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Crisis en Puerto Rico, migración a Florida

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El Sentinel

Puerto Rico se está vaciando. La Isla del Encanto ha ido perdiendo su hechizo frente a una aguda crisis económica y social que amenaza con dejar en bancarrota y virtualmente desierto a un territorio que durante décadas se debate en un paradójico limbo de estatus político.

Y mientras la situación se agrava —recientemente el gobernador de Puerto Rico Alejandro García Padilla anunció que la deuda pública de $72,000 millones de la isla es impagable considerando el actual nivel de crecimiento económico— el éxodo de boricuas a Florida y otras partes de Estados Unidos se acentúa cada vez más y alcanza proporciones nunca antes vistas.

“Me fui [de Puerto Rico] por la situación económica. Amo a mi isla pero lamentablemente para los profesionales que salen de la universidad no hay muchas oportunidades”, reconoció Emmanuel Carrasquillo, de 27 años y residente desde hace un año y tres meses en Pembroke Pines.

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“En mi caso, tenía un buen empleo, pero para mi esposa hay mejores oportunidades de crecimiento profesional acá. Me fui también por la seguridad”.

Carrasquillo representa al joven profesional que abandona la isla buscando una mejor calidad de vida y oportunidades. Con un título en administración comercial de la Universidad de Puerto Rico trabaja actualmente como ejecutivo de cuentas para una compañía de telecomunicaciones en Miami. Su esposa, Lorena Valdes, es maestra de música en Cooper City. La pareja no tiene hijos.

La clásica fuga de talentos frente a un trance sin precedentes, irónicamente recrudecido por la complejidad de la relación de la isla con Estados Unidos.

Procedentes de un territorio no incorporado de EEUU — conocido como el estado libre y asociado —, los boricuas gozan de ciudadanía y pasaporte estadounidense, además de otros beneficios y derechos como cupones de alimento, Medicare y Seguro Social federal.

Sus soldados combaten bajo la bandera norteamericana y la moneda de la isla es el dólar, pero no tienen derecho a elegir presidente y su único representante en el Congreso carece de voto. Los residentes de la isla tampoco pagan impuestos al gobierno federal.

Con la facilidad de entrar y salir libremente de EEUU, los puertorriqueños son el segundo grupo hispano más grande de Florida.

Según estimados del Censo de 2013, Florida cuenta 987,663 puertorriqueños, de los que más de 250,000 residen en el sur del estado. En comparación, hay 1.3 millones de cubanos en Florida.

Semejante movimiento demográfico ha dejado profundas huellas en Puerto Rico, cuya población ha ido disminuyendo progresivamente en los últimos años.

De acuerdo al centro nacional de investigaciones Pew Hispanic Center, entre 2011 y 2013 la isla perdió 50,000 habitantes por año. Un 42 por ciento de los que emigraron citaron cuestiones laborales como detonante para abandonar su tierra natal, donde la tasa de desempleo ascendía al 12.4 por ciento, más de la mitad de los índices a nivel nacional.

Actual crisis

Puerto Rico presente un modelo económico que para muchos no está funcionando y que ha experimentado una caída progresiva desde 1970.

Se trata de un concepto basado en las inversiones de grandes empresas que se sienten incentivadas por beneficios fiscales y la generosidad del gobierno.

Con un gobierno quebrado como mayor empleador, el sistema no camina. Y las empresas privadas no invierten lo suficiente para impulsar la infraestructura, el crecimiento y el desarrollo de puestos de trabajo, según algunos expertos.

“Esto se veía venir. Las señales se veían desde hace una década”, explica Jorge Duany, actual director del Instituto de Estudios Cubanos de Florida International University (FIU) y ex catedrático de la Universidad de Puerto Rico que ha estudiado la migración puertorriqueña a EEUU.

“El cierre del gobierno, la rebaja del crédito. Y como no hay trabas legales para la inmigración, la gente sale y no regresa”.

Duany señala que la crisis fiscal comienza realmente a manifestarse a raíz de colapso de una estrategia de desarrollo bautizada como “Manos a la Obra” que buscaba fomentar la industria liviana y pesada después de la Segunda Guerra Mundial. “Antes de la llegada del proyecto, el 96 por ciento de los boricuas vivían en la isla. Este porcentaje bajó radicalmente, en cuanto se inició la destrucción de puestos de trabajo en el sector primario”, añadió el demógrafo en otro aparte.

“El turismo, con altas y bajas, se ha mantenido estable, pero no reemplaza la fuerza de la manufactura”, indica el experto. “En estos momentos no veo una salida que permita un crecimiento sostenido de la economía. Y si eso agregamos al tema de la seguridad social, la calidad de vida se ve seriamente afectada”.

Pero mientras se acelera la peregrinación — el centro y sur de Florida, además del noreste de EEUU, están entre los destinos preferidos de los puertorriqueños, otros analistas advierten que hay que dar el paso con cuidado.

“Sí, estamos viendo muchos puertorriqueños que vienen a Florida huyendo a la crisis económica de Puerto Rico. Pero yo le digo a la gente ‘esto no es el paraíso; no se tiren a lo loco”, dijo Frank Nieves, presidente de la Cámara de Comercio Puertorriqueña e Hispana de Broward.

“El que viene debe hacer sus planes o si no se puede ver trabajando en Sedano’s. Todavía aquí hay mucho desempleo”.

Al igual que Duany, Nieves ha observado que los nuevos residentes boricuas que llegan al sur de Florida tienden a ser profesionales o gente de clase media trabajadora.

“Ya hay casi tantos puertorriqueños en el sur de Florida como en Florida central, pero no están concentrados en un sola área. Aquí [al sur] viene más la clase profesional por las oportunidades de empleos. Las oportunidades existen, pero puede tomar tiempo lograrlas”.

Entre tanto, el gobernador de Puerto Rico indicaba que buscaría una moratoria de pagos con los tenedores de bonos.

A diferencia de Grecia, Puerto Rico no puede solicitar financiamiento de emergencia de parte de una institución porque es un territorio estadounidense. Algunos economistas dicen que eso le deja la bancarrota como la alternativa financiera más viable, algo que las leyes estadounidenses no permiten por ahora.

De allí la paradójico del sistema puertorriqueño.

“La verdad que amo a mi isla, me siento orgulloso de mi patria, de mi cultura tan rica” sostuvo Carrasquillo, quien vivía en Canóvanas, un pueblo pintoresco al este de San Juan, antes de trasladarse a Florida.

“Me da mucha pena verla caer prácticamente en la bancarrota. Tengo esperanza en el futuro se corrija tanto la economía como la seguridad. Consideraría regresar si la situación mejora. Quizás para mi retiro”.

Esta nota se complementó con información de Associated Press.

aimoreno@elsentinel.com, 954-356-4087; elsentinel.com; twitter.com/aurelio02

Sur de Florida

Población puertorriqueña por condado

Florida: 987,663

Broward: 89,018

Palm Beach: 42,437

Miami-Dade: 104,450

Fuente: Estimado del Censo 2013

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