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Aunque crece el rechazo a las tácticas intimidatorias de la Casa Blanca, Trump se atribuyó el mérito por la pacificación de las protestas

Las tropas de la Guardia Nacional cruzan la intersección de las calles 1st y Main, en el centro de Los Ángeles.
Las tropas de la Guardia Nacional cruzan la intersección de las calles 1st y Main, en el centro de Los Ángeles el jueves, antes de una marcha por la muerte de George Floyd.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Con la frase “todo está bajo perfecto control”, este domingo el presidente Trump reclamó el crédito por la calma lograda después de la ola de protestas violentas contra los abusos policiales, incluso mientras la Casa Blanca se enfrenta a un nuevo rechazo sobre las tácticas intimidantes utilizadas contra los manifestantes pacíficos.

Las protestas fueron pacíficas el domingo, un día después de que la policía antidisturbios y las tropas de la Guardia Nacional se mantuvieron al margen mientras las multitudes que coreaban y llevaban letreros marcharon y se congregaron en diferentes ciudades para expresarse contra la brutalidad policial y el racismo endémico.

Tal como lo ha hecho durante casi dos semanas de disturbios, Trump volvió a adoptar una postura de dureza al tuitear la frase “¡Quiero LEY Y ORDEN!”, un mensaje que su campaña de reelección acogió desde que el asesinato de George Floyd a manos de la policía, en Minneapolis, el 25 de mayo pasado, desató protestas masivas en todo el país, hechos de vandalismo y robos en algunas partes.

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La administración Trump retrata constantemente una respuesta dura como acorde con la amenaza de los disturbios y saqueos civiles.

En California, los funcionarios anunciaron el domingo que las tropas de la Guardia Nacional se retirarían de las ciudades de todo el estado donde habían sido desplegadas durante la última semana.

Trump tuiteó que había ordenado a las tropas de la Guardia Nacional que comenzaran a retirarse de Washington, aunque agregó que podrían “regresar rápidamente” si fuera necesario para apoyar a la policía.

Más tarde, el Pentágono confirmó que las tropas de la Guardia Nacional de Mississippi regresarían a casa el domingo por la noche, en caso de que la tormenta tropical Cristóbal azotara la costa del golfo. Otras unidades abandonarán Washington durante las próximas 72 horas, lo cual dejará allí sólo a la unidad de la Guardia del Distrito de Columbia, formada por 1.200 miembros.

La principal preocupación de los negros en este momento no es si están a tres o seis pies de distancia, sino si sus hijos, maridos, hermanos y padres serán asesinados por la policía.

Jun. 1, 2020

En una conferencia telefónica con periodistas, el secretario del Ejército, Ryan McCarthy, y el general de división William Walker, comandante de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia, defendieron el despliegue militar en la capital de la nación y remarcaron que las tropas impidieron que los manifestantes ingresaran a los terrenos de la Casa Blanca.

McCarthy afirmó que los funcionarios “llegaron al límite” de enviar a miembros de la 82º División Aerotransportada en servicio activo a la ciudad cuando estalló la violencia, hace una semana, pero finalmente se contuvieron. Las 1.600 tropas en servicio activo enviadas al área de Washington la semana pasada regresaron a sus bases en Nueva York o Carolina del Norte, o ya no están en alerta.

McCarthy también indicó que el Pentágono completará una investigación, esta semana, sobre por qué los helicópteros de la Guardia Nacional volaron de forma rasante el 1º de junio, aterrorizando a los residentes y haciendo volar cristales rotos y escombros.

En una ronda de entrevistas televisivas, también el domingo, los asistentes y representantes del primer mandatario buscaron nuevamente desviar las críticas de las últimas acciones de Trump, entre ellas su amenaza de enviar tropas en servicio activo a las ciudades del país, su pedido de que los gobernadores usen la fuerza para “dominar las calles” y su afirmación de que su estadía -junto con su esposa e hijo- en un búnker de la Casa Blanca durante las protestas del fin de semana pasado había sido sólo con fines de “inspección”.

Sobre la difícil cuestión de utilizar tropas militares en servicio activo para sofocar disturbios civiles, el procurador general William Barr dijo que “todos” en la administración acordaron que ello debería ser un “último recurso”. Trump no expresó tales reservas en los comentarios belicosos que realizó ante los periodistas, el lunes en la Casa Blanca.

Barr, que apareció en “Face the Nation” de CBS, trató de dejar de lado la polémica sobre el uso de proyectiles de pimienta y balas de goma contra decenas de manifestantes que se habían reunido el lunes frente a la Casa Blanca.

El alcalde de Santa Mónica y la jefa de la policía se enfrentan a duras preguntas de los manifestantes de George Floyd: “¡Llamaste a la Guardia Nacional!”

Jun. 7, 2020

Aunque testigos y grabaciones de video mostraron que la protesta fue tranquila, Barr afirmó que “no eran manifestantes pacíficos” y que el aerosol de pimienta “no contenía un irritante químico”.

Barr también negó que los manifestantes hubieran sido expulsados por la fuerza para que Trump pudiera cruzar la plaza momentos después y posar con una Biblia frente a la histórica iglesia de San Juan, que había resultado dañada por un incendio la noche anterior. Los eventos “no estaban relacionados”, comentó.

A pesar de un patrón persistente de muertes de personas negras bajo custodia policial, Barr también destacó que no cree “que el sistema policial sea sistemáticamente racista”, aunque añadió: “Hay casos de malos oficiales”.

El secretario de Seguridad Nacional interino de Trump, Chad Wolf, argumentó que la respuesta decisiva por parte de la policía cambió el rumbo de los saqueos y la violencia registrados a principios de la semana pasada. “En los últimos días, hemos visto que las protestas violentas, el saqueo y los disturbios disminuyen”, señaló Wolf en “Fox News Sunday”. “Eso no es casualidad, no es una mera coincidencia; es porque tomamos medidas anticipadas”.

Los manifestantes afirman que la violencia policial contra quienes protestaban pacíficamente -documentada en videos virales- subraya la necesidad de frenar los excesos de esa fuerza. Señalaron también que las protestas de este fin de semana fueron tranquilas, en ausencia de una presencia policial generalizada.

El representante Val Demings (D-Florida), ex jefe de policía de Orlando que es visto como un posible compañero de fórmula para el presunto candidato demócrata, Joe Biden, elogió a los oficiales con los que había trabajado pero destacó que “el racismo sistémico es siempre el fantasma en la habitación”. “Si vamos a resolver algunos de los problemas más difíciles de Estados Unidos, debemos ser dolorosamente honestos sobre cuáles son esos problemas”, enfatizó en “This Week”, de ABC.

En sus tuits, Trump apuntó varias veces a Biden, alegando que el ex vicepresidente apoya las iniciativas para quitarle fondos a la policía, un pedido clave de algunos manifestantes.

La campaña de Biden se negó a comentar el domingo sobre el desembolso de fondos policiales, pero en sus muchas declaraciones sobre la reforma de la justicia penal, tanto antes como después de la muerte de Floyd, Biden nunca respaldó la idea. Sí ha pedido aumentar los fondos para la vigilancia policial orientada a la comunidad, como parte de un amplio plan para reformar la justicia penal, que fue presentado el año pasado.

Los expertos en salud pública advirtieron que casi dos semanas de protestas masivas podrían conducir a un nuevo aumento de las infecciones por coronavirus.

Scott Gottlieb, ex comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), comentó que el brote de COVID-19, que ha matado a más de 110.000 estadounidenses hasta el momento, podría recobrar fuerza, especialmente a medida que los cierres impuestos en muchos estados a fines de marzo se flexibilizan. “Ciertamente vamos a ver contagios a partir de estas manifestaciones; no hay duda al respecto”, enfatizó Gottlieb en “Face the Nation”.

También exhortó a los manifestantes a practicar el distanciamiento social y usar cubiertas faciales, y pidió a los agentes del orden que reduzcan las confrontaciones físicas que podrían provocar lesiones y propagar el virus.

Los redactores de planta de The Times Janet Hook y David S. Cloud contribuyeron con este informe.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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