hasta las 445.887 personas, siendo los principales asentamientos de esos refugiados las ciudades de Los Ángeles, Washington D.C. y New York, según registros del Institute for Immigration Research de la Universidad George Mason, en el estado de Virginia.

La figura de Jesucristo aparece vestida de blanco mientras el sacerdote Tomás López realiza una c
La figura de Jesucristo aparece vestida de blanco mientras el sacerdote Tomás López realiza una ceremonia que simboliza la transfiguración en el festival del Día del Salvadoreño en Los Ángeles, California.
(Jill Connelly / Los Angeles Times en Español)

En la actualidad esta comunidad llega a 2.5 millones de personas de ascendencia salvadoreña, muchas de ellas nacidas en suelo estadounidense, quienes están conectadas con las raíces de sus padres o abuelos gracias a celebraciones como el Día del Salvadoreño.

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“Esta celebración ha crecido y lo importante es ver el tipo de comunidad salvadoreña que está viniendo, vemos a gente que emigró hace 5 o 10 años, pero vemos a padres con sus hijos de segunda o tercera generación”, reconoce Balbino Avilés, periodista de la cadena Telemundo en Los Ángeles, quien llegó en 2004 procedente de El Salvador, en donde laboró en diferentes medios de radio y televisión.

Avilés sostiene que debe reconocerse y agradecer a los que abrieron la brecha para que este festejo se extendiera a todo Estados Unidos, advirtiendo que este es un legado para los hijos de los migrantes y el reto es “que nunca muera”.

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