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Empresas advierten a Trump por amenaza de aranceles a México

(Christian Torres / AP)
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Associated Press

A pesar de la reacción negativa de México, de empresas estadounidenses y del Capitolio, el presidente Donald Trump mantuvo el viernes su amenaza de aplicar un arancel de 5% a las importaciones mexicanas a menos que el vecino del sur frene el arribo de migrantes centroamericanos a la frontera común.

Fabricantes estadounidenses dijeron que los aranceles _que entrarían en vigor el 10 de junio_ tendrían consecuencias devastadoras, tanto para ellos como para los consumidores en Estados Unidos. Los mercados bursátiles cayeron como consecuencia de los planes de Trump.

“Imponer aranceles en bienes provenientes de México es exactamente la decisión equivocada”, afirmó Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la cual está explorando acciones legales en respuesta a los gravámenes.

“Estos aranceles los pagarán las familias y empresas estadounidenses si no se hace algo para resolver los problemas reales en la frontera. En lugar de ello, el Congreso y el presidente necesitan trabajar juntos para solucionar los problemas serios en la frontera”, agregó.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió a su canciller a Washington para tratar de negociar una solución. Dijo que los problemas sociales no se resuelven con medidas coercitivas, pero también parecía convencido de que Trump sólo necesita ser informado de todos los pasos que ha dado México para frenar la inmigración ilegal.

Este año México aumentó los operativos contra caravanas que viajan cruzando los estados sureños de Chiapas y Oaxaca. Ha deportado a miles de migrantes y frustrado a miles más con esperas interminables para recibir permisos que les permitan transitar legalmente por México.

Funcionarios del gobierno estadounidense dijeron a reporteros en una breve conferencia de prensa el jueves por la tarde que México podría evitar los aranceles si refuerza su frontera con Guatemala, combate a las organizaciones de tráfico de personas y entra en un acuerdo de “tercer país seguro” que dificultaría a los extranjeros que lleguen a México pedir asilo en Estados Unidos.

“Creemos totalmente que ellos tienen la capacidad de frenar a las personas que entran por su frontera sur y, si son capaces de hacer eso, estos aranceles no entrarán en vigor o serán eliminados una vez que se apliquen”, dijo Mick Mulvaney, jefe interino de despacho de la Casa Blanca.

Trump amenazó con incrementar gradualmente los aranceles a 25% hasta que se remedie el problema de la migración.

“México ha sacado ventaja de Estados Unidos durante décadas”, tuiteó Trump el viernes. “Debido a los demócratas, nuestras leyes de inmigración son malas. México hace una fortuna con Estados Unidos, lo ha hecho por décadas, ellos pueden solucionar fácilmente este problema. ¡Es hora de que finalmente hagan lo que debe hacerse!”, agregó.

La decisión de Trump muestra que el gobierno busca nuevas maneras de presionar a México para que tome medidas en materia migratoria, aun si corre el riesgo de trastocar otras prioridades políticas, como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), piedra angular de la agenda legislativa de Trump y que se considera benéfico para su campaña de reelección.

Mantener a la economía en movimiento también es crucial para la reelección de Trump, y las empresas no estaban felices con el anuncio de los aranceles a los bienes mexicanos.

“Estos aranceles propuestos tendrían consecuencias devastadoras sobre las fábricas de Estados Unidos y sobre los consumidores estadounidenses”, dijo Jay Timmons, director general de la Asociación Nacional de la Industria Manufacturera. “Hemos llevado nuestras inquietudes a los niveles más altos del gobierno, y los exhortamos vehementemente a considerar cuidadosamente el impacto de esta medida sobre las familias trabajadoras de todo el país”.

La caída de las bolsas del viernes prácticamente garantiza que mayo será el primer mes que concluye con bajas en 2019. El anuncio de Trump afectó en particular a los fabricantes de autos de Estados Unidos. Muchos de ellos importan vehículos de México.

“El sector automotor _y los 10 millones de empleos que sustenta_ dependen de que la cadena de suministros y el comercio transfronterizo de Norteamérica siga siendo competitivo globalmente”, dijo la Alianza Automotriz, que representa a las empresas que arman el 70% de los autos y camiones ligeros que se venden en Estados Unidos. “Cualquier barrera al flujo comercial por la frontera entre Estados Unidos y México tendrá un efecto dominó: afectando a los consumidores estadounidenses, poniendo en peligro la inversión y los empleos estadounidenses, y frenando el progreso económico”.

Algunos de los copartidarios republicanos de Trump en el Congreso se opusieron al arancel. Los senadores republicanos han hecho visitas casi semanales a la Casa Blanca para tratar de instar a Trump a dejar de lado sus guerras comerciales, y este último anuncio hizo que rápidamente manifestaran su descontento, con la esperanza de lograr que el mandatario dé marcha atrás.

El senador republicano John Cornyn, de Texas, apoya el compromiso de Trump de proteger la frontera, dijo un asesor, pero se opone a los aranceles de manera generalizada, “los cuales dañarán desproporcionadamente a Texas”.

Algunos senadores clave en el tema comercial también se pronunciaron. El senador republicano Pat Toomey, quien ha cuestionado la capacidad del gobierno para usar las leyes sobre amenazas a la seguridad nacional para otras importaciones, dijo que los aranceles eran “un aumento general de impuestos” a los artículos que los estadounidenses compran en México y “el remedio incorrecto”.

La amenaza arancelaria se dio en un momento peculiar, dado que el gobierno ha estado presionando para que se apruebe el T-MEC, que habrá de remplazar al TLCAN.

El senador Chuck Grassley, usualmente un aliado de Trump y presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, criticó la medida del mandatario y dijo que era un “mal manejo de la autoridad presidencial en aranceles” que afectará a los consumidores estadounidenses y “pondrá en serio riesgo la aprobación del T-MEC”.

Por su parte, la senadora republicana de Iowa Joni Ernst dijo que el sustento de granjeros y otros productores de su estado está en riesgo, al igual que el T-MEC.

“Si el presidente continúa con esto, me temo que el progreso para que este acuerdo comercial cruce la línea de meta se habrá dilapidado”, dijo.

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