El jugador más joven de México en el Clásico Mundial acostumbraba poner a González y a Romo en su equipo de fantasía

Desde niño, Luis Urías colocaba muy seguido a jugadores como Adrián González y Sergio Romo en el mismo equipo cuando jugaba “MLB: The Show” en su PlayStation. El martes pasado, el prospecto de 19 años de edad seguía siendo un niño entre hombres cuando comenzó a jugar un partido de exhibición en contra de su equipo, los Padres de San Diego.

El jugador más joven del equipo mexicano, Urías podría inclusive ser titular durante el Clásico Mundial si el mánager del equipo, Edgar González, lo decide utilizar durante los tres partidos que disputarán en el Estadio Charros de Jalisco, donde sus padres y familia lo estarán siguiendo de cerca.

“Me llena de orgullo”, dijo Urías antes de conectar dos hits en sus cuatro oportunidades al bate en la victoria de los Padres sobre México por 7-3 en duelo de exhibición. “Cuando crecía de niño, siempre quise jugar con México y representar a mi país”.

Este honor es la última hazaña que ha logrado este prospecto que avanza a pasos agigantados en el béisbol de la Gran Carpa.

El Jugador Más Valioso de la California League y campeón de bateo con números de .330/.397/.440 con cinco jonrones y 52 carreras producidas, llevaron a Urías a convertirse del número 29 al sexto puesto del sistema de granja de los Padres en el ranking de Baseball America. Adentro de la organización, la administración está intrigada con Urías- un segunda base- y han comenzado a verlo como shortstop en esta primavera.

Aunque los Padres tienen buena banca en esa posición y no ha jugado mucho en el campamento de primavera, la organización piensa que sus atributos- buenas manos y excelente movimiento de pies- se refleje en el otro lado del diamante, con un Javier Guerra, de 22 años, que ha tenido una pésima presentación con los Padres y sus mejores jugadores adolescentes aún les falta jugar una temporada completa en el béisbol profesional.

“Pensamos que tiene mucha capacidad para lograrlo”, dijo el mánager de los Padres, Andy Green, sobre las habilidades del mexicano de jugar como paracorto. “Creo que es muy sólido. Solamente necesita más juego. Le fue muy bien el año pasado. No hay muchas expectativas de que esté listo para adueñarse de la posición de paracorto en un nivel de Grandes Ligas, pero tiene el potencial para llegar ahí”.

El juego de Urías en el Clásico Mundial con México podría darle a los Padres ese examen y experiencia ya que el conjunto mexicano no tiene mucha profundidad en esa posición. Luis Alfonso Cruz jugó en las Grandes Ligas en 2013 y dos otros jugadores en la plantilla- Esteban Quiroz y José Manuel Rodríguez- no tiene experiencia en ligas mayores.

En la tarde en la que Edgar González probó a Urías en esa posición, en la que obtuvo un doble play y pegó un batazo en el jardín izquierdo, le dejó una buena impresión al mánager de 38 años de edad del equipo mexicano.

“Muy buena compostura”, dijo González, un exjugador de los Padres, quien hizo mancuerna con su hermano menor, Adrián González, en San Diego en 2008 y 2009. “No actúa como un jugador joven. Actúa muy maduro. Siempre está bajo control. Sus pies siempre están en la posición correcta. Si lo ves, nada lo apura, lo que me encanta”.

“Nada va a ser demasiado grande para él”.

Aunque aún no está ahí.

Desde luego, Urías solamente ha tenido 30 juegos como paracorto antes de que los Padres lo pusieran en esa posición en esta primavera.

Hasta ahora todo va bien.

“Me sentí bien ahí”, dijo Urías, quien fue firmado en 2013. “Creo que me he estado concentrando en conectar y honestamente puedo jugar mucho mejor, pero me he creo que puedo jugar mucho mejor. Pero me sentí muy bien por ahora con los entrenadores en San Diego”.

Y la experiencia con México solamente ayudará.

“Crecí jugando con estos muchachos en PlayStation”, dijo Urías. “Hacía el equipo pensando en que iba a ser el mejor equipo. Yo los coloqué juntos. Es bueno jugar con ellos en un juego de verdad. Es una muy buena experiencia el estar alrededor de ellos, hablar con ellos , preguntarle cómo piensan sobre algunas cosas y tratar de obtener la mayor experiencia posible que se pueda”.