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Columna: Lisa Rinna fue demandada por publicar en sus redes fotos de ella misma, tomadas por papparazzi; ¿por qué ocurre esto?

Actress and "Real Housewives of Beverly Hills" star Lisa Rinna.
La actriz y estrella de “Real Housewives of Beverly Hills” Lisa Rinna contestó una demanda que afirma que infringió los derechos de autor al publicar fotos de paparazzi en su propia cuenta de Instagram.
(Kirk McKoy / Los Angeles Times)

¿A quién pertenecen las fotos de paparazzi de los famosos? No a los propios famosos, dice una demanda contra la estrella de “Real Housewives of Beverly Hills”.

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La actriz Lisa Rinna siempre pensó que se llevaba bien con los paparazzis que la seguían a ella y a su familia, con la esperanza de atraparlos en esos momentos de descuido que ansían las revistas de fans.

“Siempre lo he visto como una relación muy unida”, reconoce la actriz de telenovelas y programas de telerrealidad. “Es parte del juego, si vas a estar en este negocio. He sido amable, nunca peleé con ellos, nunca huí. Mis hijos crecieron con gente saltando de nuestros arbustos en Malibu. Hemos tenido una muy buena relación con la prensa y los paparazzi. Es por eso que esto es tan impactante para mí”.

Rinna se refiere así a una demanda federal que fue presentada en su contra, en junio pasado, por Backgrid, una agencia que representa a paparazzi. Backgrid afirma que la actriz violó derechos de autor al publicar ocho fotos de ella y sus dos hijas adultas en su propia página de Instagram.

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La agencia lanzó su campaña legal con una carta en la cual reclama $1.2 millones de indemnización por las publicaciones de Rinna, quien ha atraído a millones de seguidores en las redes sociales por sus papeles en la telenovela “Days of Our Lives” y el drama “Melrose Place”, así como por su participación en la serie de telerrealidad “The Real Housewives of Beverly Hills”. Después de que Rinna se negó a pagar, Backgrid presentó la demanda.

A diferencia de la mayoría de las celebridades que se enfrentaron a querellas similares, Rinna optó por defenderse. La actriz le pidió a un juez que rechazara los reclamos de Backgrid con el argumento de que la agencia de fotografía “convirtió en un arma” la Ley de Derechos de Autor “simplemente para aumentar los ingresos que perdió durante la pandemia”.

En su presentación legal, Rinna señala que aunque Backgrid presentó casi 50 casos de infracción de derechos de autor desde 2017, aproximadamente dos tercios de las demandas datan de 2020 y 2021.

Su argumento es que la pandemia recortó ingresos para Backgrid y sus fotógrafos, porque las celebridades se quedaron en casa en lugar de cenar en restaurantes o pasear por las tiendas, lugares donde los paparazzi los capturan con más frecuencia. Además, cuando logran fotografiarlos, las mascarillas los vuelven irreconocibles.

Los registros de litigios indican que la mayoría de estos casos terminan con un acuerdo extrajudicial. De hecho, es posible que cientos de estos reclamos de infracción de derechos de autor de celebridades nunca lleguen a los tribunales: comienzan y terminan con una carta de los abogados de una agencia de fotografía que identifica la publicación infractora y solicita una tarifa nominal, generalmente menos de lo que le costaría al objetivo armar una defensa legal. La celebridad puede reñir sobre el precio, pero finalmente llegan a un acuerdo.

Estos casos son una manifestación moderna de nuestra cultura de celebridades.

Las personalidades del entretenimiento se favorecen claramente de permanecer en el ojo público al hacer que sus imágenes se publiquen ampliamente. Los paparazzi se benefician al vender las fotografías a agencias de noticias, revistas de fans, plataformas de redes sociales, anunciantes y casi cualquiera que esté dispuesto a pagar su precio. Pero los famosos a menudo quieren controlar el acceso a sus imágenes, especialmente aquellas que las capturan en entornos espontáneos, descuidados o sin maquillaje.

Cuanto más grandes sean los nombres y más seguidores tengan en las redes sociales, más vulnerables pueden ser a las reclamaciones por infracción de derechos de autor.

Una razón es que cuanto más famosa es la celebridad, bastante perjuicio económico puede causarle al autor de una fotografía que ésta se publique en línea.

“Es un problema cuando las celebridades postean fotos en las redes sociales sin permiso”, destacó Jo Ardalan, socio de One LLP, bufete de abogados especializados en propiedad intelectual que ha representado a Backgrid en varios casos de derechos de autor, incluida la demanda contra Rinna.

Muchas celebridades tienen millones de fanáticos como seguidores. “Una vez que se publica una fotografía, es menos probable que la revista People o Us Weekly la compre, porque todos sus fans ya la habrán visto”, explicó Ardalan.

Las celebridades con seguidores en las redes sociales no suelen publicar fotos de sí mismos simplemente para entretener a sus amigos cercanos y familiares. “Usan sus redes sociales para promocionarse como marca”, destacó Ardalan. “También se les paga con frecuencia por apoyar productos en las redes. Ese es un uso muy comercial”.

En los últimos años, entre los acusados estuvieron Justin Bieber (por postear una toma de él compartiendo un momento amistoso con el pastor de jóvenes de Los Ángeles Chad Veach, de pie frente a unos contenedores llenos de basura); Katy Perry (por publicar una fotografía de ella irreconocible y maquillada como Hillary Clinton para un evento de Halloween), y las hermanas Kardashian.

Kim Kardashian llegó al extremo de contratar a su propio fotógrafo para que le tomara fotos parecidas a las de los paparazzi, de modo que pudiera saciar la sed de los fans en las redes sociales sin infringir la ley de derechos de autor.
Los fotógrafos luchan cada vez con más vehemencia por estas cuestiones. Es raro que no hagan un reclamo de derechos de autor sobre una imagen publicada, a The Times entre otros.

La tendencia puede reflejar la gran proliferación de posibles destinos de cualquier fotografía u otro trabajo creativo, incluidas las plataformas de redes sociales cuyos usuarios simplemente no saben que al compartir imágenes que han encontrado en internet están violando los derechos creativos de alguien.

Parece absurdo que las celebridades no puedan usar fotografías de sí mismas -especialmente aquellas tomadas en público sin su consentimiento- sin pagar una tarifa, pero así son las cosas. La verdad es que los fotógrafos tienen la ley de su lado.

La versión del siglo XXI del cartel de búsqueda del Salvaje Oeste se ha convertido en un elemento básico de las redes sociales para los departamentos de policía de todo el país.

Jun. 29, 2021

Los derechos de autor generalmente protegen la escritura o las imágenes producidas mediante algún esfuerzo creativo. Para el espectador casual, las fotos de los paparazzi pueden no parecer tan creativas, pero los tribunales no lo ven así.

“Existe una cierta presunción de que hay suficiente creatividad al tomar estas fotografías para que estén protegidas por derechos de autor”, explicó Neel Chatterjee, un abogado de Silicon Valley que se especializa en casos de propiedad intelectual.

La ley solo requiere que el propietario de las imágenes, ya sea los fotógrafos o las agencias que tienen sus derechos, registren su propiedad en la Oficina de derechos de autor de EE.UU. La norma prevé daños de $750 a $30.000 por cada trabajo vulnerado, y hasta $150.000 si la infracción se considera “intencional”.

Ese puede ser el motivo del reclamo de Backgrid, que afirma que Rinna los perjudicó por una suma cercana a los $1.2 millones; ese sería el monto adeudado por las ocho fotos que fue acusada de publicar sin permiso, multiplicado por una indemnización máxima por daños de $150.000 cada una.

Los demandantes han tenido cuidado de obtener los registros requeridos, al menos desde 2019, cuando la modelo Gigi Hadid venció la querella de una agencia al demostrar que ésta no había registrado los derechos de autor de la foto por la cual demandaba, un paso necesario antes de querellar.

Puede que ese no sea el único ejemplo de una agencia de fotografía que se extralimita. En 2016, después de que la distinguida fotógrafa Carol Highsmith donara su trabajo a la Biblioteca del Congreso para que el público tuviera acceso sin derechos de autor, recibió una carta de demanda de una empresa asociada con el servicio de licencias de fotografías Getty Images.

Getty exigía $120 dólares, alegando que poseía la licencia de una de sus imágenes, que había publicado en el sitio web de su propia organización sin fines de lucro.

Highsmith respondió querellando a la agencia por mil millones de dólares, afirmando que reclamaba ilícitamente derechos que no tenía sobre 18.755 de sus obras. El caso finalmente se resolvió fuera de los tribunales en términos no revelados.

Rinna afirmó que probablemente no se habría opuesto si Backgrid le pedía una tarifa nominal por sus publicaciones en Instagram. Pero la magnitud de su demanda elevó las apuestas.

“Hubiera sido comprensible pagar un poquito”, aseguró. “Pero pagar tanto, es muy difícil para mí decir que está bien. Hay algo que no es correcto en esto. Esas fotos valen mucho menos, quiero decir, son imágenes de mis hijas, con mascarillas”.

En esta etapa, parece que hay poco que las celebridades puedan hacer para luchar contra los paparazzi y sus agencias, aparte de tratar de persuadir a un juez de que las agencias, en las palabras de la presentación legal de Rinna, han llegado a la corte con las “manos sucias” por abusar de la ley de derechos de autor.

La actriz también argumentó que tenía un derecho de “uso justo” de publicación de las fotos, refiriéndose a una excepción en la ley de derechos de autor que permite el uso limitado de material protegido por derechos de autor para fines tales como informes de noticias, críticas e investigación.

No se sabe aún si se trata de una estrategia legal prometedora: Hadid reclamó el mismo derecho, pero el tribunal no lo sopesó porque encontró motivos más convincentes para fallar a favor de ella.

El uso legítimo también fue reclamado por la modelo Emily Ratajkowski para luchar contra la querella por infracción de un fotógrafo, pero el juez federal que tomó ese caso dejó la decisión del asunto en manos de un jurado.

Rinna argumenta que las demandas por infracción también podrían ser desalentadas por un cambio legal que reduzca los daños potenciales cuando las personas publican sus propias imágenes o las de su familia. Pero eso exigiría una acción del Congreso.

A los legisladores les puede resultar difícil otorgar a las celebridades -cuyas carreras implican ser fotografiadas- un mayor derecho a controlar cómo y cuándo son retratadas. De hecho, la mejor opción práctica puede ser pagar las molestas tarifas de los fotógrafos.

“De algún modo, este es el precio de la convergencia de las redes sociales y los paparazzi”, expuso Chatterjee. “En cierto sentido, es el costo de hacer negocios si eres famoso y vives de la promoción de tu propia imagen”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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