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Nobel defiende medidas “más drásticas” ante política Trump cambio climático

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EFE

El científico mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química (1995), asegura que la comunidad científica “está de acuerdo” en tomar medidas “mucho más eficientes y drásticas” respecto a la política ejercida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en relación con el cambio climático.

De esta forma se ha pronunciado en una entrevista concedida a EFE con motivo de la visita que ha realizado esta semana a Pamplona, donde ha impartido una clase magistral en el Centro de Investigación Médica Aplicada y ha participado en la primera gala científica de Navarra, “SciencEkaitza”, junto a otras personalidades como James Rotham, Nobel de Medicina.

Partidario de que los gobiernos elaboren medidas ambientales, criticó junto al fallecido astrofísico Stephen Hawking, en una carta respaldada por 375 científicos en 2016, la decisión de Trump de que Estados Unidos abandonara el Acuerdo de París sobre cambio climático.

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Molina cree que lo realizado hasta el momento por la comunidad científica en ese ámbito “no ha tenido ninguna importancia porque Trump ni siquiera lee esas noticias” y que la posición de éste en la lucha contra el cambio climático “es totalmente inaceptable”.

Para este ingeniero químico, Trump “con mucha ingenuidad pensaba que Estados Unidos había perdido” en el Acuerdo de París, que establece medidas para la reducción de gases de efecto invernadero y que se aplicará en 2020.

“En realidad, la pérdida económica de no tomar las medidas necesarias se empezó a ver el año pasado”, precisa en referencia a los costes económicos que supuso, por ejemplo, el huracán Harvey.

Sus estudios junto a Sherwood Rowland sobre la relación entre el agujero de ozono y compuestos de cloro y bromuro en la estratosfera, por los que fueron reconocidos con el premio Nobel de Química, provocaron la elaboración del Protocolo de Montreal de las Naciones Unidas (1987) que prohibía la fabricación de los clorofluorocarbonos (CFC).

Sostiene que gracias a ese protocolo la cantidad de cloro en el agujero de ozono ha comenzado a “remitir”, tal y como lo demuestran diversas mediciones del satélite Aura de la NASA.

Recuerda que en las circunstancias que rodearon la firma de ese protocolo tuvieron la “fortuna” de que las “cinco o seis” plantas químicas “grandes” que producían los compuestos que dañaban la capa de ozono, en general, tuvieron “una responsabilidad social”.

No obstante, lamenta que en la actualidad los combustibles fósiles se producen en “muchos países y por muchísimas empresas” y también se utilizan como fuente de energía para la mayor parte de actividades.

“Este problema es mucho más complicado”, subraya en alusión a disminuir o eliminar el uso de estos combustibles en el marco de la lucha contra el cambio climático.

Advierte de que la “recuperación” de la capa de ozono quizá se “atrase unos años” por el cambio climático o por otros compuestos clorados que no habían considerado originalmente.

El reconocido científico participó junto Rajendra Kumar Pachauri, expresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, en la inauguración de la institución mexicana Desarrollo Sustentable A.C, creada para mitigar el cambio climático en México, América Latina y el Caribe.

“México se comprometió a reducir sus emisiones y eso sigue”, concluye convencido para afirmar que las energías renovables son el futuro y ya son “competitivas” a nivel económico.

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