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¿Por qué Trump ataca las encuestas? Mire los números…

El presidente Trump se ha quejado de las encuestas de CNN y de otros medios que lo muestran detrás de Joe Biden.
(Alex Brandon / Associated Press)
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Las encuestas han sido durante mucho tiempo un tema favorito del Twitter del presidente Trump, pero últimamente ha estado más enojado que jactancioso.

“Se llaman encuestas de supresión, y se publican para disminuir el entusiasmo”, escribió Trump recientemente sobre las encuestas realizadas por CNN y otros medios de comunicación que lo muestran detrás de Joe Biden. “¡A pesar de 3 años y medio de cazas de brujas falsas, estamos ganando, y lo mostraremos el 3 de noviembre!”.

Su tono belicoso se produce cuando las encuestas muestran al presunto candidato demócrata abriendo una ventaja de 8 puntos a nivel nacional contra Trump y, lo que es más importante, con ventajas pequeñas, pero consistentes, en estados clave como Michigan, Florida y Wisconsin.

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“Dado el tamaño de su margen y el consenso entre las encuestas, creo que hay pruebas bastante sólidas de que Biden tiene una clara ventaja”, manifestó Charles Franklin, director de la Encuesta de Marquette Law School en Milwaukee. “Si bien es posible que los sondeos estén equivocados, tendrían que estar todos ellos incorrectos” para exagerar el apoyo a Biden.

Los demócratas apenas están cantando victoria, al menos abiertamente. Recuerdan muy bien su casi certeza en 2016 de que Hillary Clinton ganaría, una opinión reforzada por las encuestas nacionales (que fueron en gran medida precisas) y algunas encuestas estatales clave (que no lo fueron).

“Ignoren las encuestas. No podemos dar nada por sentado en noviembre, lo que está en juego es demasiado”, tuiteó Biden, junto con un enlace para registrarse para votar.

Los pasos en falso de hace cuatro años han alimentado la sensación de que la verdadera posición de Trump puede desafiar los métodos de encuesta convencionales.

En este momento en 2016, las encuestas mostraron que Clinton estaba superando a Trump, aunque en un margen ligeramente más estrecho que el actual de Biden-Trump. Clinton mantuvo en gran medida su ventaja en los sondeos nacionales hasta el día de las elecciones, y las encuestas nacionales llegaron a 1 punto porcentual de su margen en el voto popular.

Pero el colegio electoral decide la presidencia, y las encuestas estatales, incluida la encuesta Marquette de Franklin, no lograron capturar las estrechas victorias de Trump en los bastiones demócratas de Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que lo catapultaron a la Oficina Oval.

En sus evaluaciones, los encuestadores identificaron un problema clave con las encuestas a nivel estatal: la falta de rendición de cuentas de los niveles de educación de los encuestados.

“Lo que vimos en 2016 fue que, dependiendo de la educación, votaron por candidatos muy diferentes, particularmente entre los encuestados blancos”, expuso Josh Clinton (sin relación con la ex candidata presidencial), que enseña ciencias políticas en la Universidad de Vanderbilt y co- dirige la encuesta de la escuela.

Trump se desempeñó especialmente bien con los votantes blancos sin títulos universitarios, mientras que su rival demostró ser más popular entre aquellos con niveles de educación superior. Al no tener en cuenta esas diferencias, los encuestadores subestimaron el apoyo a Trump.

Ahora, dijo Clinton, los encuestadores estatales son más diligentes en la contabilización de los niveles de educación, un cambio que él creía que haría esas encuestas más precisas.

Trump tiene poco de que animarse en las últimas encuestas de opinión. No sólo va a la zaga de Biden, sino que una mayoría creciente desaprueba su desempeño laboral. Obtiene bajas calificaciones en su temperamento y confiabilidad, y más personas prefieren a Biden en términos de capacidad para manejar la pandemia de COVID-19 y las relaciones raciales, dos temas que han surgido en la parte superior de la agenda de la campaña.

Además, los números del presidente están disminuyendo entre las mujeres y los independientes, dos grupos que le costaron a los republicanos el control de la Cámara en las elecciones de mitad de período de 2018.

Los votantes mayores, que respaldaron a Trump en 2016, ahora dicen que prefieren a Biden. Una encuesta reciente realizada por el Public Religion Research Institute encontró que el 62% de los votantes evangélicos blancos tienen opiniones favorables sobre Trump, una disminución de 15 puntos porcentuales entre ese electorado.

Trump mantiene una ventaja modesta en cuanto en quién confían los votantes para manejar mejor la economía, un indicador importante para un titular que ha apostado gran parte de su discurso de reelección en el sólido desempeño del mercado de valores y el bajo desempleo del país durante la mayor parte de su mandato. Pero incluso allí, la pandemia y el cierre económico que requirió han reducido el índice de aprobación de Trump.

El presidente parecía especialmente molesto por una encuesta de CNN publicada el lunes que mostraba a Biden con una ventaja considerable de 14 puntos, basada en las respuestas de aproximadamente 1.100 votantes registrados.

La campaña de Trump exigió que la televisora retractara la encuesta y se disculpara; CNN rechazó la solicitud. El primer mandatario tuiteó un memorando de un encuestador republicano acusando a CNN y otros medios de dejar fuera deliberadamente la cantidad de republicanos que probablemente votarían en noviembre, minimizando así las posibilidades del presidente.

“La negativa a evaluar a los posibles votantes reales está creando una subestimación de los republicanos y, por lo tanto, de los votantes de Trump”, escribió el encuestador, John McLaughlin. “Parece intencional. Es exactamente lo que hicieron los medios en 2016. Probemos que están equivocados nuevamente”.

El argumento se remonta a 2012, cuando los republicanos se reunieron en torno a un oscuro sitio web que afirmaba “desvirtuar” las encuestas que mostraban al candidato republicano Mitt Romney detrás del presidente Obama. Las contorsiones matemáticas resultaron infundadas cuando Obama ganó fácilmente a Romney, como lo habían indicado las encuestas.

“Todas aquellas personas que estaban haciendo estos argumentos al estilo de John McLaughlin en 2012 se encontraban completamente equivocados”, manifestó Matt Barreto, politólogo de UCLA y encuestador demócrata. “Tenían unas ideas descabelladas, y eso es exactamente lo que es”.

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A pesar de la gran cantidad de buenas noticias de encuestas para Biden, siguen existiendo señales de advertencia para el presunto candidato demócrata. Los sondeos sugieren un entusiasmo menos que ferviente por el ex vicepresidente entre los votantes negros, la columna vertebral de la base demócrata.

“Si las elecciones tuvieran lugar hoy, no se vería bien para Biden” con ese grupo crucial, señaló Ray Block Jr., profesor de ciencias políticas y estudios afroamericanos en la Universidad Penn State.

El riesgo para Biden no es que un número significativo de votantes negros se voltee hacia Trump, sino que no puedan votar en absoluto. Las recientes protestas contra la injusticia racial en respuesta al asesinato de George Floyd por parte de la policía de Minneapolis demuestran que la comunidad negra está claramente motivada para la acción política, dijo Block. Pero, advirtió, “dependerá del equipo de Biden avanzar, no en contra de este impulso, sino buscar el apoyo de los votantes negros”.

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Trump tiene otra ventaja: las encuestas han demostrado que su base acérrima está más entusiasmada con la votación en noviembre que los partidarios de Biden. La campaña del ahora presidente probablemente tratará de reducir aún más la emoción para el demócrata a medida que se acerque la elección golpeando a Biden con publicidad negativa.

“Para noviembre, los votantes tendrán una opción”, dijo Neil Newhouse, un veterano encuestador republicano. “Ya saben lo que aman y odian de Donald Trump. Sobre eso están absolutamente seguros. Lo que los votantes no saben es lo que aman y odian de Joe Biden, y de eso se trata la campaña”.

Todavía quedan casi cinco meses, tiempo suficiente para que cambien los sentimientos de los votantes.

“Deberíamos tener mucha confianza en que Biden lleva hoy la delantera”, manifestó Mark Mellman, un estratega demócrata que realizó encuestas para las campañas presidenciales de Bill Clinton y John Kerry. Pero, advirtió, “eso no es lo mismo que decir que Biden irá al frente el día de las elecciones”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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