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Las dificultades económicas están ligadas al aumento en las tasas de suicidio de EE.UU

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Pistolas en exhibición en una tienda de armas en Lombard, Illinois. En la mayor parte de EE.UU, los condados con más tiendas de armas vieron un considerable aumento en las tasas de suicidio entre 1999 y 2016, según un nuevo estudio.
(Tim Boyle / Bloomberg)

Un análisis de las tasas de suicidio en todo Estados Unidos encontró...

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Ya sea que estén densamente poblados o profundamente rurales, pocas comunidades en Estados Unidos han escapado de un sorprendente aumento de suicidios en las últimas dos décadas. De 1999 a 2016, el suicidio cobró la vida de 453.577 adultos entre las edades de 25 y 64 años, una cantidad suficiente para llenar más de 1.000 aviones jumbo.

Los suicidios alcanzaron su máximo nivel en cincuenta años en 2017, el último año para el cual hay estadísticas confiables disponibles.

La gran mayoría de esos suicidios ocurrieron en las ciudades y suburbios del país, donde vive el 80% de los estadounidenses.

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Pero un nuevo estudio muestra que los condados más rurales del país han visto aumentar el número de suicidios durante esos 18 años.

El suicidio se ha convertido en la décima causa de muerte del país y una de las tres más importantes en su crecimiento después de haber registrado un aumento sostenido en la última década.

La nueva investigación vincula las altas tasas de suicidio en todas partes con el desmoronamiento del tejido social que ocurre cuando los equipos deportivos locales se separan, las peluquerías cierran, y las iglesias y grupos cívicos disminuyen.

Pero en los condados rurales, especialmente, encuentra un poderoso vínculo entre el suicidio y la privación económica, una medida que captura la pobreza, el desempleo, los bajos niveles de educación y la dependencia de la asistencia del gobierno.

El estudio también encuentra que en los condados donde no hay seguro médico y en aquellos donde los veteranos militares representan una mayor proporción de la población, las tasas de suicidio fueron más altas durante el período de 18 años estudiado.

Y en todos los condados, excepto en los más rurales, mientras más tiendas venden armas de fuego, mayor es la tasa de suicidios, un hallazgo que subraya el riesgo que va de la mano con el fácil acceso a las armas.

En 2017 el ritmo al que los jóvenes estadounidenses se quitaron la vida alcanzó una marca histórica, impulsada por un fuerte aumento en los suicidios de adolescentes mayores, según una nueva investigación.

En un momento en que las crecientes tasas de suicidio han contribuido a una disminución sostenida de la esperanza de vida en Estados Unidos, los resultados del estudio sugieren que los esfuerzos para rescatar a los estadounidenses de la desesperación autodestructiva deben centrarse en combatir la soledad, revitalizar las comunidades oprimidas, ampliar el acceso a la atención médica y restringiendo el acceso a las armas.

Y sugiere que el declive económico en las zonas rurales de la nación ha generado una desesperanza que no debe pasarse por alto.

“Las tasas de suicidio en los condados rurales son especialmente susceptibles a la privación”, escribió un equipo dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en la edición del viernes de la revista JAMA Network Open. “Los condados rurales presentan desafíos especiales y merecen esfuerzos específicos de prevención del suicidio”.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron que la tasa de suicidios ajustada por edad aumentó de 10.5 muertes por 100.000 personas en 1999 a 14.0 por 100.000 en 2017, un aumento del 33%.

Para evitar los tiroteos y el “suicidio por un oficial”, algunas agencias policiales de California ya no atienden llamadas sobre personas solas que actúan como suicidas.

El suicidio es ahora la décima causa principal de muerte para personas de todas las edades en Estados Unidos. Si bien los condados rurales han liderado durante mucho tiempo a los urbanos en las tasas de suicidio, la brecha se hizo aún mayor durante esos años.

En todo el país, el nuevo estudio encontró que los condados cuyas tasas de suicidio superaban el promedio nacional en la mayor cantidad tendían a estar en los estados occidentales (particularmente Colorado, Nuevo México, Utah y Wyoming), en los Apalaches (incluidos Kentucky, Virginia y Virginia Occidental) y en los Ozarks (Arkansas y Missouri).

Una serie de instantáneas de las tasas de suicidio que transcurrieron en el tiempo desde el comienzo de este siglo revela una geografía en expansión de depresión que está dividida por unas pocas islas, prácticamente todas urbanas, donde las tasas de suicidio han aumentado sólo moderadamente.

Incluso en los condados rurales dominados por minorías, tales instituciones compartidas han existido durante mucho tiempo, ayudando a los negros y latinos a superar la pobreza de larga data, dijo.

En los condados rurales afectados por el declive económico más reciente, las comunidades de congregaciones religiosas, las reuniones e incluso los juegos de fútbol de la escuela secundaria han disminuido. Y a medida que los residentes huyeron, los que se quedaron se han aislado cada vez más el uno del otro, dijo Graham, quien estudia la geografía de la felicidad y la desesperación, así como los factores sociales, económicos y políticos que contribuyen a la salud de la población.

“Estos son los lugares que solían ser prósperas zonas rurales, lo suficientemente cerca de las ciudades y centros de fabricación”, dijo. “Son sitios que concuerdan con una imagen estereotípica de existencia estable trabajador de cuello azul, y una existencia bastante agradable, para los blancos”.

Con el colapso de las industrias extractivas, como la minería del carbón, la partida de los trabajos de fabricación y una economía agrícola limitada, “estas comunidades simplemente se volcaron”, observó Graham.

Steelesmith dijo que uno de los hallazgos del estudio, fue que el “capital social” en forma de clubes, iglesias, escuelas y actividades grupales fue asociado con menores tasas de suicidio, lo cual ofrece esperanza a las poblaciones rurales que se recuperan de la privación económica.

Mantener amistades y establecer conexiones con otros “es algo que los residentes pueden hacer por ellos mismos”, dijo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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