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Los latinos votaron en Los Ángeles, pero las cifras no fueron notables

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Cuando faltaban 25 minutos para cerrar el centro de votación en Norwalk, llegó apurado Brian Hurtado. Durante el día, este joven de 19 años nacido en Los Ángeles, estuvo instalando pisos junto a su padre, inmigrante de origen mexicano. Llegó a la casa a cambiarse y luego manejó 30 minutos más.

“No sabía cuando tenía que registrarme, no sabía nada”, admitió el joven, acompañado de su hermana menor.

A eso de las 7 de la noche, Hurtado salió del Sur Centro de L.A. y condujo su camioneta de trabajo por aproximadamente hacia el sureste de la ciudad. Cuando el reloj marcaba las 7:35 pm estaba ingresando en el edificio, en donde está la Oficina del Registro del Condado de Los Ángeles.

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“Mi papá hoy me dijo que me registrara”, confesó, detallando que intentó de forma infructuosa inscribirse para votar por internet. Al llamar al condado, le notificaron que el único lugar en donde podría registrarse al padrón electoral y votar al mismo tiempo era en Norwalk.

Al final, después de 37 minutos en el interior de las oficinas del condado, logró inscribirse y votó de forma paralela. “Estoy orgulloso de venir a votar por los inmigrantes”, aseguró con un sobre y una guía del votante en la mano, la cual llevaba en frente una calcomanía que se leía: “Yo voté”.

En las elecciones presidenciales anteriores, realizadas en noviembre de 2016, en este mismo centro de votación el estacionamiento no era suficiente y los votantes tenían que hacer línea, en espera para ejercer su voto. En esta jornada, había pocas señales que delataban que era un día de elecciones.

Después del mediodía, cuando nos apostamos en estas instalaciones. Se observaba que entraban electores de forma escalonada. La mayoría ingresaba al local a votar de forma tradicional, pedían su boleta y se dirigían a la urna. Otros llegaban en sus vehículos solo a depositar el sufragio.

“Si no apoyamos a la comunidad, ¿entonces qué es lo que queremos?”, se quejó Claudia, quien omitió su apellido, de forma sutil al darse cuenta que la participación en general y los latinos en particular brillaron por su ausencia. “Si no ejercemos, no nos quejemos”, agregó.

En estos comicios, en el condado angelino estaban convocados a votar 5.1 millones de personas. Para recibir los sufragios se instalaron 4,357 centros de votación en las diferentes ciudades.

En entrevista, a tempranas horas de la jornada, el analista político Luis Alvarado desmenuzaba las implicaciones de la participación electoral, apuntalando que las protestas, los comerciales televisivos y las campañas son irrelevantes “si en verdad no llegas a efectuar tu voto donde se cuenta”.

“Lo que está en juego es la voz de los participantes, la voz de los que viven en este estado”, dijo Alvarado, en referencia a la atención que los políticos le prestan o no le dan a esas comunidades cuando sus habitantes no salen a votar.

“Muchos la piden [la boleta], les llega por correo, la tienen en su mesa de la cocina, pero no se esfuerzan en identificar a los candidatos que van a ser mejores para ellos, llenar la boleta y mandarla de regreso; si no haces estas tres cosas, alguien más decide por ti”, se lamentó el politólogo.

Después de cerrarse las urnas y emitir su voto, Salvador “Chamba” Sánchez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Los Ángeles, valoró que los desafíos son abismales y planteó que como punto de partida está la falta de competencia en el Estado Dorado.

“No hay un incentivo para que la gente salga a votar”, estipuló el académico, señalando que hace falta que se conecte el interés personal al proceso político.

En esta contienda en particular, agregó Sánchez, para elegir gobernador se tenía que escoger a uno entre 27 candidatos, asimismo para votar por senador federal la lista incluía a 32 nombres.

“Me tardé 7 minutos haciéndolo”, indicó el politólogo, dejando entrever que para un ciudadano que no tiene la cultura cívica, el interés y el tiempo para enfocarse en estos temas es más difícil, porque para muchos la mayor preocupación es llevar alimentos a su casa y pagar la renta al final del mes.

“Para los políticos es bueno que la gente no vote, así solo se pueden dedicar al grupito que vota por ellos todas las elecciones”, aseguró Sánchez, por esa razón cree que se debe promover la educación y la orientación en los vecindarios latinos “porque no hay centros cívicos a donde la gente vaya”.

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