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Leyes afectan debate sobre racismo en las aulas de EEUU

Leyes afectan debate sobre racismo en las aulas de EEUU
Matt Hawn trabajando en su casa de Kingsport (Tennessee). Él fue despedido por la Sullivan Central High School tras ser acusado de usar materiales con lenguaje ofensivo y de no haber ofrecido el punto de vista conservador durante una clase sobre los privilegios de los blancos.
(ASSOCIATED PRESS)
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Nuevas medidas que restringen la forma en que se puede hablar de la raza en las aulas generan confusión y ansiedad en muchos maestros de Estados Unidos, que han llegado a retirar libros y suspender lecciones por temor a ser castigados.

Funcionarios del sistema educativo han descartado una clase de temas contemporáneos en un distrito de Tennessee, retirado una autobiografía del abolicionista Frederick Douglass de la lista de lecturas recomendadas en el sistema educativo de Oklahoma y en una escuela de Texas se pidió a los maestros que presentasen posturas “contrarias” al holocausto judío.

Al menos una docena de estados aprobaron este año medidas que restringen la forma en que las escuelas hablan de racismo, sexismo y otros temas.

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Mientras los maestros esperan ver cómo se hacen cumplir estas disposiciones, la ambigüedad de algunas de estas medidas, combinadas con severos castigos, incluida la posible pérdida de sus licencias para enseñar, están afectando las conversaciones sobre la raza en las escuelas y, en algunos casos, teniendo consecuencias que seguramente rebasarán el objetivo buscado con estas acciones.

Matt Hawn, maestro de estudios sociales en una secundaria de Tennessee, dijo que los profesores expresan preocupación sobre cómo van a hablar de temas controvertidos desde que él fue despedido durante la primavera boreal, cuando la legislatura estatal terminaba de dar forma a las nuevas restricciones a la enseñanza.

“Se preguntan, ‘¿qué me va a pasar si enseño esto?’, porque los castigos son duros”, dijo Hawn.

Hawn fue despedido supuestamente por usar material con lenguaje ofensivo y por no ofrecer el punto de vista conservador al abordar el tema de los privilegios de los blancos en su clase de temas contemporáneos, que luego fue eliminada.

Hay cada vez más clases sobre raza y diversidad, junto con el reconocimiento de que las injusticias raciales no terminaron con la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Esos esfuerzos generan fuerte rechazo entre los votantes republicanos.

En Virginia, el republicano Glenn Youngkin ganó este mes la gobernación prometiendo prohibir la teoría crítica de la raza, una expresión que está reemplazando conceptos como el racismo sistémico y los prejuicios implícitos. Su rival demócrata fue criticado por decir que los padres no deben decirles a las escuelas cómo enseñar.

Algunos aspectos de las nuevas leyes parecieran inobjetables. La de Tennessee prohíbe decir que una raza o sexo es inherentemente superior a otra raza o sexo. Pero otras secciones son más complejas. Por ejemplo, se prohíbe impartir clases que promueven divisiones o hacen que los niños sufran aflicciones psicológicas por su raza o su sexo.

Esas prohibiciones ambiguas hacen que los profesores sientan que toda clase sobre temas difíciles, como la esclavitud o el racismo contemporáneo, pueda ser vista por los padres como una violación de la ley, según Alice O’Brien, consejera de la Asociación Educativa Nacional.

“Estas medidas son problemáticas porque no está claro lo que quieren decir, todo depende del ojo con que se las mira”, dijo O’Brien. “Hay que comprender que cada estado tiene normas bastante amplias acerca de lo que deben enseñar los maestros de K-12 (primaria y secundaria). Y se les exige enseñar toda la historia de Estados Unidos, no solo las partes que nos hacen sentir bien”.

En algunas partes se invocan las nuevas leyes para pedir la supresión de ciertos materiales.

En Tennessee, Moms for Liberty (Madres por la Libertad), una organización de madres conservadoras de un suburbio de Nashville, el Williamson County, cuestionó la forma en que se enseña la lucha por los derechos civiles a los alumnos de segundo grado.

En una carta al Departamento de Educación, Robin Steenman se quejó de que los libros de estudios y el manual que usan los maestros insinúan que “las personas de color siguen siendo oprimidas por ’una población blanca furiosa, agresiva, temerosa, perversa, ruidosa, violenta”. Entre los libros que mencionó Steenman figuraban “Ruby Bridges Goes to School” (Ruby Bridges va a la escuela) y “Martin Luther King Jr. and the March on Washington” (Martin Luther King Jr. y la marcha de Washington).

En Oklahoma, maestros de las Escuelas Públicas de Edmond dijeron que los libros de autores de raza negra fueron eliminados de la lista de textos básicos, que usan los maestros de inglés para preparar sus clases. Una demanda radicada por maestros, estudiantes y padres dijo que el distrito también descartó textos de autores afroestadounidenses de sus programas, incluida la autobiografía de Frederick Douglass, famoso orador que combatió la esclavitud en el 1800.

Una portavoz del sistema educativo, Susan Parks-Schlepp, dijo que algunas lecturas fueron designadas como opcionales en el marco de una revisión anual para asegurarse de que encajan dentro de los parámetros del estado.

En Texas, un legislador republicano dispuso que una comisión que preside buscase información sobre el uso de al menos 850 libros sobre temas que van desde el racismo hasta el aborto.

El representante estatal Matt Krause, quien se postula a la procuraduría general del estado, dijo que cinco distritos escolares de Texas retiraron libros que “fueron objetados por los estudiantes, sus padres y los contribuyentes”. Dos de los distritos confirmaron que habían recibido copias de la carta y estaban estudiando el asunto, pero no hicieron más comentarios.

Clay Robinson, portavoz de la Asociación de Maestros del Estado de Texas, dijo que la carta aumenta la confusión que sienten los maestros desde que el estado dispuso que se enseñasen “las dos caras” de cada tema.

“Los maestros sienten como si el Gran Hermano estuviese observándolos”, dijo Robinson.

Las divisiones raciales en torno a estas medidas se hicieron obvias en una reunión de la Junta Escolar de Alabama de agosto en la que dos miembros de raza negra votaron en contra de una resolución que denunciaba “la instrucción que busca adoctrinar a los estudiantes” con ideologías que promueven una raza o sexo particular, mientras que los siete blancos de la junta votaron a favor.

Una de las integrantes de la junta, Tonya Chestnut, dijo que la resolución “pone a los maestros en una posición en la que se sienten incómodos, incluso asustados, si enseñan la verdad”.

Derek W. Black, profesor de derecho de la Universidad de Carolina del Sur y autor de “Schoolhouse Burning: Public Education and the Assault on American Democracy” (La quema de escuelas: la educación pública y el asalto a la democracia americana), dijo que estas medidas son innecesarias porque las leyes federales sobre derechos civiles prohíben discriminar en las clases.

No niega que algunos maestros se manejan mal al enseñar el racismo y el sexismo, ni que los padres puedan tener quejas legítimas, pero opinó que deben ser consideradas “igual que las otras 1.001 quejas legítimas”.

“¿Por qué esta es la número uno? Por la política”, manifestó.

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