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¿El miedo frenó la migración?

Los migrantes intentarán llegar a Estados Unidos a cualquier precio, buscarán nuevas rutas, otro tipo de guías.

Los migrantes intentarán llegar a Estados Unidos a cualquier precio, buscarán nuevas rutas, otro tipo de guías.

(PEDRO PARDO / AFP/Getty Images)
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Todo parece indicar que la aplicación de la política migratoria se endurecerá en el futuro inmediato, particularmente en la frontera entre México y Estados Unidos y en la de México y Guatemala. No se trata de un cambio en las leyes sino de aplicarla con mayor uso de la fuerza.

Donald Trump se ha quejado constantemente de lo que interpreta como suavidad en los procesos de detención de los migrantes indocumentados, y ya dio señales claras de que espera que los agentes de la Patrulla Fronteriza usen la fuerza para disuadir a los migrantes a no cruzar hacia Estados Unidos.

Por eso despidió a Kirstjen Nielsen y prefirió personas que comparten con él la visión de que la crisis en este proceso llegó a su punto de quiebre y por tanto se debe endurecer las acciones del gobierno, usando la fuerza de manera más visible. Cree que infundiendo miedo a los migrantes por como serán tratados en su detención, éstos desistirán en su intento de entrar a Estados Unidos.

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En el lado mexicano todavía no saben ni qué está pasando. La novatez del gobierno en estos temas pasó una cara factura y pone en riesgo la relación con Trump y con Centroamérica. Cuando se empezó a medio entender el proceso de la migración centroamericana, ya habían entrado más de cien mil migrantes.

Primero invitaron a los migrantes ofreciéndoles trabajo en México, después les dieron la bienvenida, trataron de ordenarlos y organizarlos usando visas humanitarias, utilizando esas mismas visas, intentaron retenerlos en México y cuando se dieron cuenta de que la dimensión los rebasaba por completo y que tensaba la relación con Estados Unidos, y en particular con Trump, empezaron a deportarlos.

El gobierno mexicano se hace bolas con el discurso de que es un flujo inédito, que es un nuevo paradigma, que generarán desarrollo para que nadie migre, que se aplicará la ley, eso sí, todo con un pleno respeto a los derechos humanos.

El resultado ya lo sabemos, los migrantes intentarán llegar a Estados Unidos a cualquier precio, buscarán nuevas rutas, otro tipo de guías. Intervendrá el crimen organizado que cuenta con los medios para transportarlos y hará más evidente la incapacidad del gobierno de desempeñar un papel mínimamente relevante en la gestión del proceso.

El problema es que el miedo no es un freno eficiente a la migración.

No lo ha sido en ningún rincón del mundo. No es eficaz, incrementa los riesgos al migrar, afecta de manera real a los migrantes y sus familias, distorsiona el proceso, lo hace mucho más costoso, pero para los migrantes centroamericanos la alternativa es escoger entre lo malo y lo peor. Vivir con miedo, sin remedio, sin solución en sus países o migrar con miedo, pero con la esperanza de lograr llegar a Estados Unidos. ¿Usted que escogería?.

La amenaza de que se usará más la fuerza en la frontera entre México y Estados Unidos alimentará, como ya lo hace, los eventos de campaña de Trump. Usará el tema migratorio como estandarte de la campaña para su reelección y hará que en México los migrantes tengan que pagar más por transitar.

El uso de la fuerza en México -que nunca será reconocido explícitamente-, provocará que los migrantes usen rutas más riesgosas, recurran otra vez a La Bestia (tren de carga utilizado por migrantes), intervenga el crimen organizado, escapen de las estaciones migratorias. Todo eso ya empezó a ocurrir, pero no detendrá a los migrantes centroamericanos. Menos aún funcionará el discurso de que se queden en su país esperando el desarrollo que supuestamente se les está generando desde México.

¿No hay remedio? ciertamente es una situación compleja, de crisis. No de una crisis en las fronteras o de la legislación migratoria estadounidense.

Es algo mucho más amplio, una crisis regional. La solución debe ser conjunta e involucrar a todos los países de la región, incluyendo a los gobiernos de los países de salida que hoy parecen espectadores. Como si se tratara de una película en la que Trump es el malo y AMLO es el que quiere, promete, pero no puede cumplir.

No sé si algún día se dará esa solución regional, pero de lo que estoy seguro es que las amenazas de Trump y las contradicciones de México sólo empeorarán la situación.

**Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute.

www.mexainstitute.org

@mexainstitute

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