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Los Juegos Olímpicos brindan a los atletas algo más que una medalla en sus 15 minutos de fama

El estadounidense Noah Lyle
El estadounidense Noah Lyles festeja tras ganar la final de los 100 metros masculinos en los Juegos Olímpicos de París, el domingo 4 de agosto de 2024, en Saint-Denis, Francia. (AP Foto/Matthias Schrader)
(Matthias Schrader / Associated Press)
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Noah Lyles no perdió el tiempo.

Después de ganar los 100 metros en los Juegos Olímpicos de París, el velocista estadounidense reveló de inmediato qué era lo que deseaba por ser el “hombre más rápido del mundo”.

“Quiero mi propio calzado”, dijo. “Quiero mi propio calzado deportivo. Lo digo en serio. Quiero una zapatilla deportiva. Siento que es una locura que no me la hayan dado, pese a la cantidad de medallas y la notoriedad que he ganado”.

Los atletas vienen a los Juegos Olímpicos en busca de medallas de oro, pero, para algunos, hay premios más lucrativos en juego.

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La competencia, con duración de dos semanas, ofrece un escenario global para que los deportistas se den a conocer y en sus 15 minutos de fama puedan obtener jugosas ganancias.

Por ejemplo, antes de París 2024, pocos fuera del mundo de la gimnasia habían oído hablar de Stephen Nedoroscik. Sin embargo, después de ayudar al equipo masculino de Estados Unidos a ganar su primera medalla en la prueba por equipos en 16 años, el apodado “chico del caballo con arzones”, quien utiliza anteojos, podría tener tocando a su puerta a Warby Parker, una empresa dedicada a la fabricación de gafas.

En un caso muy curioso, la corredora estadounidense Kendall Ellis, quien quedó atrapada en un baño momentos antes de competir, consiguió el patrocinio del fabricante de papel higiénico Charmin.

“Fue simplemente perfecto”, comentó Ellis.

El saltador con pértiga francés Anthony Ammirati, recibió ofertas de la compañía CamSoda, especializada en películas para adultos, después de ser eliminado de los Juegos Olímpicos de París. ¿La razón? No pudo superar la barra debido a que la golpeó con la entrepierna, lo que lo llevó a quedar en el duodécimo puesto.

La jugadora de rugby estadounidense Ilona Maher ha elevado su popularidad en los Juegos de París debido al uso inteligente de sus redes sociales, el cual atrajo la atención desde Tokio, pero que ahora se encuentra en un nivel de estrella con casi 5.5 millones de seguidores en sus cuentas de redes sociales y casi 121 millones de me gusta en todos sus TikToks, con lo que ha cultivado una marca.

“Mucha gente la ve explotar en este momento y volverse viral, pero hemos estado trabajando de manera muy estratégica para poder posicionarla para llegar a este punto”, dijo la agente de Maher, Rheann Engelke.

Un estudio reveló que Maher vio un aumento del 257% de seguidores de Instagram del 30 de junio al 30 de julio, mientras lideraba a Estados Unidos a su primera medalla, un bronce, en rugby sevens.

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