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Acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán complica al presidente Obama

El presidente Barack Obama habla desde la Casa Blanca sobre el histórico acuerdo nuclear alcanzado con Irán, el 2 de abril de 2015. (Foto AP/Susan Walsh, archivo)
(Susan Walsh / AP)
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Mientras el gobierno de Barack Obama busca implementar, preservar y fortalecer el histórico acuerdo nuclear que negoció con Irán, también está siendo vapuleado por críticas de todas partes: Irán, Europa, Asia, Oriente Medio, por no mencionar a congresistas, incluyendo algunos que apoyaron el pacto.

Ansioso de que un acuerdo exitoso y una nueva era en la relación entre Estados Unidos e Irán sea parte del legado de Obama, su gobierno se encuentra alentando el comercio exterior con Irán a pesar de que prohíbe la mayor parte del comercio con la República Islámica. Esos esfuerzos se complican por el hecho de que Estados Unidos sigue condenando y tratando de castigar las sanciones iraníes en arenas no nucleares como el apoyo de Teherán a grupos terroristas y su beligerancia hacia Israel.

Bajo el acuerdo nuclear que entró en vigor en enero, Irán redujo su programa nuclear a cambio de millones de dólares de alivios en sanciones. Irán ha cumplido con sus obligaciones hasta la fecha.

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Pero Teherán dice que el impulso económico no es suficiente porque permanecen sanciones económicas estadounidenses por su otro comportamiento, y algunas autoridades han amenazado con despegarse de uno de los logros en política exterior de Obama -- el otro es la reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba.

Gobiernos asiáticos y europeos, así como empresas —bancos principalmente— se están resistiendo en hacer negocios que ahora son legales con Irán debido a la incertidumbre sobre las sanciones que quedan. Quieren aclaraciones por escrito de que las actuales leyes estadounidenses y regulaciones financieras les permitirán hacerlo. En esencia quieren la promesa de que Estados Unidos no los procesará o castigará por transacciones que involucren a Irán.

A esta incertidumbre se suma la elección presidencial en Estados Unidos, donde destacados aspirantes republicanos han prometido dar marcha atrás con el acuerdo.

Al mismo tiempo, Israel, quienes lo apoyan, y naciones árabes están lamentando la serie de pruebas con misiles que ha efectuado Irán, además de todo el respaldo al movimiento armado libanés Jezbolá, al gobierno del presidente sirio Bashar Asad y a los rebeldes hutis en Yemen.

Ellos dicen que Irán sigue siendo igual de peligroso que siempre. Muchos congresistas en Estados Unidos están de acuerdo y exigen nuevas sanciones.

Aunque el gobierno dice que sigue rechazando las pruebas misiles de Irán y las acciones desestabilizadoras en Oriente Medio, insiste en que el acuerdo reduce la amenaza iraní. El costo de cancelar el acuerdo, dicen funcionarios, sería incluso más desestabilizador y una mayor amenaza.

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