Columna: Le guste o no, el plan de ayuda de Biden para el COVID-19 es el resultado de una elección histórica
Nos han inculcado que las elecciones tienen consecuencias. Y mucha gente pronto lo sentirá en su bolsillo.
Ni un solo republicano en el Congreso votó a favor del paquete de ayuda contra el coronavirus del presidente Biden, de 1.9 billones de dólares, y ningún demócrata votó en contra.
La promulgación de la histórica legislación fue una consecuencia de que los estadounidenses eligieran a un presidente demócrata, dejando una exigua mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y entregando el control del Senado, por escaso margen, a los demócratas.
La medida fue la última de una serie de paquetes de ayuda federal que han inyectado unos 4 billones de dólares en la economía para particulares, empresas, estados y gobiernos locales en el último año.
En Sacramento, el gobernador Gavin Newsom y la Asamblea Legislativa también han gastado como si el dinero no fuera problema -y no lo ha sido- para mitigar el impacto de la pandemia del COVID-19.
Esa es la consecuencia de que los votantes de California hayan elegido un gobierno en el que los demócratas dominan por completo. Los republicanos no están en posición de negociar. Y si se oponen a cualquier oferta de los demócratas -lo que generalmente no han hecho con respecto al alivio del COVID-19- nadie lo nota.
Seré el abogado del diablo en la celebración de los demócratas y admitiré que no estoy convencido de que todo ese gasto sea en verdad necesario. Es agradable estar en el extremo receptor, sí. ¿Pero realmente necesario, a costa de aumentar aún más la deuda nacional? Lo dudo.
Florida y California respondieron a la pandemia de COVID-19 de maneras muy diferentes, pero comparar los resultados no es tan sencillo. Esto es lo que nos dicen las cifras.
¿Y que los políticos de Sacramento se coman el superávit del gobierno estatal cuando el estado tiene tantas necesidades, como reducir el número de personas sin hogar y prevenir los incendios forestales? Soy escéptico.
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Los congresistas republicanos no se equivocaron del todo al oponerse al proyecto de ley de los demócratas. Desgraciadamente, en lugar de negociar de buena fe, su objetivo parecía querer retrasar la primera gran victoria del nuevo presidente mientras asestaban todos los golpes que podían.
A todo el mundo le gustaría recibir un cheque de 1.400 dólares. Pero no todos los que van a recibir uno realmente lo merecen.
Por ejemplo, mis nietos adultos. (Lo siento, niños). Ninguno de ellos perdió su trabajo ni sufrió económicamente a causa de la pandemia. Pero recibirán 1.400 dólares cada uno. Esa cantidad de dinero debería ir a parar a las personas más afectadas por la crisis sanitaria, no solo a las que ganan menos de 75.000 dólares anuales.
Las parejas que declaren sus impuestos conjuntamente recibirán 1.400 dólares cada una - 2.800 dólares en total - si sus ingresos familiares son inferiores a 150.000 dólares. Lo recibirán independientemente de que se hayan visto perjudicados o no por la pandemia.
Debería haberse exigido alguna prueba de necesidad antes de que Biden y los demócratas se limitaran a lanzar el dinero por la puerta del Tesoro. Tal vez eso sea demasiado difícil de manejar para una agencia gubernamental.
Otro pariente recibió un préstamo de 20.000 dólares para una pequeña empresa el año pasado en virtud de una ley de ayuda para la pandemia. Luego decidió que el dinero no era necesario y ha estado tratando de devolverlo. Pero no puede contactar con ningún empleado federal -por teléfono o por correo- que le diga cómo devolver el dinero.
Sacramento ha sido la capital del escándalo por su incompetente gestión de las prestaciones de desempleo. Al menos 11.000 millones de dólares, y tal vez hasta 30.000 millones, fueron pagados a reclamaciones fraudulentas por el Departamento de Desarrollo de Empleo de Newsom. Gran parte del dinero malgastado fue a parar a delincuentes encarcelados y a bandas extranjeras.
La asistencia del gobierno federal para la pandemia ha sido comparada en tamaño y peso con la ayuda del New Deal del presidente Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión. Pero la mayoría de los programas de FDR estaban dirigidos a la creación de empleo y a poner a la gente a trabajar.
Los gobiernos de EE.UU y California han proporcionado una asombrosa lista de beneficios a personas, escuelas y empresas. La mayoría de la gente es beneficiaria de la generosidad federal. Incluso si no lo eres, tus impuestos lo pagarán, y por mucho tiempo.
La pandemia nos dijo mucho sobre la sociedad estadounidense, pero dejó muchas preguntas sin respuesta
El Plan de Rescate Americano de Biden inyectará más de 150.000 millones de dólares en la economía de California. Casi la mitad de esa cantidad irá directamente a los ciudadanos en forma de pagos de 1.400 dólares y de ampliación de las prestaciones por desempleo, suponiendo que el EDD del estado se ponga las pilas.
Alrededor de 42.000 millones de dólares irán a parar al gobierno estatal, los condados y las ciudades de California. El estado recibirá 26.000 millones y los gobiernos locales se repartirán 16.000 millones.
Según la ley, los estados no pueden utilizar el dinero federal para reducir los impuestos. Pero es muy probable que California lo haga de todos modos. Aparte de esta restricción, Newsom y los legisladores tienen amplia discreción para gastar el dinero como quieran.
Para poner la nueva ayuda federal en perspectiva, es aproximadamente el 11% del presupuesto estatal de 227.000 millones de dólares que Newsom propuso para el próximo año fiscal que comienza el 1 de julio.
“Como residente de California, debería alegrarme de que el estado reciba todo este dinero, pero no se lo merece”, dice Jon Coupal, presidente de la Howard Jarvis Taxpayers Assn.
“El mayor problema es que quita cualquier incentivo para lograr una reforma estructural en cosas como la educación y las pensiones [públicas]. Cuando se le da todo este dinero, el Estado simplemente se va a comportar de forma despilfarradora”.
Coupal citó “un análisis impactante” de la Fundación Tributaria no partidista que muestra que el alivio total de la ley federal para los estados -195.000 millones de dólares- equivale a 116 veces todos los ingresos que los estados perdieron en 2020.
En realidad, el gobierno del estado de California está trabajando con un superávit estimado de 25.000 millones de dólares, aunque se ha lo ha ido comiendo.
Newsom y la Legislatura gastaron 7.600 millones de dólares en un paquete de estímulo estatal que, entre otras cosas, enviará pagos de 600 dólares a los californianos con bajos ingresos.
Asignaron 6.600 millones de dólares para estimular a las escuelas a reabrir las aulas.
Y están a punto de autorizar 2.300 millones de dólares en exenciones fiscales para las empresas.
Hay mucho dinero de impuestos que será regalado.
Al menos esto debería poner fin a cualquier fantasía liberal de aumentar aún más los impuestos estatales. Pero no lo hará.
Te guste o no algo de esto, es el resultado final de las últimas elecciones.
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