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Ganaderos de Iowa preocupados por posible pérdida de trabajadores inmigrantes

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La principal agrupación de ganaderos de Iowa expresó hoy su preocupación por las consecuencias que generaría la potencial pérdida de mano de obra inmigrante en los frigoríficos y granjas del estado si se implementa, como se anticipa, un control más estricto del cumplimiento de leyes migratorias por parte del Gobierno federal.

Según Matt Deppe, director ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de Iowa, existen dos temas de preocupación para las 10.500 familias afiliadas con esa organización: comercio internacional e inmigración.

En el caso específico de inmigración, indicó Deppe en la publicación especializada Iowa Farmer Today, la preocupación surge porque “la mano de obra inmigrante opera nuestras plantas procesadoras”.

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“Cualquier clase de cambio en esa fuerza laboral tiene el potencial de tener un impacto directo en nuestros productores y en el mercado para los animales por ellos criados”, puntualizó el ganadero que lleva como director ejecutivo de la asociación desde agosto de 2011.

Según estadísticas de 2014 publicadas por la organización no lucrativa y no partidaria, The Iowa Policy Project, los 115.000 trabajadores inmigrantes de Iowa (incluyendo ciudadanos naturalizados, residentes permanentes, trabajadores temporales, refugiados e indocumentados) representan el 5 % del total de trabajadores en ese estado.

Según la misma fuente, el 56 % de los operarios de los frigoríficos y el 33 % de los empacadores de carne son inmigrantes, así como lo son también uno de cada diez granjeros.

A la vez, Iowa solamente tiene un 3,4 % de desempleo, uno de los índices más bajos del país, y el desempleo es aún menor en las principales ciudades. Eso significa que, si perdiese a los trabajadores inmigrantes ahora empleados en tareas agrícolas, no habría otros trabajadores disponibles para reemplazarlos.

De hecho, ya el año pasado la Autoridad de Desarrollo Económico de Iowa, se dio a la tarea de atraer a trabajadores de otros estados para responder a la necesidad de empleadores locales que no encontraban a suficientes empleados, especialmente en manufacturación y tecnología.

La situación actual difiere considerablemente de lo que sucedía hace poco menos de una década cuando, en mayo de 2008, autoridades federales realizaron la mayor redada de inmigración en la historia del país, arrestando a unas 900 personas en un frigorífico en Postville, Iowa, y luego deportando a 389 indocumentados.

En aquella ocasión, mientras esperaban ser deportados, los detenidos fueron alojados en las instalaciones de exposición de ganado en Waterloo, Iowa.

En el 2006, tres de cada cuatro granjeros y ganadores estaban a favor de la deportación de indocumentados.

Hoy, sin embargo, en Postiville y en otras ciudades como West Liberty, Columbus Junction o Marshalltown, donde los blancos son la minoría o están a punto de serlo, los frigoríficos contratan no solamente a latinos, sino también a inmigrantes africanos y asiáticos.

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