Profesor chino acusado de robar secretos técnicos enfrenta raro juicio de espionaje
Los fiscales estadounidenses dicen que Hao Zhang es un profesor espía que conspiró con un colega de USC para robar y vender secretos estadounidenses al gobierno y al ejército chino a través de una compañía fantasma en las Islas Caimán.
Los abogados de Zhang tratarán de demostrar en un juicio programado para el miércoles en San José que su trabajo en una de las universidades técnicas más prestigiosas de China para desarrollar tecnología de filtrado de radio utilizado en teléfonos móviles siempre ha tenido que ver con el avance del conocimiento científico, y no en beneficio del estado chino.
La Universidad Estatal de San Francisco ha cerrado su Instituto Confucio, un programa de lengua y cultura financiado por China, bajo la presión de funcionarios federales que sospechan de motivos ocultos para infiltrarse en las universidades estadounidenses.
El juicio se produce en medio de una agresiva represión de Estados Unidos contra el robo chino de propiedad intelectual que comenzó bajo el presidente Obama, incluso antes de que Zhang fuera arrestado en 2015 cuando voló a Los Ángeles para asistir a una conferencia, y se intensificó durante la guerra comercial de la Administración Trump con China.
Zhang podría enfrentar una larga pena de prisión en Estados Unidos si se le encuentra culpable de robo de secretos comerciales y un cargo aún más grave, el espionaje económico. Tales casos rara vez van a juicio, pero el de Zhang es aún más inusual porque ha elegido defenderse ante un juez en un tribunal federal en lugar de frente a un jurado.
La guerra arancelaria entre EE.UU. y China seguramente producirá consecuencias económicas muy reales y repercusiones políticas en ambas naciones.
El procedimiento durará sólo uno o dos días, simplificado por el acuerdo del profesor de no luchar contra la evidencia que pesa en su contra y que un fiscal federal ha calificado de “abrumadora”.
Zhang está montando lo que un experto legal llama una defensa de “control de daños” en la que ha admitido pruebas que incluyen correos electrónicos que Estados Unidos dice que contenían datos de secreto comercial y admisiones que hizo mientras el FBI lo interrogaba.
“Es bastante común disputar sólo elementos que sean razonablemente defendibles, para evitar que se presenten pruebas que agrandarían o serían perjudiciales sobre otros elementos que se van a perder de igual manera, pero que podrían influir en el resto del caso”, dijo Paul Chan, un abogado que defiende a empresas e individuos en casos de secreto comercial.
Los secretos de los que Zhang es acusado de robo provienen de un antiguo empleador, Skyworks Solutions Inc., con sede en Woburn, Massachusetts, y Avago Technologies Ltd., con sede en San José, que adquirió Broadcom Inc. en 2015. La tecnología en cuestión procesa los filtros no deseados en señales de teléfonos móviles y otros dispositivos, lo que se ha vuelto más difícil a medida que los productos inalámbricos se han vuelto omnipresentes.
Zhang fue a trabajar para Skyworks después de obtener su doctorado en ingeniería eléctrica en USC en 2006. Ahí conoció a Wei Pang, quien pasó a trabajar en Avago y, según los fiscales, fue el conspirador clave de Zhang. Ambos hombres regresaron a China para enseñar en la Universidad de Tianjin, una escuela técnica de primer nivel.
Allí, los profesores utilizaron información robada para refinar la tecnología de filtro de radio, solicitar patentes en EE.UU y China, y venderla a través de una compañía constituida en las Islas Caimán, alegan los fiscales.
En 2015, el fiscal Matthew Parrella le dijo a la corte que Estados Unidos ha construido un “caso abrumador” contra Zhang basado en mensajes de correo electrónico con Pang, que en algunos casos contiene información patentada de Skyworks y Avago.
El gobierno tiene pruebas de un “acto abierto de este acusado enviando correos electrónicos sobre secretos comerciales que tomó, intentos de ocultar sus negocios y de trasladar a las compañías a China, está muy claro”, dijo Parrella.
Zhang es el primero de los seis acusados en ir a juicio, y probablemente el único porque los otros están en China. El juez de distrito de Estados Unidos, Edward Dávila, aún tiene que decidir si el mentor de Zhang en USC, el profesor Eun Sok Kim, puede testificar sobre lo que los abogados de Zhang llaman una práctica en el laboratorio de la escuela de promover un “intercambio libre y abierto de ideas”.
Zhang “puede estar tratando de demostrar que, dada la promoción del laboratorio de USC del “intercambio libre y abierto de ideas”, no tenía intención real de beneficiar a un gobierno extranjero”, dijo Chan. Los fiscales deben probar el beneficio para obtener mejores sanciones y multas bajo el cargo de espionaje económico, manifestó.
Los fiscales se han opuesto al testimonio propuesto, pero aparentemente no han objetado la solicitud de Zhang de que Kim también sirva como testigo. El profesor ha testificado una vez antes, en 2015, poco después de que arrestaron a Zhang, para dar fe de la libertad bajo fianza de su antiguo alumno.
Kim dijo que Zhang era una “persona confiable y concienzuda que nunca mostró ningún signo de engaño”.
“Trabajó conmigo durante cuatro años mientras realizaba su doctorado, por lo que lo conozco bastante bien, por su integridad personal, su ética de trabajo, su disposición y objetivos de vida, es lo que puedo decir, al menos mientras fue estudiante conmigo”, dijo. “Así que tenía una muy buena opinión sobre él”.
El periódico Global Times de China ha publicado numerosas historias que describen la difícil situación de los científicos chinos, incluido Zhang, cuyas carreras, según dice, han sido destruidas por los enjuiciamientos estadounidenses.
“Estados Unidos tiene una larga historia de caza de chivos expiatorios chinos como parte de sus esfuerzos para frenar el desarrollo científico y tecnológico de China”, dijo el periódico en inglés en un artículo de diciembre.
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