¿Asesino en serie? ¿Líder de culto? ¿Músico? El hijo de Charles Manson lucha con el legado de su padre
Hablando a los medios por primera vez en 26 años, Michael Brunner, hijo del asesino Charles Manson y su seguidora Mary Brunner, habla sobre su educación, la relación con su madre y cómo llegó a estar “en paz”.
El hombre de voz suave con la sonrisa torcida y unos brillantes ojos azules quiere cambiar la forma en que el mundo piensa sobre su padre.
Él dice que su padre ha sido mal entendido durante medio siglo. Injustamente culpado y vilipendiado. El hombre tiene 51 años, su nombre es Michael Brunner.
Su padre fue Charles Manson.
“Yo diría que el 95% del público ve a Charlie como un perro asesino en serie, y eso, simplemente no es cierto”, dice Brunner. “No necesariamente mató”.
Brunner se detiene. Está muy nervioso, él sólo había hablado públicamente sobre su línea de sangre una vez, y eso fue hace 26 años. Está fuera de práctica y profundamente en conflicto. Ha guardado su privacidad durante décadas. Pero ahora, la lealtad a un padre biológico que nunca ha conocido gana.
A reporter wanted new sources on Charles Manson. Then he found Manson’s son.
“¿Podemos empezar de nuevo?”, pregunta.
Él continúa, luego hace una pausa y susurra, “pensé que esto iba a ser tan fácil”.
Muy poco puede ser sencillo cuando eres el único hijo del líder de culto más famoso de Estados Unidos y Mary Theresa Brunner, la primera recluta en la “familia” de Manson, como se conocía a sus seguidores.
Cuando el hombre que comparte tu nariz y tu sonrisa persuadió a sus discípulos a cometer nueve asesinatos horripilantes, lo que los fiscales argumentaron fue un esfuerzo por incitar una guerra racial por órdenes que se imaginó que estaban codificadas en el “Álbum Blanco” de los Beatles, un escenario al que se referían como “Helter Skelter”.
El momento en que te decides a poner la información en orden. “Supongo que ahora estoy ahí, para la posteridad, y para que la gente sepa dónde estoy parado”, dice Brunner. “No busco ningún tipo de fama. Me refiero, a que esto no es algo que andes contando con orgullo”.
El 8 de agosto de 1969, Brunner - nacido Valentine Michael Manson, también conocido como Sunstone Hawk o Pooh Bear - tenía 14 meses de edad. Su madre estaba tras las rejas, encerrada en L.A County’s Sybil Brand Institute for Women, donde acababa de ser arrestada por usar tarjetas de crédito robadas.
Esa fue la noche en que Charles Manson envió a Charles “Tex” Watson, Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Linda Kasabian a una casa en Cielo Drive en Benedict Canyon. Cada uno tenía un cambio de ropa. Todos, excepto Krenwinkel, empuñaban un cuchillo. Watson tenía un arma.
Temprano en la mañana siguiente, la actriz Sharon Tate estaba muerta, fue apuñalada 16 veces y colgada de una viga en su sala de estar. Tenía 8 meses y medio de embarazo y había rogado salvar a su hijo por nacer. Otros cuatro, Jay Sebring, Abigail Folger, Voytek Frykowski y Steven Parent, murieron esa noche a manos de los seguidores de Manson. La noche siguiente, miembros de la “familia” mataron a Leno y Rosemary LaBianca en su hogar en Los Feliz y profanaron sus cadáveres.
En su declaración de apertura ante el jurado en el juicio de nueve meses, el fiscal jefe Vincent T. Bugliosi describió a Manson como un “líder dictatorial” cuyos seguidores eran “obedientemente serviles”, y calificó el motivo principal “casi tan extraño como los asesinatos en sí mismos”.
Ese motivo, dijo en su momento, “fue para encender a Helter Skelter, en otras palabras, comenzar la revolución blanco-negro haciendo parecer que los negros habían asesinado a las cinco víctimas, Tate y al Sr. y la Sra. La Bianca, por lo tanto causando que la comunidad blanca se volviera contra los afroamericanos y finalmente llevara a una guerra civil entre las dos razas, una guerra que Manson previó ganarían los negros”.
Cuando Manson y su equipo fueron condenados a muerte, “Pooh Bear” vivía con sus abuelos maternos en Eau Claire, Wisconsin. George y Elsie Brunner finalmente adoptaron al niño, le dieron su nombre y lo criaron como su hijo .
“Me dieron lo que necesitaba para sobrevivir y prosperar, me empujaron a través de la escuela y de los deportes, se aseguraron de que hiciera lo correcto”, dijo Brunner en una amplia entrevista a principios de julio. “He sido amado”.
Cuando su adopción fue oficial en 1976, los abuelos de Brunner hicieron una fiesta. Llegaron los vecinos, todos trajeron regalos. Era como tener un “cumpleaños extra”, dijo.
“Creo que querían deshacerse del apellido Manson debido a la escuela y darme algo de normalidad”, dijo. “Sabes, eso fue algo por lo que no fui molestado o acosado o ese tipo de cosas, no sucedió mucho”.
Pero su infancia en el pequeño pueblo de Wisconsin estuvo llena de complicaciones. Brunner llamó a sus abuelos mamá y papá. Debido a la adopción, María era legalmente su hermana; sus tías y tíos eran sus primos. Aún así, dijo, sabía que la mujer que llamaba todos los domingos desde una prisión de California donde cumplía condena por robo a mano armada era su madre.
Lo que finalmente condujo a que me hiciera preguntas, dijo, fue al cuestionarme, si esa es mi madre biológica, ¿quién es mi padre biológico? George y Elsie nunca le mintieron, dijo Brunner, pero tampoco fue bueno con los nombres, así que olvidaba quién era su papá, y preguntaba una y otra vez.
“¿Cuál es el nombre de mi padre otra vez?”, “Charles Manson”. Y luego les pediría que me contaran sobre él”, contó Brunner. “’Oh, él es un tipo loco’. No creo que hayan mentido. Me dijeron lo que necesitaba escuchar y lo que tenían que decir”.
Entonces un compañero de clase en la escuela primaria de Arlington Heights le pasó un artículo. Brunner cree que estaba en tercer grado, quizás quinto. La nota decía que su padre era un asesino. Y comenzó a darse cuenta de que Charles Manson era “algo más grande que sólo un tipo”.
Un amigo de la escuela preparatoria que era “una especie de fanático de cualquier cosa de culto o, ya sabes, fuera de lo común”, dijo, “me llenó la cabeza de ideas. Pero, de nuevo, leía la misma narrativa que todos los demás tenían en ese momento”.
Charles Manson, genio malvado, que persuadió a sus seguidores a matar.
“Él, por supuesto, creía que era genial, y yo pensaba que era algo con lo que no quería lidiar”, dijo. “Así que realmente no prestaba mucha atención... Pero no importa qué tan profundo entierres tu cabeza, seguro vas a escuchar acerca de Charles Manson”.
Aún así, insiste, tuvo una infancia “promedio”, donde “todo este asunto de Manson” no ocupó su tiempo; su vida fue 99.9% “tan normal como la de cualquier otra persona”. Estaba interesado en el patinaje, el esquí y los deportes acuáticos, andar en bicicleta y salir con amigos. Él era, dijo, “como cualquier otro niño”.
“Luego está esa pequeña parte”, dijo, “todo el mundo lo tiene, realmente. Me refiero a ese incidente en tu historia que, no voy a decir que te averguence, pero mantienes en secreto. Y eso era lo que yo mantenía oculto”.
Brunner mide 6 pies de altura, lo que obtuvo del lado de la familia de su madre, no de su famoso y diminuto padre. Su pelo rizado es de color marrón arenoso, su barba se vuelve rápidamente gris.
Se describe a sí mismo como “un tipo de hombre promedio; pasé mucho tiempo en el bosque y en el agua”. Me uní al Ejército cuando salí de la escuela preparatoria, trabajé por cuenta propia durante varios años y ahora trabajo en la manufactura.
Brunner mide 6 pies de altura, lo que obtuvo del lado de la familia de su madre, no de su famoso y diminuto padre. Su pelo rizado es de color marrón arenoso, su barba se vuelve rápidamente gris.
Se describe a sí mismo como “un tipo de hombre promedio; pasé mucho tiempo en el bosque y en el agua”. Me uní al Ejército cuando salí de la escuela preparatoria, trabajé por cuenta propia durante varios años y ahora trabajo en la manufactura.
Mientras habla, alterna entre un estilo franco y asustadizo, abierto sobre el impacto de la violencia de medio siglo, todavía preocupado por la seguridad de sus seres queridos.
No hablará sobre su hijo, que tiene más de 20 años, o la pareja con la que vive dentro de 56 acres, donde se esfuerzan por ser autosustentables, con pollos, patos, plantas de bayas y una pequeña huerta. Sólo dirá que su hogar está “en algún lugar del medio oeste rural”. Y se negó a ser entrevistado en cualquier lugar cercano.
Dijo que habló con KCBS en Los Ángeles cuando tenía 25 años porque los medios de comunicación habían estado “acosando” a sus abuelos y él no quería que fueran molestados. Era 1993, los agentes del gobierno habían llevado a cabo un asedio en el complejo Branch Davidian en Waco, Texas, y había un mayor interés en los niños de los cultos.
En ese momento, Brunner era prudente y trabajaba arduamente para poner distancia entre los asesinatos y la vida normal que intentaba llevar siendo valet de estacionamiento que soñaba con tener algún día su propio negocio. Dijo que “sentía pesar por todo lo que sucedió, sabes. Ojalá las cosas pudieran ser diferentes. Pero no lo son”.
Y se alejó de los libros, artículos y películas que surgieron de la “familia” Manson y sus hazañas. Hasta finales de 2017, cuando Charles Manson murió de un paro cardíaco y una insuficiencia respiratoria provocada por el cáncer de colon que había hecho metástasis en todo su cuerpo. Sus abuelos habían muerto mucho antes.
Fue entonces cuando Brunner comenzó a leer sobre su famoso padre, se encontró con Nikolas Schreck y se acercó al autodenominado “cantante, músico, autor, cineasta y profesor de meditación budista tántrica”.
Schreck, que reside en Berlín, da una conferencia sobre lo que él llama “la conspiración de Charles Manson”. Escribió un libro de 991 páginas titulado “El archivo de Manson: Mito y realidad de un chamán proscrito”. Pasó horas entrevistando al líder del culto y dirigió el documental de 1989 “Charles Manson Superstar”. Su trabajo ha dado forma al pensamiento de Brunner sobre Manson. Hoy, Brunner describe a Schreck como “un gran amigo”.
“Creo que el público ha sido alimentado con algunas falsedades y todo ha sido glorificado, glamurizado y exagerado”, dijo Brunner sobre los asesinatos y la relación de su padre en ellos. “Quiero decir, ¿creemos en zombies con lavado de cerebro matando personas?
“¿Ordenó Manson estos crímenes? No creo que lo haya hecho. Pienso que fue algo fabricado después del hecho. Esa cosa de ‘Helter Skelter’, cuando la analizas profundamente, no tiene mucho sentido”.
Si no es “Helter Skelter”, ¿entonces qué es? Brunner y Schreck afirman que un negocio de drogas fue frustrado. Un importante encubrimiento en nombre de las élites de Hollywood. Participación de la mafia. Los asesinatos de Tate-LaBianca como homicidios para ocultar el asesinato anterior del músico Gary Hinman por el miembro de la “familia” Bobby Beausoleil.
Schreck dijo en una entrevista desde Berlín que había ayudado a Brunner “a comprender quién era su padre como ser humano. No necesariamente una gran persona o una buena persona, pero no el monstruo que ha sido descrito por los medios de comunicación”.
Manson, dijo, era “un criminal, claramente, pero no ese malvado personaje de caricatura encarnado en el que los medios de comunicación, tribunales y ahora el público han creído como el chivo expiatorio”.
Schreck describió a Manson como “un músico talentoso, poético, sabio y con una filosofía fuerte y poderosa, que quedó atrapado en estos trágicos crímenes. Pero no fue el único instigador y responsable de los asesinatos”.
Bugliosi murió dos años antes que Manson y no puede defender su procesamiento. Pero Stephen Kay, quien ayudó a poner a la “familia” de Manson tras las rejas y mantener a sus miembros allí después de que se aboliera la pena de muerte, niega con vehemencia cualquier motivo que no sea el supuesto esfuerzo de Manson para iniciar una guerra racial.
“No son drogas”, dijo Kay en una entrevista reciente. “No es un asesinato imitador del homicidio de Hinman. Es “Helter Skelter”. Ese fue el motivo que se demostró en el tribunal y la razón por la cual los jurados condenaron a esos acusados. Ese fue el motivo real”.
Brunner nunca conoció a su padre biológico. Se resistió a los esfuerzos de Manson por establecer una relación durante la mayor parte de su vida, ignorando las cartas escritas desde la prisión. Pero mientras trabajaba como contratista militar en Afganistán poco antes de la muerte de Manson, dijo Brunner, se acercó por primera vez.
Los inviernos en Afganistán son largos y fríos, dijo, pero tenía acceso a Internet y tiempo de sobra. Hurgando online, encontró a personas que parecían respetar a Manson y afirmaban hablar con él regularmente. Mandó un par de correos electrónicos y no recibió respuesta.
Varias semanas después, dijo, una tarjeta postal de Manson apareció en su casa en Estados Unidos. Simplemente decía: “Escriba, escriba, escriba, escriba”. Brunner lo tomó como una solicitud de correspondencia.
Dijo que tuvo la intención de escribirle de nuevo.
“Los días se convirtieron en semanas”, “las semanas en meses. Y simplemente nunca lo hice. Luego fue demasiado tarde”, manifestó.
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