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OPINIÓN: Los ‘dreamers’ son esenciales para Estados Unidos. Se merecen la ciudadanía

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Casi un millón de jóvenes que son elegibles para la protección de deportación bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) no tienen una ruta viable para obtener ciudadanía en el país que han llamado hogar desde la infancia. Yo he trabajado directamente con estos estudiantes que viven día a día con la incertidumbre debido a su estado legal.

Desde el establecimiento de DACA en 2012, el programa ha constantemente enfrentado desafíos en los tribunales y ha sido utilizado como un peón político.

En las escuelas de KIPP, tenemos miles de estudiantes, padres, maestros y miembros de la comunidad cuyas vidas son impactadas por esta incertidumbre. Gracias a DACA, pueden trabajar, estudiar y contribuir a sus comunidades. Pero sin la seguridad de una ruta concreta para obtener ciudadanía, viven en constante incertidumbre sin saber si un día estas protecciones temporales se quitarán.

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En una encuesta reciente, el 40 por ciento de DREAMers expresaron miedo diario a ser deportados. El Congreso tiene que tomar acciones ahora para crear una ruta ciudadanía para DREAMers, no solo porque es una cuestión de principios, sino también porque es beneficioso para nuestro país.

En total, casi el 50 por ciento de todos los Dreamers están trabajando en industrias esenciales. Según el Centro de Estudios Migratorios, más de 43,000 beneficiarios de DACA trabajan en el sector médico y la asistencia social, entre estos 10,300 en hospitales y 2,000 en centros de atención médica.

Ellos son los que están ayudando a nuestras comunidades durante esta pandemia. Otros 76,000 beneficiarios de DACA trabajan en restaurantes y en otros servicios de comida. Además, no solo contribuyen a la sociedad a través de su trabajo, pero al obtener estatus legal y la oportunidad de un trabajo, contribuyen a la economía de este país.

Los Dreamers pagan más de 94 millones de dólares en impuestos federales, estales y locales, Y eso no incluye lo que pagan al comprar un carro nuevo, o el pago de una nueva hipoteca, y sus impuestos.

Yo viví esa incertidumbre que mencioné durante varios años cuando estaba en la preparatoria. A los 9 años mi familia tomo la decisión que muchas familias han tomado de dejar todo lo que tenían en búsqueda de el “sueño americano.”

La realidad de mi estatus comenzó a impactarme cuando los consejeros en mi escuela empezaron a hablar sobre la universidad, y la ayuda financiera. Recuerdo claramente las palabras de una consejera: “no estoy segura si la universidad es una opción para ti, quizás puedes considerar un colegio comunitario”.

Aunque los colegios comunitarios son una buena opción para muchos estudiantes, la realidad de que mi estatus legal impactaba mis opciones, y en fin mi futuro, es algo que muchos estudiantes tienen que enfrentar.

Afortunadamente pude ajustar mi estatus, y calificar para ayuda federal; y eso es algo que todos los Dreamers merecen. En mi trabajo proveyendo recursos a estudiantes y distritos escolares para aplicar a la universidad he tenido la oportunidad de apoyar a estudiantes cuyas historias y experiencias son similares a las mías. Ellos merecen tener la oportunidad de obtener ciudadanía, y de tener acceso a ayuda federal para estudiar y realizar sus sueños y metas.

El gobierno de Biden recientemente tomo medidas para proteger DACA . Esto significa un poco del alivio tan esperado para los beneficiarios de DACA; aunque sabemos esto es solo un paso para obtener una solución permanente. KIPP es parte de una amplia coalición que pide una reforma migratoria, ahora mismo.

Los votantes quieren ver que los Dreamers sean protegidos. Una encuesta de Politico muestra que lamayoría de los votantes registrados, más del 75 por ciento, opinan que deben permitir que los Dreamers permanezcan en los Estados Unidos. La única manera de hacer esto realidad es promulgar una legislación bipartidista que les dé a los Dreamers una verdadera seguridad. El Congreso debe aprobar la Ley del sueño y la promesa americana, que ya fue aprobada por la Cámara de Representantes.

La Ley del sueño y la promesa americana permite a los Dreamers que han mantenido el estatus de residentes permanentes legales durante cinco años solicitar la ciudadanía americana. Esta dará la estabilidad que tanto necesitan los jóvenes y sus familias en todo el país, incluyendo los que ya son residentes permanentes o ciudadanos. Además, fortalecerá el futuro de nuestro país garantizando que la próxima generación de líderes y trabajadores esenciales puedan seguir en este país de forma permanente.

Los Dreamers, como los estudiantes con los que he trabajado y miles más, demuestran cada día que son parte de este país. Ellos merecen un futuro mejor, y más estable. Ellos necesitan una reforma migratoria, y la necesitan ahora.

*Chris Reynoso es gerente de Impacto Externo, KIPP Escuelas Publicas

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