En primera persona: Andrew Whitworth dice que las ausencias por COVID han fortalecido el ánimo de los Rams
El tackle izquierdo Pro Bowl de los Rams, Andrew Whitworth, compartió cómo fue ver a sus compañeros de equipo jugar contra los Vikings mientras él estaba en casa en la lista de COVID.
Cuando tienes 40 años, hay muchas semanas en las que no te sientes bien al entrar a un partido de la NFL. Pero el domingo fue raro. En 16 temporadas, este fue el primer partido que me perdí por algo que no fuera una lesión.
Pero allí estaba yo, en mi sala, mientras el resto de mis compañeros de los Rams estaban en Minnesota preparándose para jugar contra los Vikings.
Di positivo a la prueba de COVID, a pesar de estar vacunado y haber recibido el refuerzo, por lo que tuve que quedarme fuera de este crítico viaje. Eso me puso en la extraña situación de ver a mi equipo desde lejos, y tuve cierta ansiedad antes del inicio del partido. Me levanté temprano, me metí en el sauna de mi casa y traté de calmarme. Compartí mensajes de texto con algunos de mis compañeros de equipo -me comuniqué con Matthew Stafford, Cooper Kupp, Rob Havenstein y otros – y luego me senté durante una hora a esperar que comenzara el partido.
No hay programas antes del partido para mí. No me gustan. Si viera alguno de esos programas serían los de FOX, porque conozco a la mayoría de esos tipos y sé que hacen un gran trabajo. No se trata realmente de ellos, sino que esos programas crean charlas y controversia. No creo que sea bueno para los jugadores escuchar eso. No siempre quieres oír esos comentarios o que esas cosas dicten tus pensamientos sobre el juego.
Al igual que un día de juego normal, no he comido nada. Tomaré un café por la mañana, pero no comeré. Como mucho, tomaré un pan tostado con un poco de crema de cacahuete, pero por lo demás, espero hasta después del partido para hacer mi primera comida del día. Entonces tengo hambre.
El domingo me sentí como un entrenador. No podía sentarme. Mi mujer, Melissa, estaba en el sofá mirando las redes sociales, pero le pedí que no me lo contara. Siempre me dice que no escribe nada en Twitter, pero luego acabo viendo a gente y me comentan: “Tu mujer es divertidísima”. Así que sé que está tuiteando.
Mis hijos jugaban afuera. Venían de vez en cuando, pero sabían que no podía hablar con ellos durante el partido. Me sentía como si tuviera los auriculares puestos, pensando en todas las situaciones defensivas, ofensivas y los puntos críticos. Buscaba las pequeñas cosas, los indicios que me mostraran qué tipo de día sería para nosotros.
Por ejemplo, después de que anotamos en nuestra primera posesión, estuve muy atento a cómo haría el equipo la cobertura de saque. Los inmovilizamos en su línea de ocho yardas. Esos jóvenes miembros del equipo especial – Jake Funk, Travin Howard y otros – quieren ver cómo avanzan, y creo que lo hemos visto. La gente puede pasarlo por alto, pero esos muchachos hacen jugadas que realmente envían un mensaje sobre el tipo de equipo que estamos construyendo.
Hemos aprendido mucho sobre nuestro equipo estas dos últimas semanas, especialmente cuando algunos titulares claves no han estado disponibles debido al COVID. A veces se olvida en el futbol americano, cuando uno se preocupa por tener un equipo perfecto, o por tener a todos los tipos “correctos”, que en realidad se trata de superar la adversidad. La verdadera idea de un equipo es cuando los compañeros intervienen, asumen sus funciones y las ejecutan.
En realidad, se trata de que, independientemente de lo que nos ocurra, podamos encontrar la manera de ganar. Esa es la actitud de los equipos de futbol americano realmente buenos. No se trata de que puedan poner el equipo más talentoso. Se trata de encontrar una manera de ganar. Ese es el mejor rasgo que puedes tener.
Las lesiones y los problemas con COVID-19 no pudieron evitar que la línea ofensiva desempeñara un papel de gran tamaño para los Rams en su victoria 30-23 sobre los Vikings.
Stafford es así. Estadísticamente, los aficionados dirían que no tuvo su mejor actuación el domingo, pero lo que yo vi fue a un mariscal de campo que salió adelante en la recta final cuando su equipo lo necesitaba. Me siento muy afortunado de estar en el ocaso de mi carrera con él como quarterback. Es un líder de élite y una persona muy especial fuera del campo.
Sé lo que es dar un paso al final de tu carrera. Yo hice lo mismo cuando llegué a los Rams desde Cincinnati. Ese primer año es un torbellino. Para ser un jugador veterano y cambiar de equipo después de haber estado en un lugar por mucho tiempo, pasas por todas las emociones de las expectativas, la presión y la tristeza de que estás dejando a todos tus compañeros de equipo y la gente con la que has construido una relación.
Los Ángeles significó un gran proceso de adaptación para mí. Pienso en la primera vez que salí del túnel del Coliseum, jugando contra Indianápolis en casa en 2017, entrando en ese estadio y pensando: “No hay nadie aquí”.
Recuerda que yo jugaba en West Monroe (La.) en uno de los mejores equipos escolares del país en aquella época. Teníamos 10.000 personas en un pequeño estadio cada viernes por la noche.
Fui a LSU, donde ganamos un campeonato nacional bajo la dirección de Nick Saban, ganamos varios campeonatos de la SEC y realmente construimos lo que todavía son hoy. Recuerdo ir a nuestro primer campeonato nacional y era como si fuéramos estrellas de rock. Literalmente no podíamos entrar en nuestro hotel porque había mucha gente fuera intentando tocarnos, animarnos, todo eso.
Y luego, cuando llegué a Cincinnati, independientemente de nuestro éxito, tienes una base de fans impresionante en la que cada semana se agotan las entradas. Tienes ese sentimiento de ciudad natal, y luego, cuando empezamos a ganar, fue una locura.
Estamos empezando a ver eso en Los Ángeles, comenzando a tener la sensación de que realmente construimos algo. He visto a gente que cuando llegué aquí no tenía ningún interés en los Rams. Ahora, en la ciudad, siempre hay alguien que tiene algo que decir sobre nosotros. Las personas se divierten viéndonos.
Eso no me hizo más fácil ser un espectador el domingo. Estuve mirando el reloj, viendo las jugadas y las distancias, hablando de las situaciones del juego. Por supuesto, estaba observando la línea ofensiva, y pensé que Dave Edwards y Alaric Jackson hicieron un muy buen trabajo al sustituirme. Dave comenzó como tackle izquierdo, pero se trasladó a la guardia izquierda cuando Brian Allen se lesionó, y Alaric jugó como tackle izquierdo.
Sabía que Dave haría un buen trabajo. Ha jugado mucho futbol americano. Alaric es un tipo en el que Rob Havenstein y yo nos hemos volcado todo el año y realmente pensamos mucho en él. Creemos que puede ser un muy buen jugador de futbol americano, así que fue increíble para mí verle salir y cumplir. Estoy muy contento por él, y me puse en contacto con él después del partido para decírselo.
Los muchachos me enviaron un mensaje por Facetime después del partido, y eso me hizo sentir bien. No me gusta ser un espectador, pero ganar me ayudó mucho. Espero poder salir del protocolo COVID para el partido del domingo en Baltimore.
Hace poco, alguien me preguntó sobre el logro de ser el primer tackle izquierdo en ser titular a los 40 años, y creo que mi respuesta le sorprendió un poco. No me hace pensar en los buenos momentos de mi carrera, sino en los malos.
Me hace pensar en todas las veces que he tenido que superar una lesión, en las ocasiones que pensé que mi carrera probablemente había terminado, en todas las veces que tuve que luchar contra un revés. Eso me ha convertido en lo que soy.
Para mí, eso es lo que estas dos semanas han hecho por nosotros como equipo. Nos están convirtiendo en un grupo que cree que si salimos y ejecutamos nuestro estilo de futbol americano y jugamos de una manera determinada, ganaremos.
To read this story in English, click here
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.
