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La verdad al desnudo: Playmate de Playboy lo cuenta todo

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La Nueva Playmate 2013 de Playboy, Raquel Pomplun, de Chula Vista, quiere aclarar algunos conceptos erróneos.

No, ella no es boba. “Es muy fácil para los hombres, especialmente los hombres con poder, los hombres de negocios, ejecutivos de compañías que no nos conocen, que nos juzguen como cabezas huecas”. ¿Con qué frecuencia ocurre esto? “Todo el tiempo”.

Sí, quedarse una como vino al mundo ante la cámara legendaria de Playboy le puede hacer hecho sentirse extraña, pero no porque ella fuera tímida. “Yo estaba más nerviosa porque quería que mi cuerpo se viera muy bien, en vez de preocuparme por estar desnuda”. Pomplun reconoce el merito del personal por ser muy profesional que ni siquiera miraban. “Han visto a tantas mujeres desnudas, que es como ‘ah, una más”.

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La protagonista del desplegable central tiene 25 años de edad y es la primera Playmate del Año mexicano-estadounidense. Ella lo considera “un gran honor.” Y no, no hizo nada malo para conseguir su trabajo. En un bullicioso café de Chula Vista esta semana, Pomplun dice ser fiel a su marido al que adora. “El rumor más común es que te acostaste con alguien para llegar a donde estas”, dijo ella. “He demostrado que ser Playmate del Año no se compra. En realidad trabajas para lograrlo”.

Las fotografías de Pomplun aparecieron esta semana en las brillantes páginas que llevan 60 años circulando, apenas un mes después de que la residencia en Los Ángeles conocida como “Bunny House” se pusiera a la venta tras problemas financieros para el imperio erótico. La pornografía es tan difícil de evadir, dijo Pomplun, que la revista está repensando su estética.

“A esta generación ya no le interesa el desnudo, ya que pueden obtenerla en cualquier lugar. Supongo que la desnudez explícita no sorprende ya a nadie “, dijo. “Así que lo que están tratando de hacer es volver a no mostrarlo todo, sino nada más a provocar. Si ya lo tienes ahí, qué más da divertirse usando la imaginación. Ya no es así como, ‘ah, otra mujer desnuda´ “.

Pomplun luce en el cuello un colgante del conejito de Playboy. Va vestida con una delicada blusa blanca y falda entubada negra. Toma sorbos de agua fría y tose un poco: el riesgo laboral en su trabajo después de un largo día de una entrevista tras otra.

Criada en Tijuana y luego Chula Vista, Pomplun, ahora vive en Los Ángeles y nunca pensó que sería “una mujer desnuda más”. Trabajó duro en la escuela y tomó clases de ballet, e incluso con los altísimos tacones negros que lleva a la entrevista, todavía se mueve como una bailarina clásica. Pero ella quería ser científica. “Soy una fanática de las matemáticas”.

Se casó con Alejandro cuando ella tenía 22 años, y él es “un verdadero caballero”. Presentó fotografías a la página de internet de Playboy con la aprobación de su esposo y cuando Playboy le ofreció un contrato como Miss Abril del año pasado, la estudiante especialista en bioquímica dijo que la ciencia se convirtió en su “Plan B”.

Posar desnuda “me abrió la mente”. Aprendió a festejar su salud, su cuerpo, su juventud. “Me hizo más segura y menos obsesionada con las cosas pequeñas... He aprendido a apreciar mi cuerpo más. Bueno, simplemente apreciarlo y punto”.

Ya está acostumbrada a las preguntas acerca de la moral, ser vista como un objeto o el feminismo. Un periodista le dijo que se negaba a escribir sobre ella porque tenía dos hijas, con lo que dio a entender que ella sería un mal modelo, pero que estaba feliz de descubrir que era “realmente una dama”. Ella se tomó el cumplido como un reproche.

A Pomplun solo le importa lo que su familia piense de ella. Y describió a sus miembros “muy abiertos”, un ambiente donde las revistas Playboy estaban accesibles tanto para ella como para sus dos hermanos mayores. Así fue como descubrió la revista, siendo niña. La primera modelo que vio fue una pelirroja. Era el año 1998 ó 1999; ella tendría unos 11 ó 12 años. Recuerda haberle dicho a su padre: “¡Oh, estas mujeres son preciosas! Las ponen como musas. Eso es un honor. “Eso fue lo que salió de mi cabeza cuando era niña. Nunca pensé que se estuvieran aprovechando de ellas o que las trataran como pedazos de carne. Nunca pensé eso”.

Y para acabar quiere aclarar un último concepto erróneo: que ella es sólo un objeto. De una vez menciona los desnudos de Hugh Hefner, los de Miguel Ángel y los de Leonardo Da Vinci como una celebración del cuerpo femenino. “Creo que Hef hizo lo mismo, pero en fotos. Podría haber usado pintura si hubiera querido, pero él creó el arte con fotos. Sí, un poco eróticas, pero ¿a quién no le gusta eso?”.

Ve fotos:

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