DENVER — Mientras cojeaba por el campo del Dodger Stadium para hablar con los periodistas el jueves por la noche, el primera base de los Dodgers Freddie Freeman llevaba tres cosas notables.
Una bota para caminar. Una camiseta del campeonato del Oeste de la Liga Nacional. Y, lo más importante a raíz de su lesión en el tobillo en la división de esa noche de victoria, una sonrisa de alivio y agradecimiento.
“Es como una toronja”, dijo Freeman sobre la hinchazón de su esguince, pero no fractura, en el tobillo derecho. “Pero son bastante optimistas de que debería poder estar listo para el sábado en los playoffs. Eso es lo que estoy apostando”.
Un día después, los Dodgers también parecían confiados en esa posibilidad.
Cuando el equipo salió de su club empapado de champán el jueves y se dirigió al aeropuerto para un vuelo nocturno a Denver, donde abrieron su serie contra los Rockies de Colorado con una victoria 11-4 el viernes, Freeman se quedó en el sur de California.
A pesar de que las radiografías de su tobillo después del partido dieron negativo, él y el equipo decidieron que no sería prudente someterlo a dos vuelos para una serie en la que probablemente no habría jugado de todos modos.
En su lugar, Freeman permanecerá en el Sur de California este fin de semana, recibiendo tratamiento en su lesión con la esperanza de estar listo para el inicio de la Serie de División de la Liga Nacional el próximo sábado en el Dodger Stadium.
“Obviamente está muy, muy hinchado, pero dijeron que una vez que saquen el líquido, debería poder ir para el sábado”, dijo Freeman, quien usó muletas durante la celebración en la casa club de los Dodgers, pero caminaba sólo con la bota más tarde en la noche.
“Afortunadamente, tenemos algo de tiempo libre ahora para sanar esta cosa”, agregó. “Soy optimista”.
El manager Dave Roberts llevó ese optimismo un paso más allá el viernes, diciendo que no puede “ver ningún mundo” donde Freeman no esté en la alineación para el inicio de la postemporada.
“Es un guerrero”, dijo Roberts. “Y va a hacer todo lo que pueda para postear”.
El esguince de tobillo de Freeman ha sido la última dificultad en lo que ha sido una temporada ardua para el bateador de 35 años.
En el campo, Freeman ha tenido su temporada menos productiva en casi una década. Si bien su promedio de bateo de .282 y su porcentaje de bases por bolas más slugging de .854 OPS siguen estando muy por encima del promedio de la liga, han representado sus peores marcas desde 2015. Sus 89 carreras impulsadas marcarán su segundo total más bajo en una temporada completa desde 2017. Y en las últimas semanas, mientras ha seguido luchando contra un dedo medio derecho roto que sufrió en agosto, el bateador zurdo había estado visiblemente frustrado con su swing, bateando solo .241 con cinco hits extra base en sus últimos 15 juegos.
Sin embargo, nada de eso se ha comparado con la adversidad a la que Freeman se ha enfrentado fuera del campo.
A finales de julio, su hijo de 3 años, Max, quedó temporalmente paralizado por un espantoso caso de síndrome de Guillain-Barré, lo que obligó a Freeman a apartarse del equipo durante ocho partidos. Tras pasar los dos últimos meses en fisioterapia, Max no empezó a caminar por sí mismo hasta la semana pasada, un hito gratificante para la familia Freeman, pero también un reflejo del difícil camino que han afrontado durante la segunda mitad de la temporada de los Dodgers.
“Cada día es mejor para Max y eso es todo lo que realmente puedo pedir”, dijo Freeman. “Pero sí, los dos últimos meses han sido difíciles”.
Por eso, aunque se perderá los últimos partidos de la temporada regular y tendrá que pasar el periodo previo a los playoffs rehabilitando su tobillo, Freeman se mostró optimista el jueves por la noche.
“Ahora todo se ve con perspectiva”, dijo. “Sí, un par de meses duros. Pero cuando miras hacia arriba y ves que [somos] campeones de la NL Oeste y Max está caminando ahora, las cosas están bien”.
Lo mismo puede decirse de su esguince de tobillo.
Si bien ya han asegurado el Oeste de la Liga Nacional y un bye de primera ronda en los playoffs, los Dodgers técnicamente tienen algo que jugar esta semana, comenzando su serie con un juego de ventaja sobre los Filis de Filadelfia por el mejor récord en las mayores - y la ventaja de jugar en casa durante la postemporada.
Sin embargo, Roberts dijo que el club no está demasiado preocupado por si son la primera o segunda cabeza de serie de la Liga Nacional, y que el mayor enfoque de esta semana es mantener a los jugadores sanos y frescos a medida que cruzan la línea de meta de la temporada regular.
“Creo que es más de, sólo la idea de dejar que las cosas jueguen de la manera que van a, y tratando de no influir en las victorias y derrotas demasiado, en cuanto a la esperanza de una semilla en particular”, dijo Roberts antes de un concurso de la noche del viernes en el que descansó regulares Will Smith y Max Muncy, y optó por un juego de bullpen en el montículo.
“Creo que para nosotros, lo más importante es cuidar de nuestros relevistas, prepararlos para la serie de división, sacarlos de aquí sanos”, dijo Roberts. “Los jugadores de posición, como ves, descansé un par de chicos. Voy a hacer eso mañana también. Sin embargo, siempre estamos jugando para ganar. Así que realmente no creo que nos importe si [estamos sembrados] uno o dos”.
Un jugador que no descansará esta semana: Shohei Ohtani, quien Roberts creía que todavía podía perseguir al jugador de los Padres de San Diego Luis Arraez por el título de bateo de la Liga Nacional, la última casilla que le faltaba a Ohtani, líder de la Liga Nacional en jonrones (54) y carreras impulsadas (130), para asegurarse la triple corona.
Ese escenario parecía ciertamente improbable, con Arraez entrando en el fin de semana siete puntos por delante de Ohtani por el título de bateo.
Pero, se hizo un poco más plausible después del viernes. Ohtani bateó cuatro de cinco con su 54º jonrón de la temporada para aumentar su promedio a .309, mientras que Arraez bateó tres de cinco para aumentar el suyo a .314, reduciendo ligeramente la diferencia.
“Si los Diamondbacks pueden mantener a Arraez sin hits” en la serie de los Padres en Arizona este fin de semana, argumentó Roberts antes del juego, “podría estar dentro de lo razonable”.
Entonces, de nuevo, si Ohtani, que ahora tiene 24 de sus últimos 34 en sus últimos ocho juegos, mantiene este ritmo durante dos juegos más, incluso eso podría no ser necesario.
“Está justo ahí”, dijo Roberts después de la victoria de los Dodgers. “Acabo de comprobar y por desgracia Arraez tiene un par de hits ... Pero Shohei, hombre, puso en un espectáculo esta noche”.
Roberts confirmó el viernes que la rotación inicial de los Dodgers para la NLDS incluirá a Jack Flaherty, Yoshinobu Yamamoto, Walker Buehler y Landon Knack, aunque no necesariamente en ese orden.
Yamamoto y Knack lanzarán este fin de semana el sábado y el domingo, respectivamente, aunque Roberts señaló que Knack podría seguir un abridor (tal vez como una vista previa de cómo podría ser utilizado en la postemporada).
Roberts también dijo que Tony Gonsolin, quien hizo tres salidas de rehabilitación en ligas menores este mes después de someterse a una cirugía Tommy John el año pasado, es poco probable que esté en la lista de postemporada de los Dodgers, salvo “algo realmente imprevisto”.
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