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¿Cuenta a todo el mundo el censo de EEUU?

Formularios del censo que recibió un residente de Montana el 19 de marzo del 2020. (AP Photo/Matt Rourke, File)
Formularios del censo que recibió un residente de Montana el 19 de marzo del 2020.
(ASSOCIATED PRESS)
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La Oficina del Censo dice que tiene la información del 99,9% de los hogares del país, pero la asociación de estadísticas más grande de Estados Unidos y los propios trabajadores en la consulta expresan dudas acerca de la calidad de los datos recabados.

Una consulta acortada por la pandemia del coronavirus, controles de calidad más relajados, demandas y la politización del proceso generan incertidumbres que habría que resolver, según un informe de la Asociación Americana de Estadísticas.

El informe fue preparado por un equipo que incluyó tres exdirectores de la Oficina del Censo, un exvicedirector, un exjefe de la unidad científica y un exjefe de los demógrafos del censo, entre otros.

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“No basta una enumeración. Es importante contar a todos”, dijo John Thompson, un exdirector del censo que integró el grupo de trabajo.

La Oficina del Censo destacó el alto porcentaje de respuestas en una disputa legal contra una coalición de autoridades municipales y grupos defensores de los derechos civiles que demandaron a esa agencia y al Departamento de Comercio para que la consulta se prolongue más allá del 30 de septiembre.

Los demandantes dijeron que poner fin a la consulta tan rápido haría que no se contase a todos en las comunidades minoritarias, pero el gobierno adujo que tenía que completar la consulta para poder satisfacer un plazo que vence el 31 de diciembre, fecha para la que debería estar listo todo para poder determinar las bancas que recibe cada estado en la Cámara de Representantes. Un juez de distrito falló que la consulta puede continuar hasta el 31 de octubre, pero el gobierno apeló ese fallo.

Una de las inquietudes planteadas por el informe se relaciona con el hecho de que a veces se consultó a vecinos y a los dueños de la propiedad, no necesariamente a quienes habitan en ella en vista de que se mudaron temporalmente por la pandemia. Se cuestiona asimismo la eliminación de controles de calidad que pueden pillar errores de computación.

También los trabajadores que recabaron la información expresan preocupación por la calidad de los datos.

Sheila Valenzuela, directora de las operaciones del censo en la comunidad indígena de Gila River, en Arizona, dijo en documentos legales que la oficina del censo de Tucson le había dado información inexacta acerca de la cantidad de viviendas que habían contado en su comunidad. La semana pasada se le dijo que habían contado a más del 101% de su comunidad. Dudó de esa cifra y decidió hablar con el director de la oficina de Tucson, quien ajustó la cifra al 88%.

Afirmó que la información que ha estado recibiendo acerca de la participación de su comunidad ha sido “poco clara y contradictoria”.

Además de determinar la cantidad de bancas en la cámara baja, el censo dicta cómo se reparten 1,5 billones de dólares que el gobierno federal distribuye entre los estados todos los años.

Algunos elementos que determinan la calidad de la consulta son el porcentaje de casos en los que las respuestas no las dieron las personas de una vivienda y la cantidad de casos en los que se usaron archivos administrativos para conseguir la información. El formulario del censo incluye entradas sobre la raza de las personas que viven en una casa, si son de origen hispano, el sexo y la relación que hay entre todas.

La información más confiable es la que ofrecen los residentes de las viviendas a través de la internet, por correo o por teléfono. Luego está la información que recaba el personal que envía el censo de puerta en puerta y habla con los ocupantes de las viviendas. Pero cuando no responde nadie, a menudo consultan con los vecinos, los propietarios de la casa o archivos administrativos.

Casi el 24% de las respuestas recabadas por el personal que va de puerta en puerta es producto de entrevistas con vecinos, propietarios o algún otro allegado.

Este es el primer censo decenal en el que se usan archivos del Servicio de Rentas Internas, del Seguro Social y del seguro médico Medicare para completar la información.

Se usaron archivos administrativos en el 13,9% de los casos, según Al Fontenot, director adjunto de la Oficina del Censo.

Terri Ann Lowenthal, experta en el tema, dice que la información de los archivos no incluye a sectores que son difíciles de contar, incluidas personas sin permiso de residencia o que no tienen vivienda.

“Es un indicio preocupante acerca de la calidad y la precisión de la información”, expresó Lowenthal.

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