En vísperas del partido contra Estados Unidos, la selección de Jamaica busca la vía rápida del éxito

Como la mayoría de los niños que crecen en Jamaica, el primer deporte de Alvas Powell fue el atletismo.

“Yo era un velocista”, dijo el defensa del Union de Filadelfia. “Pero no pude ganar ninguna carrera”.

No hay que avergonzarse de ello. Con los velocistas de Jamaica que ganaron ocho medallas en Tokio, la pequeña isla de 2,9 millones de habitantes ha conseguido 86 medallas olímpicas en atletismo, más per cápita que cualquier otro país del mundo.

Si los cubanos han nacido para jugar al béisbol y los italianos para cantar ópera, los jamaiquinos han nacido para correr rápido. Y si no son lo suficientemente rápidos, siempre está el fútbol.

“Cuando era más joven, empecé con el atletismo. Corría 100 metros”, cuenta el defensa del Galaxy Oniel Fisher. “Pero no me gustaba el concepto de levantarme a correr cada mañana. Fue entonces cuando quise ver qué más había para mí y empecé a jugar [al fútbol]”.

“Somos atletas natos, así que es fácil adaptarse”.

Eso ha demostrado ser una gran ventaja para la selección nacional de fútbol de Jamaica, que se enfrenta a la invicta Estados Unidos el jueves en Austin, Texas, en un partido de clasificación para la Copa Mundial de la CONCACAF. Jamaica ha jugado en el campeonato mundial de fútbol sólo una vez, en 1998, y sólo ha ganado dos partidos en la ronda final de clasificación este siglo, lo que la deja muy por detrás del programa de atletismo del país.

Jamaica’s Kemar Lawrence, left, and U.S. defender Shaq Moore battle for the ball on July 25 in Arlington, Texas.

(Brandon Wade / Associated Press)

Pero el estatus de Jamaica como potencia del sprint ha pagado dividendos para el equipo nacional de futbol, proporcionando inspiración y atrayendo a entrenadores y patrocinadores con mucho dinero a la isla. También ha dado lugar a algunos celos poco disimulados.

“Lo más importante para nosotros es situar a nuestro país en un lugar mejor desde el punto de vista futbolístico. Ponernos en el mapa del fútbol, no del atletismo. Queremos llegar allí, donde la gente sepa que Jamaica es un país de fútbol”, dijo Fisher.

El centrocampista Kemar Lawrence, que juega en la MLS con el Toronto FC, se mostró de acuerdo.

“Nos encantan nuestros velocistas. Nos alegramos de que se nos pueda poner una etiqueta y decir ‘estos chicos son rápidos’”, dijo Lawrence, cuyas 64 apariciones con la selección nacional son la segunda más numerosa entre los jugadores en activo. “Pero si no nos ocupamos de los asuntos en el terreno de juego, nunca conseguiremos ese respeto.

“Nuestros velocistas salieron a la cancha y cumplieron con el trabajo. Ganaron sus medallas de oro. Nosotros tenemos que hacer lo mismo. Tenemos que salir a la cancha, jugar muy bien y mostrarle a la gente en qué somos buenos”.

Volver al Mundial es necesario para conseguirlo, sobre todo después de que la selección femenina debutara en la Copa del Mundo hace dos años en Francia. Y aunque la campaña de clasificación no ha tenido un gran comienzo – los Reggae Boyz (0-2-1) no han ganado ningún partido –, el hecho de que estén jugando en el torneo es digno de celebración, porque Jamaica no ha ganado un partido en la ronda final de la clasificación para el Mundial desde 2002.

“Todo lo grande tiene que empezar por algún sitio”, dijo Lawrence. “Los chicos del 98 nos dieron un modelo y nos mostraron la forma de llegar a él. Es una pena que hayamos tardado tanto en volver a luchar. Pero siento que esto es sólo el comienzo”.

Parte de la razón de esa confianza, dijo Lawrence, proviene del hecho de que 16 de los 20 hombres de la lista de Jamaica juegan en clubes extranjeros. En 1998, 14 de los jugadores del equipo de la Copa Mundial jugaron en la Liga Nacional de Jamaica.

“El calibre de los jugadores que tenemos ahora, están jugando [en] mejores equipos en Inglaterra o en Alemania o en la MLS”, dijo Lawrence, uno de los seis jugadores de la MLS en la lista de Jamaica. “Cuando juegas [en] un equipo con más nombre, juegas rodeado de más jugadores de calidad, así que aprendes más y eso se transfiere cuando vienen a jugar”.

Sin embargo, eso es un arma de doble filo, porque a medida que crece el perfil del país en el fútbol internacional, Jamaica ya no se toma a la ligera.

“Es un equipo difícil”, dijo el entrenador de Estados Unidos, Gregg Berhalter, que desconfía de la velocidad de Jamaica en el contraataque. “Es un equipo difícil de doblegar.

“Espero que haya urgencia con Jamaica. Sabemos que es un buen equipo, sabemos que es un equipo con una gran condición física. Y sabemos que muchos de ellos la tienen”.

Los estadounidenses (1-0-2) estarán sin dos de sus mayores amenazas ofensivas como Christian Pulisic del Chelsea y Gio Reyna del Borussia Dortmund. Ambos son bajas por lesión. Jamaica, por su parte, no podrá contar con el delantero del West Ham Michail Antonio, que alegó problemas de viaje en su decisión de no participar en los tres partidos de clasificación de octubre.

Eso se sumará a los retos de un equipo de grandes velocistas que ha salido a trompicones y al que se le acaba rápidamente el tiempo para ponerse al día.

“El futuro está aquí, ahora. Así que tenemos que hacerlo todo bien, ahora mismo”, dijo Powell, uno de los 12 jugadores de la lista de Jamaica que tendrá más de 30 años cuando comience la última ronda de clasificación para el próximo Mundial. “Y ahora mismo, no estamos en un buen momento.

“Sólo tenemos que seguir creyendo. Clasificarnos para el Mundial, sabemos lo que significa para el país, lo que significa para nosotros. Así que es ahora o nunca para nosotros”.

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