El piloto mexicoamericano Armando Castro participará en la competencia de Monster Jam entre el 23 al 25 de julio en el Staples Center
Armando Castro es el piloto de El Toro Loco, una de las camionetas más populares de la serie de Monster Jam, que llega a Los Ángeles al Staples Center en el fin de semana del 23 al 25 de julio.
Castro es un joven de 24 años que vive el momento más importante de su vida. Él es visto como una de las personalidades más carismáticas de la serie y es uno de los favoritos de los pequeños aficionados amantes del deporte de llantas gigantescas.
Su madre es de Ciudad Obregón, Sonora, y su padre es de Juárez, mientras que él nació en Montebello, California.
Desde tan solo a sus seis años, Castro tenía muy en claro lo que quería hacer con su vida. En su primer visita a un evento como aficionado de Monster Jam, soñó con verse dentro de una de esas pintorescas camionetas, cuyas especialidades son las alocadas piruetas.
“Ver a esas camionetas tan grandes... me enamoré del sonido, me emocioné y me enamoré del deporte”, dijo Castro a LA Times en Español.
Años más tarde, en 2016, fue a su primera final de la serie, el Monster Jam World Finals en Las Vegas, que según Castro “es como el Super Bowl de Monster Jam”.
Determinado a hacer conexiones que le permitieran guiarlo a cumplir su sueño de ser piloto algún día, Castro se acercó al área del “pit party”, que es donde se centran los pilotos y los equipos.
Las estrellas se alinearon para el joven aspirante a piloto porque tan pronto se detuvo para hacer sus indagaciones frente a alguien que portaba una identificación de la compañía, resultó ser un reclutador de pilotos.
“Le dije ‘soy mexicano, hablo español y mi sueño es ser piloto de Monster Jam algún día’… fue el momento indicado porque él era el que contrataba pilotos. Cuando le dije que hablaba español fue como que algo se prendió en él, en su cabeza”, contó Castro. “Me dijo ‘ven conmigo, te voy a presentar a unas personas de la compañía’ y pues el resto es historia”.
El proceso para convertirse en piloto fue algo que tuvo que abordar sin tener nada de experiencia en pilotear las camionetas, que se distinguen por sus poderosos motores y gigantescas llantas. Su primera parada fue en Illinois para llevar a cabo una audición.
Tras la audición, Castro fue invitado a tomar clases en la universidad de la compañía, Monster University, para prepararse. A diferencia de pilotos que llegan con experiencia a la serie, Castro tuvo que abrirse paso como pudo.
La gran mayoría de los pilotos provienen de competencias de carreras como Nascar, SuperCross, entre otros, o participando de manera local en sus comunidades.
“Yo vine de pobre… no tenía un [cuatrimoto] ATV, no tenía oportunidades de manejar y solo siendo un super aficionado, yendo a los shows, viendo los videos en YouTube y aprendiendo cómo manejan, cómo dan los saltos, pues pienso que todo eso me ayudó al momento de montarme en la camioneta y me llegó naturalmente”, dijo Castro.
Sus padres jugaron un papel muy importante para que Castro esté viviendo este sueño que ya tiene cinco años desde la primera vez que vistió el uniforme de El Toro Loco. Al contarle a su madre que tendría la oportunidad de iniciar el proceso para ser parte de Monster Jam, fue recibido con incredibilidad.
“No me creyó al principio, pero cuando le mostré las fotos y mis boletos de avión, pues comenzó a llorar… ella me ha demostrado que tiene mucho orgullo en mi porque sabe cuánto esto significa para mí, esto es una bendición también para mi familia”, recalcó el piloto.
Sus padres lo fueron a ver por primera vez en una competencia y se convirtió en un momento que fue muy emocional para la familia.
“Ella lloró, me abrazó. No importa la edad que tenga sean 30, 40, siempre me verá como su bebé. Fue el momento más especial para mí que he tenido con Monster Jam, solo de verles el orgullo y siendo un modelo para los niños, viniendo de pobre y con trabajo duro logré mis sueños y con la gracia de Dios, estoy aquí”.
Castro recuerda que él y su familia pasaron etapas muy duras en las que vivieron entre autos y moteles. Los padres trataron de todos medios posibles de sacar adelante a sus hijos.
“Ellos no se preocupaban de tener sus propias ropas, siempre tenía que haber para nosotros, tener un techo sobre nuestras cabezas y un plato de comida en frente”, confesó Castro. “Quiero enseñarle a mi hermanita que no importa de donde vienes, el color, tu situación económica y que si tienes sueños, que le eche muchas ganas y que con la bendición de Dios lo va a lograr”.
Castro se ha desenvuelto con facilidad entre la serie, que tiene un alto porcentaje de pilotos y miembros de equipos anglosajones. Él sabe que su presencia es importante para que futuros pilotos latinos aspirantes sean vistos con la misma seriedad que a sus colegas.
“Tenemos a mi amigo Mark List, que es de Costa Rica, y tenemos otro amigo que es de El Salvador, Elvis Laínez, pero por el momento somos Elvis y yo los que estamos en la industria”, señaló el piloto. “Esta es una industria de muchos americanos y siendo uno de los latinos, significa mucho”.
“Yo vine de pobre… no tenía una [cuatrimoto] ATV, no tenía oportunidades de manejar y solo siendo un super aficionado, yendo a los shows, viendo los videos en YouTube y aprendiendo cómo manejan, cómo dan los saltos, pues pienso que todo eso me ayudó al momento de montarme en la camioneta y me llegó naturalmente”.
— ARMANDO CASTRO, PILOTO DE EL TORO LOCO
Uno de los primeros latinos en formar parte de la serie de Monster Jam fue Lupe Soza, quien irrumpió en el mercado de gran manera al tener múltiples apariciones en las finales y ganar un torneo con El Toro Loco.
“Él es el primero que salió con la camioneta y abrió el camino de la industria para nosotros, eso también permitió traer asiáticos, afroamericanos y darle un poco de diversidad a Monster Jam”, explicó Castro.
Castro jamás imaginó las posibilidades que se le enfrentarían eventualmente como parte de una competencia como lo es Monster Jam, pues continuamente visita diferentes países del mundo como lo ha hecho en Chile, Argentina, Brasil, México, entre otros y señala que es algo que aún lo emociona.
Su visita a México fue el que le dejó uno de los recuerdos más gratos de su carrera y no por lo sucedido sobre la pista sino fuera de ella. Él le había avisado a su familia con anticipación que estaría en la Ciudad de México en una de las competencias, pero sus padres no pudieron acompañarlo, algo que ya anticipaba.
Sin embargo, una sorpresa lo esperaba.
“Recibí un mensaje de texto y me dijo ‘Estoy afuera’, entonces le pregunté ‘¿Estas afuera? ¿Dónde?’, me respondió ‘estoy aquí, en México City, estoy en donde están las camionetas estacionadas’ y pues fui a buscarlo y ver a mi hermano mayor, Mario, comencé a llorar porque es algo que me emocionó”, contó Castro. “Ellos con todo el apoyo que me dan, es difícil para un piloto de Monster Jam porque estamos de gira y no vamos a la casa, entonces fue muy emocionante”.
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